La reforma laboral fue avalada ayer por casi todas las bancadas en la Cámara de Diputados, pero, a la par, reconocieron que quedaron en deuda con millones de trabajadores en México por dejar a un lado el tema de la subcontratación y las condiciones laborales en el campo; algunos, también reclamaron y asumieron que se aprobó con presiones de Estados Unidos.
Con estas modificaciones a las leyes laborales, enviadas al Senado para su análisis, el país responde a los acuerdos en materia sindical adoptados en el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
La reforma busca garantizar que la elección de las directivas sindicales y sus miembros sea de manera personal, libre, directa y secreta, evitando la injerencia del patrón; y se obliga a los líderes sindicales a la rendición de cuentas; también se eliminan las juntas de conciliación y arbitraje y se transforma el sistema de justicia laboral privilegiando la conciliación, entre otros cambios.
PARA SEPTIEMBRE
Con 417 votos a favor, uno en contra y 29 abstenciones, el pleno de la Cámara aprobó la reforma laboral impulsada por Morena. Sus aliados, el PES y el Partido Verde, y las bancadas de oposición del PAN, PRI, PRD votaron a favor; en abstención el Movimiento Ciudadano y el PT.
Durante la larga discusión, que duró poco más de siete horas, la oposición y el Partido del Trabajo lamentaron que no se incluyera la subcontratación de los empleados, conocida como outsourcing. El panista Jorge Arturo Espadas dijo en tribuna que la reforma “es un buen comienzo, pero le estamos quedando a deber a México”.
Sin embargo, debido a que los petistas advirtieron que votarían en contra, los morenistas cedieron y se comprometieron a que, iniciado el nuevo periodo ordinario en septiembre próximo, el tema de la subcontratación será puesto a discusión, bajo el esquema de parlamento abierto.
Óscar González Yáñez, del PT, dijo que es “inaceptable pensar que, de la explotación del hombre por el hombre, ahora sea la explotación del hombre por el hombre y también por la ley”.
Antes de concluir la intervención del petista, el panista Lenin Pérez Rivera solicitó su opinión afirmando que la presente reforma “evidentemente se ha dado bajo la presión de los sindicatos norteamericanos”.
Durante las reservas, la diputada priista Mariana Rodríguez afirmó que la reforma va a costar, aproximadamente, cinco mil millones de pesos, y dijo que sin un plan presupuestal no habrá recursos para que funcione.
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