“Déjeme decirle, su señoría: nosotros no somos culpables, solo seguíamos órdenes”, con esas palabras, Nancy Iveth A.A. intentó defenderse ante el juez que la vinculó a proceso como tercera implicada en el caso Funeraria Del Carmen. La mujer enfrenta cargos por fraude e inhumación ilegal, luego de que una familia recibiera una urna con cenizas falsas mientras el cuerpo de su ser querido permanecía oculto en el inmueble.
A diferencia de su hijo y su tío, Nancy Iveth A.A. enfrenta su audiencia de vinculación a proceso penal por los delitos de fraude e inhumación de cadáveres en libertad, aunque de momento solo de manera condicional, gracias a un recurso judicial interpuesto en el Juzgado Séptimo de Distrito en Chihuahua.
En las audiencias que derivaron en las detenciones de Miguel Ángel A.O. (tío) y de Roberto Isaac A.A. (hijo), la Fiscalía General del Estado señaló que había una tercera persona implicada, misma que no había podido ser presentada por efecto del recurso judicial: Nancy Iveth A.A., identificada como una de las encargadas de la funeraria Del Carmen.
En este lugar, según la carpeta de investigación presentada por la Fiscalía General del Estado, permanecieron durante un mes los restos de José María Iglesias Martínez.
La familia del hombre había contratado los servicios funerarios en el negocio ubicado entre las calles Níquel y avenida 16 de Septiembre. En específico, acudieron con Nancy Iveth, quien les habría vendido un paquete con un costo de 34 mil pesos.

El contrato incluía la ceremonia religiosa en las instalaciones de la funeraria, así como la cremación del cuerpo; sin embargo, debido a que había muerto de manera violenta, los restos de José María no podían ser cremados.
Según los testimonios de las víctimas, Nancy Iveth les dijo que en El Paso sí se podía realizar el procedimiento e incluso les dio dos crematorios en los que supuestamente se haría: Legacy y Memorial Pain.
Días después, a los familiares les entregaron una urna de madera con las supuestas cenizas de José María.
Luego de que se dio a conocer el hallazgo de 386 cuerpos en el crematorio Plenitud, la familia del hombre comenzó a dudar sobre el origen de las cenizas que tenían en casa, por lo que fueron a cuestionar a Nancy Iveth.
Aseguraron que, al pedirle documentos que acreditaran la certificación de la cremación en Estados Unidos, ella respondió que no tenía acceso al correo electrónico donde se los enviaban y se negó a entregarlos.
Finalmente, tras la inspección sanitaria en la que se encontró el cuerpo y luego de un análisis forense, se determinó que correspondía a José María Iglesias Martínez.
“Quiero limpiar mi nombre”
Ante la solicitud del Ministerio Público, el defensor de la imputada, Jorge Luis Valenzuela Peralta, resaltó que no había elementos suficientes para demostrar la probable responsabilidad de su defendida en los delitos que se le imputaban.
Agregó que su clienta deseaba rendir declaración ante el Juez de Control.
Vestida con suéter negro, blusa blanca, el pelo recogido y una banda negra en la frente, la mujer subió al estrado para dar su testimonio.
A preguntas de su abogado, comentó que no tenía conocimiento de lo que ocurría al interior de la funeraria y reiteró en varias ocasiones que únicamente “seguía órdenes de Miguel Ángel”.
Dijo que era empleada ocasional, aunque admitió que era su único ingreso; se dedicaba a ayudarle a su tío en diversas tareas, principalmente diligencias en la FGE y el Semefo, venta de servicios funerarios, atención a clientes, entrega de documentos y urnas de cenizas.
Afirmó que no recibía apoyo económico de su familia y que incluso, cuando tuvo que someterse a una cirugía hace un año, acudió al MediChihuahua por falta de recursos.
Añadió que su hijo, Roberto Isaac, colaboraba en la funeraria cuando estaba disponible.
Sobre si conocía a la familia de la víctima localizada en la funeraria, recordó que solo la había visto una vez y que el contacto fue por mensajes de WhatsApp, donde le preguntaron si podía cremar a una persona fallecida de manera violenta.
Nancy respondió que en Juárez estaba prohibido, pero que en El Paso, Texas, sí era posible. Afirmó que hace dos años, encargados de funerarias y autoridades de Protección Civil y Coespris les explicaron las restricciones para muertes violentas.
Agregó que sabía que su tío tenía la manera de cruzar los cuerpos a El Paso y que ella se encargó de pasar el cuerpo y entregar los papeles a la familia.
Reiteró que solo una vez vio a la madre de José María, cuando acudió a pedir documentos, pero dijo que había mucha gente porque todos solicitaban información tras el hallazgo en el crematorio.
Respecto a los depósitos de los clientes, explicó que los recibía porque su tío no tenía cuenta bancaria, pero al final del día le entregaba el dinero, mismo que se usaba para los gastos de la funeraria.
Incluso, aseguró que Miguel Ángel le decía que había veces “en las que no salía”.
Señaló que el propietario de la funeraria era Andrés Jiménez Acedo, hermano de la esposa de Miguel Ángel, y que el encargado era su hijo, Miguel Ángel A.T.
Ella, su hijo y el nieto de Miguel Ángel fungían como empleados ocasionales.
Su defensor presentó una licencia de funcionamiento emitida por la Cofepris, donde se señala como propietario a Andrés Jiménez Acedo.
“Déjeme decirle, su señoría: nosotros no somos culpables, solo seguíamos órdenes. Si me pedían algo, lo hacía, andaba como cualquiera, correteando la chuleta. Yo no pensé lo que estaban haciendo, ya nos están agarrando de su puerquito. Yo solo quiero limpiar mi nombre y el de mi familia”, remarcó.
Durante el interrogatorio del Ministerio Público, respondió que tenía entre 8 y 10 años trabajando en la funeraria Del Carmen y que, desde hace 50 años, era propiedad de su familia.
Sin embargo, cuando se le preguntó quién había firmado el contrato con la familia de José María, contestó en reiteradas ocasiones: “me reservo, me reservo, me reservo”, con lo que concluyó el interrogatorio.
Pese a todo, hay probable responsabilidad
Aunque el Juez reconoció que la acusada presentó una versión distinta a la de la Fiscalía, aclaró que esto no eliminaba la probable responsabilidad en los delitos imputados.
Por ello, dictó auto de vinculación a proceso penal por los delitos de inhumación, exhumación y respeto de cadáveres, así como fraude.
Por ahora, Nancy Iveth enfrentará el inicio de su proceso en libertad condicional.
Esta es la tercera vinculación a proceso que la Fiscalía obtiene en el caso de la funeraria Del Carmen. Miguel Ángel A.O. y Roberto Isaac A.A. permanecen a la espera de que concluyan sus periodos de investigación complementaria para continuar con sus procesos penales.
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