Al publicarse la noticia de que el abogado Heliodoro Araiza Reyes fue designado rector interino de la Universidad Autónoma de Chihuahua, de inmediato surgieron las críticas en contra de que ese nombramiento se le concediera a un exjefe policiaco.

Sin embargo, no pasó lo mismo cuando la expresidenta del Congreso del Estado, Georgina Bujanda solicitó licencia para irse a ocupar la Secretaría General de la UACH, a pesar de que su formación y experiencia profesional se desarrolló también en el ámbito policiaco.

La extraña coincidencia de que los dos puestos de más alta responsabilidad de la máxima casa de estudios, hayan quedado en manos de profesionistas que se formaron en el medio policiaco y judicial, provocó que académicos y medios de comunicación cuestionaran, si no hay en todo Chihuahua suficientes universitarios capaces y sin mancha, de haber ocupado un puesto policiaco, que no es la mejor recomendación para ocupar una rectoría.

De Heliodoro Araiza, quien tiene doctorado en Derecho, se sabe que fue director de Seguridad Pública Municipal en el 2011, durante la administración de Marco Quezada, pero antes, del 2009 al 2010, fue subprocurador de Justicia del Estado, al término del sexenio de José Reyes Baeza, año en que más asesinatos se cometieron en la entidad, con el más alto registro en todo el país: 4 mil 747.

Se desempeñó también en el Poder Judicial del Distrito Federal como proyectista de juzgado, de sala y como secretario de Acuerdos. A su regreso a la entidad, coordinó una maestría en Criminalística Ministerial.

Georgina Bujanda no tiene las credenciales académicas de Heliodoro, pero tiene un diplomado en mando policial de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) y del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). Algo es algo.

En el 2005 trabajó como personal especializado en la dirección de Seguridad Pública Municipal de Chihuahua, después fue coordinadora de zona del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, hasta llegar a ser subdirectora en la PGR en el 2011.

Ciertamente que la ley orgánica de la UACH, no impide que profesionistas con experiencia policiaca o en seguridad pública, puedan ocupar los cargos directivos, pero el hecho de que el rector interino y la secretaria general la tengan, como es el caso, hace mucho ruido en una institución de educación superior porque el trabajo policial, no es precisamente el más prestigiado en los tiempos que vivimos.

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Trascendió ayer que el extitular de Servicios Públicos municipales de Juárez, Ernesto Guevara, se quedó tan enmuinado porque lo quisieron degradar de director general, a simple coordinador de Atención Ciudadana, que después de entregar su renuncia cambió de bando y se sumó al equipo político del delegado federal Juan Carlos Loera.

El hecho se hizo más evidente el domingo pasado, cuando los dirigentes de Morena celebraron en el Monumento a Juárez el 11 aniversario de la fundación del partido, y Ernesto fue invitado por la nueva presidenta, Brighite Granados, a ocupar una de las sillas del presídium, con el pretexto de que es consejero estatal, cargo al que llegó con los votos que le arrimó Cruz Pérez Cuéllar, antes de que este le pidiera su renuncia en Servicios Públicos.

Su acercamiento con el equipo de Loera se dio después de que rechazó el cambio de director a coordinador de Atención Ciudadana y el alcalde no le insistió, lo que el sensible de Guevara tomó como un acto de ingratitud, después de los servicios prestados durante la campaña y en el primer año de gobierno.

Con las regidoras Cecilia Reyes Castro y Vanessa Mora y ahora con Ernesto Guevara, que se fueron al bando enemigo de Cruz, hay quienes ven que la mazorca de los crucistas se está desgranando, porque su gente se está pasando al bando loerista; pero otros interpretan el hecho, como una poda natural de los que no deben seguir en el proyecto político del alcalde de Juárez.

Guevara se sintió tan cobijado en el grupo de Loera, que hasta se fue a la Ciudad de México a entrevistarse con el hada madrina de Juan Carlos, la poderosa secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel.

Así lo presumió en sus redes sociales, donde tuvo la ocurrencia de subir unas fotos en las que le están tatuando un brazo, y los cibernautas crucistas no vacilaron en decir que se estaba borrando el nombre del alcalde, al más puro estilo de lo que hizo el cantante Christian Nodal cuando terminó con Belinda.

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Y ya que hablamos de rompimientos, ayer se manifestaron en las oficinas de la dirección de Desarrollo Urbano del Estado, los regidores Pedro Matus (PT) y Héctor Hugo Avitia (PT) acompañados de una veintena de colonos de los llamados Kilómetros, que exigen la regularización y titulación de sus terrenos.

El asunto no tendría mayor trascendencia si no fuera por el hecho de que el Departamento de Comunicación Social del Municipio, convocó a los medios para cubrir la protesta y luego generó la información del evento, tareas que salen de su competencia, porque se trata de una dependencia que debe difundir las actividades, obras y servicios de la administración, no servir como instrumento de golpeteo contra otras instancias de Gobierno.

La errada actuación de los comunicadores oficiales, despertó molestia entre los regidores de la fracción panista, cuando se enteraron que Matus y Avitia habían utilizado sus servicios para tener una cobertura amplia de su manifestación en las instalaciones del Pueblito Mexicano. 

Los colonos de los regidores portaban cartones con mensajes ofensivos para la titular del departamento jurídico, Olga Loya, a quien no conocían, pero los regidores les dijeron que pusieran su nombre en las cartulinas, según lo revelaron en el lugar.

Matus y Avitia eran esperados por el delegado de Desarrollo Urbano Jorge Chavira, para dialogar y buscar solución al problema, pero estos rechazaron la invitación, porque ya traían a su gente muy cilindreada y encerrarse en la sala de juntas no les servía para el propósito del ruido que buscaban hacer.

En fin, los descendientes del CDP están retomando viejas costumbres, pero están embarrando en sus líos al personal de comunicación del Gobierno Municipal, que ninguna vela tiene en el entierro. Lamentable.

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Mediante una carta dirigida al secretario del Ayuntamiento, el sacerdote Aristeo Baca regresó ayer al mediodía la presea Fray García de San Francisco, que fue motivo de controversia en las dos últimas sesiones del Cabildo.

La misiva fechada el 2 de octubre fue recibida ayer en la dependencia municipal a las 14:05 horas, junto con la medalla que recibió Aristeo por parte del ayuntamiento en el 2006.

El sacerdote aprovechó la ocasión para manifestar en el escrito su inocencia, e informar que espera que muy pronto un Tribunal Colegiado de Circuito revise su caso y las violaciones al debido proceso del que fue víctima, para que resuelva con absoluta imparcialidad el juicio de amparo directo que le plantearon, para impugnar la sentencia condenatoria.

El clérigo lamentó también que la amplia difusión del proceso a que fue sometido, haya generado una percepción de que es responsable de un delito que no cometió, el cual hizo añicos su reputación, su honor y su nombre, pero que en mayor proporción le duele el daño colateral que ha sufrido por su caso la Iglesia Católica. Ahora que ya no hay materia, para que el asunto siga siendo ventilado en la sesión de Cabildo, a ver si los regidores rijosos fuman la pipa de la paz y deciden qué hacer con la peleada medalla.