Bien dice el dicho que donde hubo fuego, cenizas quedan. Solo que debajo de las cenizas que dejó el pasado proceso para el cambio de mandos en la Canacintra de Ciudad Juárez, bullen un buen montón de ardientes brasas de inconformidad y de sospecha que amenazan con reencender el fuego, incendiar la cámara y convertir en pavesas los resultados de la reciente elección.
Mironianas fuentes nos hacen saber que el pasado dos de marzo se presentó una demanda de amparo contra el proceso de elección realizado el 15 de febrero, que incluye acusaciones contra el ex dirigente de la cámara de los industriales en esta frontera, Jesús Manuel “Thor” Salayandía Salas.
A Salayandía lo acusan de haber trasgredido recurrentemente los estatutos, participando activamente en favor de Isela Molina, una de las dos candidatas inscritas, afectando no sólo la condición de imparcialidad que su cargo le exigía guardar durante el proceso, sino también -dicen- la integridad de la candidata de la Planilla Blanca, Claudia García.
Según testimonios de varios ex presidentes, socios, pero principalmente de mujeres asociadas a la Canacintra Juárez, que serán integrados al expediente en estos días, Salayandía se refirió recurrentemente con calificativos ofensivos y abiertamente misóginos hacia la candidata opositora a Isela Molina.
De esto -aseguran- dan cuenta varias afiliadas ofendidas por comentarios de Salayandía y gente de su círculo que se habrían referido a Claudia García como “la señora del parche” o “la parchada”.
Y eso que antes de todo este guateque, García y Salayandía llevaban una amistad que, evidentemente, se fue al traste.
Y cuentan que, además, durante la campaña interna, estuvo hablando a cada uno de los socios para invitarlos a votar por la que refieren como “su delfina”, encargándose -aseguran- de dejar fuera a quienes consideró ajenos a su petición.
Se dice que desde Canacintra nacional se cuchareó a favor de Isela, mediante varías artimañas, como la exigencia de poderes para votar, exigiendo recoger y retener dichos documentos a unos, y a otros (los que estaban a favor de Isela) permitiéndoles dejarlos escaneados. Con esto supuestamente no permitieron el voto de alrededor de 40 socios que irían en favor de Claudia García.
Señalan que la demanda se basa también, en gran medida, en el caso omiso que el ex dirigente camaral hizo al llamamiento emitido por la Secretaría de Economía del Gobierno Federal a todas las cámaras y confederaciones empresariales del país, para actualizar sus estatutos conforme a la Ley de Cámaras Empresariales y sus Confederaciones (LCEC) y su Reglamento, para ajustarlos al marco legal cameral que tuvo actualizaciones en 2019.
De acuerdo a la facción demandante, encabezada por la propia Claudia García en su carácter de afiliada, la Canacintra de Ciudad Juárez no ha realizado esa actualización estatutaria, de modo que varios de sus ordenamientos mantienen una condición de exclusión y desajustes al vigente marco normativo, y carecen de las necesarias reformas en aspectos de paridad de género.
Esto es, que los estatutos no garantizan el estricto apego a un Estado de Derecho concordante con “los derechos humanos, equidad de género e inclusión conforme a sus facultades orgánicas”, lo que le sirvió al autonombrado “Thor” para descalificar a García como candidata y evitar el voto de cerca de 40 socios que estaban dispuestos a votar por ella.
En otras palabras, la demanda plantea que Thor hizo cera y pabilo con el proceso, acomodándolo a modo y, de paso, refiriéndose siempre a Claudia García en un sentido irrespetuoso y abiertamente misógino, lo cual califican como violencia de género.
Más que el resultado de la elección, las referencias a su persona -dicen- fue el factor que llevó a Claudia García a presentar la denuncia contra Salayandía, pues con tal de mantener la unidad había aceptado el resultado con el criterio de que en la guerra como en el amor todo se vale… excepto la misoginia y la falta de respeto.
