La administración municipal, encabezada por Cruz Pérez Cuéllar, no termina de salir del último de sus escándalos cuando ya se subió a una nueva polémica.
Empezando por la lujosa casa ofertada en casi 27 millones a donde se mudó Cruz, en el sector más “fifí” de la ciudad, pasando por el tremendo desfalco de 50 millones de pesos en el hoy conocido y documentado Mochilagate, la construcción de una casa de cambio en pleno parque El Chamizal y varios etcéteras que lo acompañan, ahora salió el alcalde con su nueva “nave”, que nada tiene de austera ni de republicana, como rezan los principios de la 4T.
¿De dónde la sacó? Quién sabe, porque seguramente los Reyes Magos no le trajeron ese “regalito”, pues esos son nada más para los peques que se portan bien.
Y es que el vehículo en el que ahora viaja el alcalde a sus eventos y recorridos no es cualquier camioneta. Se trata, ni más ni menos, que de una lujosa GMC Yukon Denali 2024, que según el precio de agencia se puede adquirir a partir de los 2 millones 88 mil pesos, una bagatela.
Quién lo vea arriba de ella, seguramente pensará que Pérez Cuéllar gobierna un municipio próspero y desarrollado como San Pedro Garza García, en Nuevo León, y no uno tan olvidado y golpeado como Juárez, al norte de Chihuahua.
¡Ah!, pero al tratarse de un vehículo de seguridad, muy probablemente debe contar con un blindaje de buen nivel, y según la página especializada Blindadas, una camioneta similar a la del presidente, pero modelo 2023 y blindaje categoría 5, ronda casi los cuatro millones del águila, aunque el precio pudiera aumentar unos milloncillos más, ya que depende del nivel requerido el costo final.
A esos milloncitos de la Yukon, súmele otros 3, por igual número de camionetas Chevrolet Silverado para sus escoltas, las cuales rondan el millón de pesos cada una, y si son blindadas el precio se puede duplicar.
Le cuentan a Mirone que estas tres camionetas, aunque no se ven tipo patrullas, sino más bien estilo buchonas, sí aparecen en el presupuesto de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal.
La que nomás no se ve ni por dónde llegó, es la Yukon de Cruz, conocida ahora como la ‘mamalona’ del presi, porque según el Comité de Adquisiciones por ahí no pasó, ni se tiene en los registros de la sindicatura.
Vaya situación tan ‘mamalona’. Total, una raya más al tigre y una mancha más en esta trama dentro del mayor escándalo político de los últimos años en Juárez.
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Los transportistas ya no soportaron más y ayer salieron a pedirle a la autoridad que le quite el freno de mano a la persecución del delito en las carreteras.
Desde las 9 de la mañana, camiones de carga de diversos tamaños y capacidades se estacionaron en el cruce de la Carretera Panamericana, kilómetro 20, en las afueras de Juárez, y en el Libramiento Oriente de Chihuahua, con lo que suspendieron la circulación vehicular.
Conocedores como son de la importancia de transitar a buen ritmo y llegar a tiempo para entregar mercancías, los camioneros, tanto operadores como propietarios de empresas, “ahogaron” la circulación muy a su pesar, pero es que ya no les quedaba de otra.
Las exigencias son así de sencillas y no hay mucho qué buscarle para saber a quienes les tocan las responsabilidades: seguridad en las carreteras y reparación de las vías de comunicación, particularmente las terrestres.
En materia de seguridad, denunciaron, en voz del delegado de la Confederación Nacional de Transportistas, Edgar Olivas Balderrama, que cada vez es más frecuente la llamada que reciben de algún asaltante o extorsionador para pedirles un “moche” de 30 mil pesos, si es que quieren volver a ver vivo a su chofer.
Es de suponer que la gran mayoría de esos casos van a dar a la “caja” de las “cifras negras”, esto es, que se trata de delitos efectivamente cometidos pero que nadie denuncia.
¿Cómo para qué, si la autoridad federal ni siquiera los registra en sus informes de incidencia delictiva?
Según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en los últimos tres años se han registrado 59 casos de robo a transporte en territorio chihuahuense. De éstos, 41 se cometieron sin violencia y 18 con violencia.
Tan solo el año pasado, se cometieron 8 mil 446 asaltos a transportistas en todo el país, de los cuales 1 mil 216 fueron con violencia.
El tema trae combustible, y bastante, porque la autoridad camina lento, como si se le hubiera roto el “carter” y ya no le funcionaran los pistones.
Porque, si el ambiente de inseguridad no fuera suficiente, el del mal estado de las carreteras está para darle un susto al más diestro de los conductores.
Solo en el 2023 se registraron 269 fallecimientos en accidentes vehiculares, muchos de los cuales ocurrieron en carreteras.
