Durante la sesión de Cabildo 47 ordinaria, el Ayuntamiento en pleno demostró que en muchas ocasiones las visiones y los intereses de la sociedad civil no son compatibles con la clase gobernante.

Este es el caso del reciente acuerdo alcanzado en Cabido que autoriza no multar a los automovilistas que transiten por el carril confinado del sistema de transporte BRT2 de la avenida Manuel Gómez Morín.

La iniciativa presentada por la fracción panista, en voz del regidor Joob Quintín Flores Silva, fue amargamente cuestionada por sus opositores del grupo edilicio de Morena y sus aliados de la coalición del PT y PANAL, pero dulcemente abrazada por todos los partidos cuando al unísono votaron a favor.

Los morenistas aprovecharon el momento para posicionarse del lado de los juarenses a quienes se les niega el acceso a un buen servicio de transporte; se rasgaron las vestiduras cuando demandaron que el Gobierno del Estado (panista) respete esa garantía ciudadana.

Junto con sus homólogos del PT y PANAL, los ediles de Morena se fueron a la yugular a la esfera estatal por el largo retraso en la puesta en operaciones del sistema de transporte, pero a final de cuentas se plegaron a la propuesta panista bajo el argumento de que, la liberación del carril confinado, es lo que mejor conviene a la ciudad mientras se pone en marcha (si es que ocurre) el sistema.

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Durante el desarrollo de la sesión 47, representantes de organizaciones y miembros de la academia tomaron la palabra para defender ante el pleno del Ayuntamiento la importancia que tiene la implementación del proyecto de transporte para mejorar la calidad de vida de las personas que trabajan o van a la escuela y no tienen un vehículo ni dinero para pagar un Uber.

Los razonamientos, las demandas, los argumentos sólidos de las OSC y los ciudadanos fueron escuchados y hasta aplaudidos, pero desatendidos por la partidocracia que no ve más allá de sus propios intereses de grupo.

¿Y los ciudadanos? Bien, gracias, viendo cómo se cortan las venas por ellos y luego, de todos modos, les dan el tiro de gracia.

¿Es conveniente abrir los carriles confinados  –al que se suma el del eje vial Juan Gabriel–, mientras no sean utilizados por el sistema de transporte?

La respuesta sobre una problemática ya de facto controversial, no es fácil. Lo que sí es un hecho es que la infraestructura sin el uso, a la que se dedicaron más de mil millones de pesos, no responde de momento a los anhelos de los juarenses de tener un servicio de transporte digno y que se encuentra muy lejos de garantizar el derecho a la movilidad sostenible.

Lo que raya en la indignación son las actitudes y las aptitudes de quienes tienen bajo su responsabilidad la implementación del proyecto de movilidad de la ciudad que, además, uno de sus componentes más importantes son las ciclovías que son igualmente ninguneadas por los dos niveles de Gobierno.

María Vásquez Castillo, docente de la UACJ, habló en la tribuna duro y directo a los regidores y les pidió que no autorizaran la liberación del carril confinado, recordándoles que el servicio de transporte es un tema de justicia social y un derecho humano.

“Los usuarios de transporte público están molestos porque ven que el PAN, la administración Estatal pasada y la actual, invirtieron para mejorar transporte y ese beneficio no es tangible… están molestos porque su Gobierno municipal solo ve por los automovilistas y no exige al Gobierno del Estado que cumpla con su responsabilidad”. ¡Zas! Más claro ni el agua.

Los ciudadanos en tribuna, pidieron ponerse en los zapatos de los estudiantes y trabajadores que no tienen un transporte seguro, digno y eficiente, pero pagan el reciente incremento de una tarifa que no les retribuye en nada.

Alejandro Rascón Amaya, integrante del Consejo de Movilidad y luego Ricardo González Urquidi, se unieron a la petición de votar en contra del exhorto.

González soltó un bombazo que aún debe resonar en la cabeza del regidor Flores Silva a quien cuestionó cómo es que estaba impulsando la movilidad de los juarenses desfogando el carril confinado.

Los certeros cuestionamientos ciudadanos fueron seguidos de una larga perorata de dimes y diretes que, como fuego cruzado, se soltó entre los regidores.

Sin embargo, ninguna intervención respondió al inquietante mensaje escondido detrás del acuerdo, el mismo que mandó el coordinador de la fracción panista y que pone los pelos de punta, ya que en línea con el partido que administra el Gobierno del Estado, responsable del proyecto de transporte, consiguió cambiar el uso del carril confinado, tal vez en señal de que su implementación todavía se llevará aún mucho tiempo y es necesario minimizar el descontento social en tiempos electorales, lo cual resulta muy desafortunado.

