Algunas cosas importantes se irán aclarando conforme transcurra el tiempo con la incursión de José Luis “Chacho” Barraza como aspirante independiente a la Gubernatura. Interesa sobre todo conocer de fondo las auténticas razones personales que le mueven a participar en un mundo inédito para él como es el político, a sus próximos 70 años de edad. Fue cañonero contra El Peje, pero en un solo momento y hasta ahí.
“Claro que no, me da güeva”, respondió Barraza coloquialmente a la pregunta de un precandidato del PAN a la Gubernatura cuando el nombre del independiente se mencionaba como posible nominado también por Acción Nacional; es decir, no estaba entre sus planes personales participar.
Pero hay un grupo económico muy poderoso, juntos sus integrantes amasan fabulosas sumas en metal que le compiten a las más abundantes fortunas del país, que fungían como los principales mecenas de Acción Nacional, algunos hasta militaban ahí, que decidieron cortar por lo sano, o por lo insano, y ahora aparecen al lado de Barraza.
Tras la última campaña por la Gubernatura, la del 2010, le llegó “el chisme” a uno de esos mecenas que su perdedor candidato a la Gubernatura, Carlos Borruel Baquera, estrenaba flamante residencia en el exclusivo fraccionamiento chihuahuita Haciendas de Santa Fe. Enfureció, habló con el resto del grupo y entre todos decidieron buscar otros derroteros. Les hicieron de agua algo así como 50 millones de pesos que no llegaron a la estructura campañera.
Coincidentemente los miembros de ese grupo son los mismos que operan hoy para Barraza González: Enrique Terrazas Torres, de los dueños de Cementos de Chihuahua, Inmobiliaria Ruba –su hijo Luis Enrique Terrazas Seyffert ya se inscribió como candidato independiente por la Alcaldía de Chihuas capital–; Víctor Almeida, propietario de Interceramic, agencias automotrices, etc.; Jaime Creel Sisniega, inmobiliario, hotelero y hasta restaurantero –dueño de La Calesa–; Samuel Kalisch Delgado –fierro, acero, lámina, chatarra–, Víctor Cruz Russek, maquinaria pesada; Guillermo Luján Peña, Mathasa; Pablo Cuarón, Hágalo; Kent Newberry, dueño de la principal papelería Chihuas; Carlos Reyes, operador en Coparmex; Álvaro Madero, hoteles, restaurantes.
Todos ellos han tenido por décadas como centro regular de reunión las oficinas ejecutivas de Almeida localizadas por la avenida Universidad, frente al conocido hotel Mirador. Los convocados antes fueron los directivos y operadores del PAN, hoy es todo el equipo de Barraza encabezado por el director general de su campaña, Víctor Cruz Jr.
Entre las cosas importantes que se irán clarificando está la revisión de la capacidad, la actitud y en ello la convicción personal de Barraza para participar en una campaña hacia una posición de Gobierno y servir a la población o por el mero interés de un grupo de ricos del pueblo que de repente se vieron traicionados, marginados y huérfanos de representantes tantos en los procesos electorales como en los cuerpos gubernamentales.
Para ellos es inaceptable no participar en política porque sus fortunas dependen en gran medida de los negocios públicos. No es cemento Cruz Azul el que se usa para la obra pública en Chihuahua (Patricio quiso meter Apasco) ni tampoco los millones de metros cuadrados de cerámicas para instalaciones de Gobierno son traídos a Chihuahua de otras entidades. Vaya, los carros, camionetas, camiones y maquinaria pesada también son comprados por gobiernos en Chihuahua.
El dilema para Barraza puede sonar lógico, tampoco es ningún menesteroso; al contrario, forma parte de esa élite económica y puede participar en esta contienda para defenderla y hacerla más formidable; o bien, buscar el favor de ricos, medios y pobres para servir a todos porque al final de cuentas no estaría llegando para hacer dinero porque ya tiene de sobra, pero… ¿¿¿y si quiere más, como el famoso “famoso grupo de apoyo” ahora expanista??? Dios nos agarre confesados. Independiente del PRI y el PAN, pero dependiente de los magnates. Ya veremos.
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Cabe anotar en esta líneas que el “grupo de apoyo” cometió un grave error en su relación con Acción Nacional. Nunca se percataron sus miembros o no se quisieron percatar de que fueron secuestrados por la tristemente célebre facción infiltrada en el blanquiazul casi desde su fundación, el Dhiac–Yunque. Cerraron voluntariamente los ojos y se taparon los oídos al ver y escuchar el tema.
Con el dinero del “grupo de apoyo”, el Dhiac convirtió a Jorge Manzanera en el primer dirigente estatal del PAN; después llegó una cascada de cargos para el Yunque en el interior del blanquiazul y todas las candidaturas y posiciones de Gobierno que pudieron y quisieron. Fue tan formidable el control del Yunque sobre los magnates que, lo repetimos, su últimos candidato a la Gubernatura fue precisamente Carlos Borruel, a quien antes hicieron regidor, diputado y alcalde…
Ellos mismos, los empresarios, pretendieron entrarle directamente a la política electoral con Enrique Terrazas Torres, como aspirante a la gubernatura en 1998 pero apenas consiguió llegar a la “primarias” por su tremenda falta de popularidad. Le ganó El Cholo Galindo, a quien también apoyaba el Dhiac y quien, para no variar, acusaron de quedarse con algunos millones del grupo de apoyo.
