La izquierda de Chihuahua está de luto. Serafín Luna Sánchez falleció sin renunciar jamás a su lucha. Su historia comenzó en 1977, cuando se sumó al movimiento estudiantil en Ciudad Juárez y enfrentó de frente la represión de la Guerra Sucia. Desde entonces, su vida quedó ligada a la defensa de los derechos, la educación y la dignidad del pueblo.
Murió el lunes en El Paso, Texas, tras una dura batalla contra el cáncer. Pero hasta el final se mantuvo lúcido, crítico y firme en sus ideales. En sus últimas conversaciones con compañeros de lucha, lanzó una advertencia que resuena como testamento político:
“Esto se va a poner cabrón… pero no dejen de luchar, cabrones”.
Su primera gran batalla fue durante la represión de los años setenta, cuando participó en la recuperación de tres militantes de la Liga Comunista 23 de Septiembre detenidos en el Campo Militar No. 1. Desde Ciudad Juárez —epicentro de movilización en aquellos años—, Serafín aprendió que la dignidad no se negocia y que la libertad se defiende a costa de todo.
Más tarde se convirtió en formador de generaciones. Estudió en la Universidad de Nuevo México, fue docente en el Instituto Tecnológico de Parral y, más adelante, primer director del Instituto Tecnológico de Cuauhtémoc de 1991 a 1994. Desde ahí sembró pensamiento crítico, valores democráticos y conciencia social.
Militante hasta el último aliento
En 2011 se sumó con fuerza al proyecto político de Andrés Manuel López Obrador. Participó en la fundación de Morena en Chihuahua y se mantuvo fiel al movimiento. Su postura fue clara: defender la raíz popular del proyecto, no su cáscara burocrática.
Mientras su salud se deterioraba, su compromiso crecía. Recibía a compañeros, con la misma energía de siempre, para discutir el rumbo del país y del estado. Su cuerpo daba señales de agotamiento, pero su mirada seguía encendida.
“Murió con la frente en alto”, compartió su hijo a sus amistades más cercanas.
Reconocimiento a un legado de lucha
En redes sociales, exalumnos, colegas y militantes de izquierda expresaron su respeto:
“Gran pérdida para la izquierda y para los libres pensadores”, escribió Venancio Morales.
“La Sierra Tarahumara está de luto. Lo vamos a extrañar”, expresó Rosa Lilia Cardona.
“QEPD, deja un legado de lucha”, compartió Carolina Saldana.
Su cuerpo será trasladado a Ciudad Juárez, donde será velado. Además, se prepara un homenaje en el Tecnológico de Parral, donde dejó una huella profunda como educador y guía.