La demanda va encaminada a tres objetivos: que se invalide la elección, incluyendo la mesa directiva que acompaña a la presidenta; que se obligue a la modificación de los estatutos; y que se convoque a un nuevo proceso de elección donde la mano del ahora vicepresidente nacional de Maquiladoras y Zonas Fronterizas de la Canacintra, no alcance a llegar.
¿Arderá Troya?
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¿Qué parte de “no se puede”, “está prohibido”, “hay un mandato que impide llevar a cabo cualquier obra en El Chamizal” no entienden?
A ver, hasta donde este Mirone se quedó, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) determinó que quedaba descartada la posibilidad de utilizar los terrenos del parque El Chamizal para construir un centro de convenciones.
Este Mirone recuerda que el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), hizo un estudio y opinión técnica sobre la Cuenca del Río Bravo en la zona de El Chamizal, en la que especifico que en el caso de los predios conocidos como “Los Hoyos” no eran viables para la construcción de dicho centro.
De eso quedó constancia el 23 de junio de 2022, mediante un comunicado conjunto entre la Semarnat, el Instituto Mexicano de Tecnologías del Agua (IMTA) y el Gobierno Municipal, comunicaron que en opinión del IMTA, Los Hoyos son considerados de alto riesgo de inundación.
Ante tal situación, ayer regidores que integran Comisiones edilicias de Desarrollo Económico y Turismo, así como de Desarrollo Urbano sostuvieron una reunión con los integrantes del Fideicomiso del Centro de Exposiciones y Convenciones (CEC) y analizaron la posibilidad de que el proyecto se realice en los ya considerados terrenos históricos de El Punto, ¡boom!, así como lo lee.
Lo anterior, pese a que existe un dictamen por parte de la Semarnat, para que no se lleve a cabo ninguna obra dentro de los terrenos de El Chamizal, sitio donde se ubica El Punto, que debe su carácter histórico a que fue en ese lugar donde el papa Francisco llevó a cabo su último acto masivo en su visita a la República Mexicana en el 2016.
Los que quieren que se lleve a cabo la construcción del CEC, afirman que el recinto no se vería afectado, sin tomar en cuenta que toda esa zona es considerada por la comunidad creyente como espacio sagrado, debido al acontecimiento de esa magnitud que ahí se vivió y difícilmente podrá repetirse.
¿A qué santo le estarán apostando estos peculiares seres, en estos tiempos de Cuaresma al aventurarse a realizar tal propuesta?
De momento hay 80 hectáreas de una superficie total de 248 hectáreas, que son consideradas como zona protegida, es decir, no se puede realizar allí ningún tipo de construcción, es la zona que se conoce como el Parque El Chamizal, donde miles de juarenses acuden a celebrar el fin de Semana Santa.
En el resto de los terrenos, se mantiene el análisis de los comodatos que fueron soltados a diestra y siniestra por administraciones anteriores. Entonces si no hay aún una certeza jurídica que les permita considerar como proyecto la construcción en ese espacio ¿Para qué darle el manotazo al avispero? ¡Ay muchachos, no se componen!, diría el divo Juan Gabriel.
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Hay un mito popular que reza que “un rayo no cae dos veces en el mismo lugar”, idea en la que se considera que la probabilidad de que esto ocurra por nueva cuenta es casi nula, por no decir imposible; en sentido figurado esto pudiera interpretarse como que un error que se comete, basándose en la experiencia adquirida, ya no volverá a suceder en mucho tiempo o tal vez nunca.
Sin embargo, está comprobado científicamente que la aseveración sobre los rayos está lejos de ser verdadera y, por el contrario, es tan común que el rayo caiga en el mismo lugar, que ya ni nos damos cuenta de la frecuencia con la que este fenómeno ocurre. El mito de los rayos, bien pudiera compararse al fenómeno de los baches en nuestras calles.
Algo de místicos deben de tener esos hoyancos, que de manera casi natural o milagrosa resurgen como lo hace el ave fénix de entre sus cenizas, pero en el caso de los hoyos, después de cada lluvia, helada o nieve, por más ligeras que estas se presenten.
