El ambiente en la Sala 4 de apelaciones dentro de Ciudad Judicial era tenso, en los rostros de los acusados y en los de los abogados que intervienen dentro de este juicio se podía notar, y es que no es para menos, la esposa de Ismael Villagómez Tapia, había sido anunciada para presentar su testimonio en esta jornada.
Anteriormente, dentro del juicio que se sigue en contra de Jesús Adrián C.L. y Carlos Miguel H.H., por el homicidio en contra del fotoperiodista que laboraba en el Heraldo de Juárez y que fue asesinado el pasado 16 de noviembre de 2023, ya había sido llamada al estrado la pareja sentimental de Ismael.
Sin embargo, ante el dolor que le causaba la pérdida de su esposo, no pudo hablar y terminó por romperse, antes de que siquiera pudiera comenzar su declaración ante las juzgadoras que atienden el juicio.
Ahora llegó acompañada de una psicóloga, proveniente de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, que serviría como contención emocional en caso de que fuera necesario.
La señora Gutiérrez entró a la sala y un silencio sepulcral junto con ella, a diferencia de la vez pasada, ahora se dirigió directamente al estrado, no observó hacía donde estaban los acusados, solo se concentró en llegar a su asiento, detrás, le seguía el paso la psicóloga.
Las juzgadoras empezaron el proceso previo a la declaración de un testigo, solo que esta vez, con un tono más amable, casi maternal. Le explicaron las razones por las que estaba ahí y el procedimiento que se seguiría, que respondiera con voz fuerte y clara y que, antes de responder una pregunta, esperara un momento, en caso de que se presentara una objeción.
Al principio, se le rompió la voz, pero conforme avanzó el tiempo, se recompuso. Ahora estaba más preparada para enfrentar este juicio, situación que advirtió la propia representante del Ministerio Público, quien con un tono amistoso le dijo “qué bueno que ahora la veo más calmada”.
El cuestionario empieza y con ella, los recuerdos de cómo fue que vivió la tragedia que le amargó la vida. Recordó que, en la noche del 15 de noviembre de 2023, Ismael llegó de trabajar, venía de Villa Ahumada.
Alrededor de las 11 de la noche, se fue otra vez, ahora para ser conductor en una aplicación de viajes. Ella ya no supo de su paradero, hasta las 8:30 de la mañana del 16 de noviembre, cuando recibió una llamada de su cuñada.
“-¿Sabes que le pasó a Ismael?
-No, no sé
-Parece que está muerto”
Fue parte de la conversación que tuvo con la hermana de Ismael. Entró en crisis, se desmayó, no podía creer lo que le acababan de decir. Como pudo, fue a encontrarse con su cuñada, a la Fiscalía General del Estado, ahí fue a reconocer el cuerpo de su esposo.
Mientras contaba esa parte, su rostro empezó a desmoronarse, pero miró al suelo, tomó la mano de la psicóloga y agarró fuerzas, quién sabe de dónde, y su voz volvió a ser fuerte y clara.
Le preguntaron si llevó algún documento, afirmó que llevaba la CURP, acta de nacimiento y otros papeles a nombre de Ismael. La fiscal empezó a preguntar sobre quién fue Ismael, cuando nació, a que se dedicaba, entre otras cosas para resolver cuestiones legales menores.
Al ser cuestionada sobre sí había realizado más trámites respecto a la muerte de su esposo, aseguró que el 1 de julio de 2024, la FGE le entregó dos teléfonos celulares propiedad de Ismael, lo anterior, debido a que tenían que esperar a terminar con las investigaciones para regresárselos.
Sobre la pregunta del impacto que Ismael tenía en su vida, comienza diciendo que “era una persona maravillosa”, pero su testimonio se detuvo. De su rostro empiezan a brotar las lágrimas y entre sollozos, alcanzó a decir: “Dejaron a mis hijos sin su papá, a una esposa con mucho dolor a una mamá sin su hijo”.
El dolor en la sala se hizo evidente, la encargada del juicio pidió un receso, la esposa salió rápidamente acompañada de la psicóloga. Pero los sollozos son tan fuertes y llevan tanto dolor, que, aunque ella estaba afuera, retumbaron dentro de la sala.