No es gratuito que, entre las principales causas de percepción de inseguridad que captó el INEGI en sus habituales encuestas, se mencione entre los primeros lugares el mal estado de calles y carreteras.
Así que los transportistas tienen la carga llena de denuncias y el tanque completo de combustible para encender los reclamos contra quienes resulten responsables de tanta anarquía en los caminos.
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Por fin, después de años de espera, parece que ahora sí arrancarán los motores del proyecto de transporte troncal de Ciudad Juárez.
Ayer nos enteramos que ya se conoce la oferta ganadora para la licitación, para la compra de 80 autobuses que se destinarán para los sistemas Bowí de Chihuahua y el Juárez Bus de la frontera.
Se trata de autobuses que cuentan con un Chasis Mercedes Benz, mientras que la carrocería es Busscar Ubanuss Plus, similares a los autobuses del BRT de Guadalajara y de Puebla solo que en versión no articulada.
Solo queda por definir cómo será la repartición entre ambas ciudades, aunque se esperaba que fueran 50 para Juárez y 30 para la capital, donde ya corre el transporte troncal desde el 2013, cuando se llamaba “ViveBus”.
El anuncio de la compra de esos camiones era una de las noticias más esperadas por transportistas y público en general, sobre todo de Juárez, en donde llevamos más de una década esperando a que se le ponga gasolina al sistema de transporte colectivo.
Recordaremos que ese proyecto se contempló desde los años “dos miles”, cuando el entonces alcalde, José Reyes Ferriz, licitó la compra de autobuses, pese a que no tenía aún la ruta construida.
Luego, durante el gobierno de Javier Corral, se confinaron los carriles de la avenida Tecnológico para que corriera por ellos la ruta troncal, y así han estado a lo largo de estos últimos años: sin tráfico de automóviles y sin camiones de pasajeros.
El año pasado, el Gobierno del Estado le pisó el acelerador para la conclusión de las obras, pues había un contrato que los obligaba a construir y poner en funcionamiento todos los paraderos antes de que concluyera el 2023.
Son 50 camiones, pocos para las necesidades de Juárez, pero al menos ya no veremos los carriles de la Tecnológico ahí nada más, casi de adorno, sin darle servicio ni al tráfico ni al transporte colectivo.
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Uno de los últimos íconos de aquella “época dorada” de Juárez está en venta y, probablemente, su comprador lo quiera para demolerlo y construir ahí otra cosa.
Se trata del Cine Victoria uno de los más representativos de aquella ciudad de los años 40s y 50s, cuando Juárez no dormía y se engalanaba con una gran cantidad de edificios estilo Art Decó.
Ubicado en el cruce de la avenida 16 de Septiembre y Francisco I. Madero, en pleno centro histórico, ya no tiene ni luces, marquesina y mucho menos “cácaro” que exhiba las películas de la época, pues ahora se encuentra en el total abandono, después de varios intentos infructuosos para su rescate.
Aunque su legado es innegable en la memoria de miles de juarenses que pasaron ahí tardes de gran diversión, y cuando los niños disfrutaron de la matinée de los fines de semana, todo indica que va camino a la demolición.
Su inauguración tuvo lugar el 29 de junio de 1945, y su cierre, en el fatídico año 1994.
Desde que cerró sus puertas, el antiguo cine se convirtió en un nido de adictos e indigentes que en varias ocasiones provocaron incendios que estuvieron por acabar con esta edificación.
Justo en ese lugar que hoy ocupa el edificio Victoria, antes estuvo la casa de don Inocente Ochoa, y fue allí donde residió don Benito Juárez cuando gobernó el país desde Ciudad Juárez, entonces llamada Villa Paso del Norte.
La intervención de varias administraciones, tanto municipales como estatales, por rescatarlo, solo quedaron en meros discursos políticos.
Fue en días recientes cuando fue colocada una manta que anuncia su venta. El precio del inmueble ronda los 10 millones de pesos, cantidad que difícilmente pagará un particular para convertirlo en un sitio cultural, como se pidió por años.
La comunidad artístico cultural de Juárez poco, o mejor dicho nada, ha podido hacer por consolidar su rescate, si acaso el grupo de Facebook “El Juárez de Ayer” fue uno de los pocos que se manifestó hace algunos años para que el lugar se rescatara.
Ahora que está a la venta, se presenta una oportunidad para los gobiernos para preservar la poca arquitectura de aquel entonces que le queda a la ciudad, específicamente el edificio Victoria.
Falta ver si los gobernantes o empresarios le hacen honor al aprecio que dicen tener por Juárez, para retomar un proyecto que por años ha sido menospreciado.