El bache, ese espacio que se rehúsa a ser tomado por la urbanidad y que se ha convertido en parte de nuestros paisajes cotidianos, con el que miles de automovilistas han aprendido a convivir en su día a día, sacándoles la vuelta o disminuyendo la velocidad para evitar los menores daños posibles en el vehículo, se encuentran presentes en nuestras vidas, pese a los esfuerzos de la autoridad por erradicarlos.
Los conocedores en la materia tal vez pudieran explicarle a este Mirone cómo es posible que se da este fenómeno en el que el bache aparece siempre en el mismo lugar. Y no es magia.
Al menos en la experiencia que este escribidor tiene, en el año reciente, una serie de baches que se localizan en la esquina que forman la calle Vicente Guerrero y la avenida Tomás Fernández, aparecen siempre que llueve, no fallan, son tan precisos en su resurgimiento, que los automovilistas ya saben cómo sortearlos sin sufrir daños.
Bueno, salvo algún par de incautos que recorren por primera vez ese crucero y caen invariablemente, los lugareños por llamarle de alguna forma, ya los tienen presupuestados en su trayecto.
Lo que sí hay que reconocer es que, a diferencia de otras administraciones, los baches son atendidos de manera inmediata y vuelven a ser rellenados con la mezcla de asfalto que se usa para estos fines.
Esperamos que esa misma rapidez se dé en otros sectores de la ciudad, sobre todo en esta temporada en la que los hoyancos brotan como florecillas en el campo, pero a diferencia de la bella estampa que generan las plantas, la imagen que producen los baches es la de un campo… pero minado.
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Solo quienes viven en ciudades donde la violencia del crimen organizado parece nunca detenerse, saben lo difícil que es a veces salir de casa sin tener la certeza sobre si se regresará con bien.
Eso experimentaron muchos juarenses en la Guerra contra el Narco, entre 2008 y 2012, época en la que surgieron voces que pedían la intervención de fuerzas de la OTAN, cuando la inseguridad vivía su peor momento en esta frontera.
Hoy que la violencia continúa, aunque no en esas dimensiones, la idea de que México reciba “ayuda” para combatir a los cárteles que operan a lo largo y ancho del país, ha vuelto a cobrar fuerza.
Todo inició con un artículo que publicó la semana pasada el exfiscal estadounidense William Bar en una columna que escribe para The Wall Street Journal.
Bar escribió acerca de la epidemia que vive el Estados Unidos con más de 100 mil muertos (solo el año pasado) a causa del consumo del fentanilo.
En su texto agregó que esta clase de organizaciones son terroristas similares al grupo del Estados Islámico (ISIS), debido a que en México llevan a cabo acciones para infundir terror en la población y en los gobernantes, tales como sobornos, violencia y amenazas.
Casi al mismo tiempo, los legisladores republicanos Dan Crenshaw y Michael Waltz presentaron una iniciativa para que las fuerzas armadas de ese país enfrenten a los grupos criminales que tienen a México de cabeza.
La propuesta ha servido para que dentro de Estados Unidos puedan sacar del tema la suficiente raja política, pero también ha sumado voces que piden al gobierno de Biden acciones militares contra los narcos mexicanos.
Es cuestión pues, de que los legisladores subieran el tema a discusión y que se aprobara para ver cómo cruzan el río Bravo los vehículos militares estadounidenses que se encuentran a solo unos metros del territorio nacional.
Obviamente que las propuestas radicales de los republicanos, no le gustaron al Gobierno de México, sobre todo porque exhibe su poca capacidad para luchar contra este mal.
Por otra parte, debemos decirlo, pareciera que los estadounidenses olvidan que en México fueron registrados el año pasado 33 mil 350 homicidios que representaron un promedio de 91 casos diarios. La mayoría de las armas utilizadas en esos asesinatos, provienen de tierras gabachas.
El narcotráfico y sus efectos es un problema que deben ser tratados de manera integral por ambos países.