La juzgadora preguntó a la defensa sí habría un contrainterrogatorio, afectados por lo que acababan de ver, respondieron que no. Sin embargo, por cuestiones legales, la señora Gutiérrez debió regresar a la sala, simplemente para finalizar su testimonio.
Agarrada de la psicóloga, regresó visiblemente más tranquila, la jueza, solamente preguntó a los intervinientes cuál sería la situación en la que queda la testigo: “liberada”, señalaron todos.
Salió de la sala, lo más rápido que pudo, vio hacia todos lados, menos a donde se encontraban los presuntos asesinos de su esposo. Por ahora, la tormenta había pasado.
El testimonio del tercer implicado en el homicidio
El siguiente a entrar a escena en este juicio, también es un personaje que genera tensión entre los presentes. Identificado con las siglas J.E.C.B, fue el tercer hombre arrestado por los hechos en los que perdió la vida Villagómez.
Sin embargo, él no está siguiendo un proceso penal por el homicidio, sino por la posesión ilegal de un arma de fuego, precisamente, el arma de color rosa que presuntamente se utilizó para matar a Ismael.
Actualmente se encuentra recluido dentro del Cereso, por lo que, antes de que rinda su testimonio, es necesaria la presencia de un defensor público, quien al conocer los antecedentes previamente, advirtió que lo que declararía su cliente, podría incriminarlo penalmente.
Lo anterior, generó la primera discusión entre los intervinientes, que al final fue resuelta por el Tribunal Colegiado, quienes determinaron que, al estar ofertado como testigo, tenía que rendir su declaración forzosamente.
Aunque, aclararon que el testigo tenía oportunidad de no declarar o autoincriminarse, si lo consideraba necesario.
Así es como empezó un cuestionario pesado, lento, con objeciones y discusiones entre la defensa y el Ministerio Público. El testigo declaró que Jesús Adrián C.L. vivía con él en su casa, se conocían desde hace años y la noche antes de los hechos, los imputados habían estado con él, comiendo tortas y bebiendo licor.
Alrededor de las 12 de la medianoche, los sacó de su casa, les dijo que su mamá venía en camino y que lo iba a regañar. No supo a dónde se fueron.
Cuatro horas después, aproximadamente a las 4 de la mañana, llegó Jesús Adrián, pero lo vio que agitado, solo le alcanzó a decir “ya valió madre”, asimismo, le dijo que tenía lastimado un pie, que un “Didi” los quiso bajar y que escuchó un disparo.
Posteriormente llegó Carlos Miguel, pero le pidió que se fuera a su casa, que no eran horas para atenderlo.
Según su testimonio, se quedó dormido hasta la mañana siguiente, se levantó como a las 11, le habló a la mamá de su hija y después se “puso a jugar Warzone” en el Playstation.
Entre las 12 y 1 de la tarde, los agentes ministeriales se metieron hasta su casa y se lo llevaron arrestado junto con Jesús Adrián.
Los hechos que pasaron durante estas horas generaron controversia entre Ministerio Público y la defensa. Acorde con la declaración que rindió después de su arresto, el testigo hacía algo más que solamente jugar “Warzone”, por lo que se intentaron varios ejercicios de memoria, pero fueron rechazados.
El argumento fue que su declaración le podía traer responsabilidad penal y el testigo tenía la libertad de no hablar en su contra. El cuestionario del Ministerio Público terminó cuestionando al testigo sobre su relación con los imputados.
A los dos, los conocía desde la primaría, han sido amigos por más de 15 años y vivían por el mismo barrio.
El contrainterrogatorio de la defensa se centró en las declaraciones conseguidas por el Ministerio Público, el testigo aseguró que fue obligado a declarar y que no tuvo conocimiento de quien era su abogado defensor.
Sin embargo, en la pregunta del Ministerio Público, titubeó y solo mencionó “yo me sentía amenazado”. Con esto, finalizó la tensión y el testigo fue liberado para fines de este juicio, pero volverá a ser recluido para continuar con su proceso que continua en los juzgados federales.
Este día, la tensión en la sala terminó, el Ministerio Público pidió receso hasta el lunes, debido a que no han podido localizar a los últimos dos testigos que faltan. El plazo fue concedido por las juzgadoras, quienes determinaron que la última audiencia de desahogo de pruebas se realice el próximo lunes 25 de noviembre a la 1 de la tarde.
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