Mirone conoce historias de tipo medieval en la que los ajenos a ese grupo económico y al Dhiac eran prácticamente ingresados a las reuniones con capuchas cubriéndoles el rostro. En su momento pasaron por esos episodios los entonces presidentes del PAN estatal, Javier Corral, Cruz Pérez Cuéllar y otros muchos líderes blanquiazules no dhiacos o antidhiacos.
Ese fue su gran error, usaron como intermediario a Guillermo Villalobos (su empleado durante muchos años en la Coparmex), Jesús Sandoval, Alejandro de la Rocha, José Antonio Badía, Teresa Ortuño, el propio Manuel Espino en su momento y muchos etcéteras, para dar seguimiento a sus acuerdos; es decir, la relación de confianza del grupo de apoyo no era directamente con los representantes institucionales, con los dirigentes de PAN, sino con quienes decidía el Yunque.
El control del Dhiac sobre “el grupo de apoyo” ha sido tan intenso –o fue– que desde ahí estuvo patrocinada durante décadas la “escuela de cuadros” del Yunque, Cehlíder, cuya Presidencia fue hábilmente entregada nada más y nada menos que a Enrique Terrazas; dos pájaros de un tiro.
Los Pony Lara, los Jorge Espinos, los Eduardo Fernández, los García Portillo, los Borruel, los Juan Antonio González, son producto del patrocinio del grupo de apoyo igual que Cehlíder pero muy pronto sabremos si continúan en la confianza de dichos empresarios o hay rompimiento.
Es importante tener la respuesta a la brevedad porque indudablemente querrán algunos quedarse con el independiente Barraza y hacer lo que han hecho siempre, la infiltración; otros quizá se queden solo para el PAN y muchos otros, ojo, encenderán la veladora a san Juan Blanco. Lo seguro es que de nuevo haya traición para un frente, dos, los tres… y hasta cuatro, porque en el PRI también es patente su presencia.
En el PRI, reposo para tomar vuelo
Después de muchísimas semanas de agitación, la última fue de relativa calma en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y sus principales actores. A Palacio de Gobierno le conviene que así sea; hará hasta lo imposible para que continúe igual al menos hasta después del 17 de febrero próximo, fecha de la visita del papa Francisco a Ciudad Juárez.
Para efectos mediáticos quedaron atrás las secuelas de las bombas estalladas en el interior del sistema estatal PRI por el ahora presidente del Tribunal Superior de Justicia, José Miguel Salcido y la renuncia al tricolor y al régimen estatal del exsecretario de Educación Pública, Marcelo González Tachiquín, dos actores de fuerza y presencia permanente a lo largo del sexenio.
El primer priista del Estado, César Duarte, controló adecuadamente el barco. Ha mostrado habilidad y destreza para superar crisis. Esa no fue la excepción. Hizo el cambio que consideró urgente en Comunicación Social para enfrentar la guerra presente y venidera y se concentró justamente en los preparativos de la visita de Francisco. Mañana tendrá encuentro en la nunciatura apostólica para el efecto.
La amenaza Javier Corral como candidato a la Gubernatura por el PAN–PRD también fue diluida con los buenos oficios de la tía Tencha Aragón y Palacio para que los ojos del sol azteca fueran volteados hacia el hoy expanista Jaime Beltrán del Río, que pinta para hacer un papelón deprimente en la campaña. De eso se trata.
Enrique Serrano, el candidato tricolor a la Gubernatura, siguió en reuniones con empresarios, líderes sociales, funcionarios y dirigentes del partido, amacizando acuerdos que le den certeza de triunfo el 5 de junio próximo.
Acaso las dos reuniones más importantes de la semana fueron las que sostuvo con el coordinador de la campaña del independiente Chacho Barraza, Víctor Cruz, y la comida del martes con un grupo de grandes empresarios cuyas cuentas bancarias ascienden a varios miles de millones de pesos: Grupo Roma, Al Súper, Bafar, La Norteñita, maquinaria pesada, etc.
Serrano ha venido tomando una sutil distancia del régimen estatal aparentemente por conveniencia aunque Mirone no considera que sea del agrado de Palacio. Ya veremos hasta dónde llega cuando su discurso deba salir de lo privado a lo público. Por lo pronto ha sorprendido a varios de sus interlocutores.
El ánimo reposado de hoy podría cambiar en los siguientes días cuando el PAN nacional por fin defina su candidatura a gobernador y dicha nominación recayera en Juan Blanco, un panista al que varios tricolores de peso le traen hartas ganas porque los derrotó en Chihuahua capital en junio pasado y cuenta con estructura para poner en aprietos a Serrano.
Para el tricolor constituyen pichones Javier Corral o Carlos Borruel, ya derrotados por márgenes amplios en contiendas por la Gubernatura. Sus lados débiles son de sobra conocidos.
Sin duda también habrá mayor ruido con el candidato independiente, Chacho Barraza. Si bien los empresarios no tienen partido porque “a todos les ponen” dinero, es obvio que los ricos atrás de dicho candidato son distintos y tienen distintos intereses a los que permanecen atrás de Serrano y el PRI. Así que harán todo lo que esté a su alcance para ganar.
No se observa que Barraza vaya a enfrentar dificultades para superar las 75 mil firmas (distribuidas en 45 municipios) y obtenga el banderazo de salida hacia la campaña electoral. Apenas consiga la luz verde y arreciará su discurso contra el PRI. Hoy dice que no puede hablar, cómo será cuando pueda.
No habrá tranquilidad para las semanas entrantes; El Bronco gobernador de Nuevo León está metiendo las narices con todos los independientes por todo el país, Chihuahua en especial; El Peje hará parada de toda una semana por el estado y la tensión por la visita del papa aumentará… aunque no se quiera.
Don Mirone