Como en el futbol, cuando los comentaristas comienzan a destacar las virtudes de algún jugador e inmediatamente este, como por acto de magia, comete una equivocación y afecta al equipo, así las declaraciones recientes que han dado las autoridades en torno a la fuga del Cereso Estatal Número 3 de Ciudad Juárez.

Luego de haber sostenido por casi 20 días que habían sido 30 los reos fugados, ahora resulta que no eran 30, sino 26. Lo más preocupante de todo es que los números no cuadran, ni aunque traten de endulzar el tema.

Primero fue el titular de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal Gilberto Loya Sánchez, cuando en una declaración emitida a medios de la capital el pasado jueves, quien soltó la primera cifra al afirmar contundentemente que solamente faltaban 12 reos por ser recapturados.

Así soltado a botepronto, el número literalmente sacó de onda a los reporteros que cubren la fuente y que de manera diaria dan seguimiento a este asunto, ya que, según las cifras oficiales, no las charras especulativas o soltadas al vapor para quedar bien, sino números documentados en reportes emitidos por las mismas corporaciones, indicaban que eran 18 los reos aún fugados y solo 12 habían sido recapturados, cuatro de ellos muertos.

Sin embargo, así, sin dar mayores datos que permitieran aclarar las identidades de los prófugos de alta peligrosidad, el flamante secretario dejó a todos chiflando en la loma ante el cambio tan repentino de información.

Como si fuera poca la confusión, el remate a la descoordinación entre autoridades de la misma esfera de Gobierno la vino a dar el fiscal de Distrito Zona Norte, Jesús Manuel “Lord” Carrasco Chacón.

Firme en su declaración, el funcionario afirmó en un estilo que el mismo Cantinflas envidiaría, que conforme a la carpeta de investigación, de manera oficial, la autoridad penitenciaria fue quien les informó que fueron 26 las personas sustraídas del penal, de las cuales se han recapturado aproximadamente la mitad, cuatro de los cuales estaban sin vida.

En esta declaración, afirmó que quedarían pendientes de recapturar 12. Así mero. Es inevitable para este escribidor no recordar a otro Lord, a Enrique Peña Nieto, cuando afirmó en una declaración a medios que lo acompañaban en un viaje oficial “estamos ya por bajar acá en Oaxaca, estamos a un minuto de aterrizar, a menos, como a cinco minutos”.

Aunque dan risa estas declaraciones malogradas, estimado lector, lo preocupante es que en esta danza de números equivocados, quienes son los más perjudicados son los ciudadanos, porque al no ponerse de acuerdo y no saber ni quiénes se les fugaron, las autoridades vuelven a perder un round en la batalla contra la delincuencia, por su incompetencia.

Queda pendiente que los encargados de exhibir a los presos fugados en el póster de recompensa que emitieron días después de que se dio la más grande fuga del Cereso 3, hagan las correcciones pertinentes, con los nombres y los rostros de quienes escaparon y siguen en las calles, impunemente viviendo el sueño de la libertad a costa de nuestra seguridad.

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El tsunami que sufrió el Gabinete de la gobernadora de Chihuahua, en días pasados, tiene un ganador indiscutible. Se llama Luis Gerardo Serrato Castell, secretario de Gabinete del Gobierno del Estado y, a partir de esta semana, la mano que mecerá la cuna y empujará el carrito de la actual administración.

Con la serie de movimientos que se vieron durante la semana, desde el mismísimo lunes, el exdirigente estatal del PAN, Mario Vázquez Robles, dejó su curul y su encargo de jefe supremo del Congreso del Estado para convertirse en uno más de los secretarios del Gobierno estatal.

Como lo apuntamos en este espacio, Mario Vázquez “subió para abajo”, pues pasó de la jefatura del Poder Legislativo a ocuparse de una secretaría de pocos alcances, de donde, salvo Jorge Barousse en tiempos de Patricio Martínez, nunca ha salido ninguna figura pública prominente, como es la de Comunicaciones y Obras Públicas.

Mironianas fuentes nos cuentan que la mano operadora de Serrato no se quedó en la remoción de un poderoso operador político cercano a la gobernadora, sino de paso, evitó que llegara a la coordinación del Congreso el diputado que por derecho debía ocupar el cargo, que era el vicecoordinador, Saúl Mireles Corral, a quien no le dejaron ni quedarse como encargado del Despacho cuando Mario Vázquez dejó el encargo.

El otro movimiento fue el de César Jáuregui, quien ya no está al frente de toda la operación política del gobierno actual y, en cambio, se encuentra en la difícil condición de procurar justicia en un estado marcado por la violencia y los actos de corrupción de gobiernos anteriores.

Otra estrellita más a la cacha de la pistola de Serrato Castell.

