Cambio de timón en el IMIP, con riesgo de naufragio
Parece que Ana Lilia ignoraba las recomendaciones del director, entre otras cosas porque el IMIP es un organismo de consulta que no tiene facultades suficientes como para obligar a la obediencia de nadie. La imposición de Armando Herrerías Velazco como encargado de despacho del IMIP fue un golpe seco en la nuca de Mora Palacios, porque aterrizó a su lado el segundo de a bordo de Méndez Rentería en Desarrollo Urbano municipal, donde ostenta el cargo de director de Planeación y Evaluación. El desgaste de Mora Palacios ya era insostenible y la renuncia fue el siguiente paso lógico, un típico conflicto de intereses.
Los agentes inmobiliarios son megalodones importantes, y los cambios de uso del suelo representan un negocio atractivo en estas aguas fronterizas embravecidas. No está mal aprovechar las circunstancias, pero la distancia entre los buenos negocios y la mala administración a veces se vuelve demasiado cercana y llama a sospechas, dentro de un equilibrio difícil de sostener. El vapuleado IMIP juarense quedó debilitado en circunstancias donde las formas que adoptó el valor y uso de la tierra hicieron de Ciudad Juárez un lugar desordenado y anárquico.
Hay diferencias y conflictos por supuesto, como en toda actividad humana, y también hay opciones. Entre los candidatos propuestos a dirigir el IMIP figuraba la investigadora del Colef y de la UACJ, María de Lourdes Romo Aguilar, que traía a su favor una experiencia importante para tomar el timón y elevar la proa del instituto. Pero finalmente terminó el novelón de la tarde, el segundo se convirtió en primero y Armando Herrerías reemplazó al incómodo Mora Palacios. Todo siguió su curso normal y el IMIP sigue girando en la órbita de la Dirección de Desarrollo Urbano que dirige Ana Lilia Méndez Rentería.