El guaraní Darío Lezcano, uno de los jugadores emblemáticos del club Bravos de Ciudad Juárez, se encuentra en medio de una polémica luego de tatuarse una pistola en la cintura.
El 19 de julio de 2019, Bravos le dio la bienvenida en las redes sociales al delantero paraguayo que fue seleccionado nacional, jugador del Colo Colo, y que contaba con experiencia en las eliminatorias de Rusia 2018 y en la Copa América 2016.
Lezcano fue el séptimo refuerzo para el torneo 2019, luego de que Bravos comprara la franquicia a Lobos BUAP para jugar en el máximo circuito. Antes habían sido contratados
Gustavo Velázquez, Edu Pérez, Alberto Acosta, Israel Jiménez, Joaquín Esquivel y Jeferson Intriago.
Hace un año, el jugador se reintegró al equipo tras pasar 11 meses lesionado por una ruptura del tendón, tiempo en el que fue apoyado por el club para que recibiera atención de primera.
De acuerdo a información de ESPN, el club Pachuca está en busca de Lezcano, el paraguayo sería la baja más importante del conjunto fronterizo, y podría irse en las siguientes horas.
En ese contexto el jugador de Bravos ha aparecido con un nuevo tatuaje, de un arma, que parece que traer fajada en la cintura.
Ciudad Juárez atraviesa desde hace meses por una severa crisis de violencia que ha llamado la atención a nivel nacional, sobre todo por hechos como los del “Jueves Negro”, en el que delincuentes atacaron a la población civil con un resultado de 11 muertos, y la fuga del Cereso que haasta hoy ha cobrado más de 30 asesinatos.
Algunos aficionados han cuestionado las razones por las que Bravos no le ha llamado la atención al paraguayo, recordando lo que sucedió hace semanas en Cruz Azul.
A principios de enero de este año, el zaguero de la Máquina, Julio César “Cata” Domínguez, desató una polémica por una fiesta infantil en honor de su hijo, donde los menores estaban ataviados como narcotraficantes.
Las redes sociales viralizaron las imágenes donde un grupo un niños llevaban armas de gotcha y gorras con la leyenda JGL, en supuesta alusión a Joaquín Guzmán Loera, y la palabra Chapiza sobre las viseras.
El hecho casi le cuesta el trabajo a Domínguez, tras las duras críticas que recibió en programas de futbol. El juygador tuvo que pedir perdón.
Aficionados de Bravos indicaron que el delantero paraguayo publicó imágenes cuando llegó al club, una de ellas el 23 de agosto de 2019, en la que se aprecia que el jugador no llegó a Juárez con la pistola plasmada, sino se la tatuó en esta ciudad.
Otros aseguraron que el jugador debería promover valores de paz y no de violencia, en una urbe como Juárez, que ha sufrido por el uso de armas en miles de asesinatos ocurridos en los últimos años.
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