Mirone pregunta a los que toman las decisiones, ¿no hubiera sido más conveniente abrir ambas vías del BRT en eje vial Juan Gabriel y avenida Gómez Morín a vehículos de emergencia, las líneas de transporte urbano y de transporte de personal, que son las que siguen circulando por cientos diariamente y entorpecen el flujo vehicular? Ahí se las dejamos botando.

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Si alguien dudaba del propósito del diputado Francisco “Pancho Pistolas” Sánchez, de MC, para oponerse de la manera tan férrea como lo hace, ya lo dejó al descubierto, en una de esas, porque lo traicionó el subconsciente.

Resulta que, entre sus pretensiones, además de cancelar la circulación de los libros editados por la SEP, quiere que le compremos textos a particulares, en vez de que el Estado Mexicano o el gobierno de Chihuahua haga los propios.

Así lo dijo: “necesitamos también un mandato para obligar a las autoridades a comprar libros de texto a editoriales particulares”. Ojo con el verbo: “Obligar”, o sea, que no haya de otra más que comprarle a alguna editorial privada, ¿a cuál, en específico? Porque no hay muchas que digamos que se dediquen a la elaboración de libros de texto para grados escolares de educación básica.

¿Para quién sería el negocio, entonces?

Algo hay de eso, porque su insistencia de que los libros de texto se hagan de nueva cuenta con contenidos distintos contempla también que la impresión se haga en Chihuahua.

O sea, que le dio la razón a la 4T: que quienes se oponen a los nuevos textos es porque quieren que la impresión de libros vuelva a ser negocio de unos cuantos.

¡Tanto que abomina al morenismo y ahora les da la razón!

Ojo con la propuesta, porque si la Corte le llega a dar la razón –y en estos días se la da a cualquiera que esté en contra del obradorismo– entonces habría qué conceder el contrato a una empresa particular.

Y, ¿cuál es la más grande, de entre las que hay en Chihuahua? Pues al menos una de ellas es la que tiene por propietario a Edibray Gómez, actual funcionario estatal.

No está de más guardar el dato por si acaso se llegase a otorgar ese contrato. Pendientes, pues.

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Este jueves 24 de agosto falleció uno de los intelectuales más reconocidos y prolíferos que hayan surgido de Ciudad Juárez: el escritor, historiador y ensayista Ignacio Solares.

Si bien nació en la frontera, su primera formación escolar la tuvo en la capital, para ser exactos, en el Instituto Regional, ya desaparecido, que estaba a cargo de clérigos de la Compañía de Jesús.

De ese paso, Solares recordaría su formación jesuita, tal como lo dijo al diario Milenio en entrevista publicada el 21 de enero del 2020: “Esta obra –El Juramento– surge del hecho  que yo, que realmente estudié con jesuitas en Chihuahua, anduve varias veces en la sierra Tarahumara, algunas veces dormí ahí y vi las estrellas al alcance de la mano”.

Nació en Ciudad Juárez el 15 de enero de 1945, estudió la educación básica en Chihuahua y posteriormente partió hacia la ciudad de México para estudiar en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.

En esa misma casa de estudios fue profesor en la de Ciencias Políticas y Sociales. También fue coordinador de Difusión Cultural y director de Literatura, Teatro y Danza y de la Revista de la Universidad de México.

Aunque su trayectoria como miembro de los círculos culturales transcurrió principalmente en la ciudad de México, nunca olvidó sus orígenes juarenses, pues eran recurrentes sus visitas tanto a la frontera como a la capital del estado.

En el año 2011 participó en la presentación del libro “La toma de Ciudad Juárez” editado por el Instituto Chihuahuense de la Cultura, hoy, Secretaría de Cultura.

La novela histórica fue una de sus especialidades más destacadas, como quedó de manifiesto con la obra “La invasión”, referente a la guerra entre México y los Estados Unidos en 1847.

Su obra literaria recibió múltiples reconocimientos a nivel internacional, como la beca de la John S. Guggenheim Foundation, el Premio Xavier Villaurrutia, el Premio Nacional de Literatura José Fuentes Mares, el Premio Mazatlán de Literatura y el Premio Nacional de Ciencias y Artes en Lingüística y Literatura. Fue Doctor Honoris Causa por la Universidad Autónoma de Chihuahua y creador emérito del Sistema Nacional de Creadores de Arte.

Su obra ha sido traducida al inglés, italiano y alemán.

Autor de libros como “El hombre habitado”, “La Noche de Ángeles”, “Delirium tremens”, entre otros, Solares murió a las 21:30 horas en el hospital Médica Sur a causa de diversas complicaciones de salud. Sus restos serán velados en la funeraria Gayosso de Félix Cuevas, este sábado.

Su último libro “Novelista de lo invisible” (Grijalbo, 2023) fue escrito a cuatro manos con el también periodista cultural y escritor, José Gordon.

Que descanse en paz, y nuestro más sentido pésame a su familia, pero también, a las letras juarenses y mexicanas.