Sin Vázquez en el Congreso ni Jáuregui despachando en el primer piso del Palacio de Gobierno, el político sonorense tiene ahora un solo contrapeso en el Gabinete, que es Jordi Herrera, el que fuera secretario de Energía en el gobierno de Felipe Calderón y que ahora es el súper asesor de la gobernadora.

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Todo indica que Roberto Fuentes se quedará al frente de la Secretaría del Ayuntamiento de Chihuahua, en sustitución de Santiago de la Peña Jr., quien dejó el cargo para ocuparse de la Secretaría General de Gobierno.

Nos confirman mironianas fuentes que el abogado panista, otrora, héroe de mil batallas jurídicas en los órganos electorales para el PAN, tendrá el cargo y, con ello, el estigma de que lo obtuvo por su trabajo de mano negra en contra del exgobernador Corral, quien fuera su jefe en la anterior administración.

El encargado del Despacho que dejó vacante De la Peña pasará a la historia como el único funcionario, tal vez en el país entero, en haber clausurado una librería.

En una ciudad donde abundan los bares que operan sin las más mínimas normas de seguridad, repletas de personas y sin salidas de emergencia; donde las mismas oficinas públicas carecen de señaléticas y extinguidores de fuego; donde no abundan los simulacros de evacuación, especialmente de los edificios altos de las zonas “fifí” de la ciudad, el nuevo funcionario municipal fue a ejercer con toda firmeza la reglamentación en materia de protección civil en contra del negocio de su exjefe.

Ahora entendemos las palabras elogiosas del alcalde Marco Bonilla hacia su nuevo pistolero más rápido del Ayuntamiento: “Roberto Fuentes es un extraordinario abogado…es una persona muy preparada y muy capaz técnicamente y sobre todo de mucha lealtad”.

¡Lealtad! Ya se la acordaremos a Marco Bonilla cuando Fuentes trabaje para un gobierno que le sea adverso.

Mientras tanto, el adversario está con el micrófono abierto . ¿Y Fuentes? Tal vez recibiendo un LP de Judas…Priest.

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El exlíder del Sindicato Único de Trabajadores Municipales, Héctor Cano Villela y el priista Alberto Reyes Rojas, con una intensa actividad en la militancia en la CNOP, obtuvieron el visto bueno de los representantes del Ayuntamiento para irse a casa y vivir los últimos años del erario municipal, con muy buenas pensiones.

El reconocimiento a los derechos de los trabajadores no se cuestiona, lo cual no nos impide preguntarnos cómo ciertas prácticas parecen ser muy benévolas para algunos actores de la esfera pública, que transitan por el gobierno obteniendo un privilegio tras otro.

Mirone no conoció los detalles contenidos en los expedientes de cada uno de estos dos exservidores públicos, en los cuales se documenta su trayectoria y se sustenta la legalidad del acto de autoridad en cuestión, pero si por las vísperas se sacan los días, no podemos más que dudar y preguntarnos por qué tanto brinco si el suelo es parejito.

Los regidores de las Comisión de Trabajo y Previsión Social del Ayuntamiento, fueron benévolos al dictaminar favorablemente las solicitudes de jubilación de los susodichos.

El coordinador de la Comisión, el regidor Pedro Alberto Matus Peña (PT), enunció los proyectos de acuerdo a sus homólogos, los regidores Víctor Talamantes Vázquez (PAN) y Jorge Bueno Quiroz (Panal).

El acuerdo se dio en caliente pues durante el desarrollo de la sesión apenas si mencionaron tímidamente el primer apellido de cada promovente, como si autorizar jubilaciones a los funcionarios sea algo malo.

El regidor “panalista” no dijo absolutamente nada, el panista sólo comentó que la decisión tenía que ser si o si porque de otra manera el tribunal laboral terminaría por resolverles a favor, en el caso de Reyes Rojas.

El comentario del “petista” fue que la decisión tomada sólo tenía que transitar por un camino manifiesto o predestinado.

Reyes Rojas fue director de Comercio en la administración de Héctor Murguía (2004-2007) y coordinador de la fracción priista del Ayuntamiento (2013-2016), entre otros puestos de responsabilidad administrativa.

El priista interpuso un recurso administrativo de queja ante el Tribunal Municipal Laboral, luego que durante la administración anterior le negaron el derecho a jubilarse.

Cano Villela terminó con una trayectoria 30 años, en ese tiempo fue invariablemente uno de los dirigentes más visibles del SUTM, tiempo en que gozó de una licencia para dedicarse de tiempo completo a la representación de los trabajadores.

Un día después de que perdió la elección para la renovación de la mesa directiva del Sindicato, el 8 de septiembre de 2022, se fue a casa y desde la comodidad de su sillón espero el aviso de jubilación que ayer le autorizaron.