Es increíble el mercado de San Juan de Dios en Guadalajara, se trata de una construcción que fácil podría alcanzar dos campos de futbol, pero con varios pisos hacia arriba, en él puedes encontrar desde tragazón hasta artesanías, pero también es muy común la piratería.
Cualquier marca que se te ocurra, la vas a encontrar a muy bajo precio, pero eso no es exclusivo de este mercado. Sin temor a equivocarme, la matriz de la piratería está en Tepito, ahí es la zona más actualizada para conseguir cualquier tipo de artefacto o ropa de marca, inclusive para actualizarse tecnológicamente.
Tepito ha sido desde siempre el epicentro de la piratería, el tránsito de drogas y los negocios irregulares, no por nada se ha ganado la fama de Barrio Bravo. Pero también en el centro de la República existe otra sucursal con amplios reconocimientos a la tranza y me refiero al mercado de Santo Domingo, en donde el comercio que le da identidad no son la comida ni las artesanías; su fama se ha forjado por tener a los mejores falsificadores de México.
Puedes comprar desde un certificado de primaria hasta un título de ingeniero civil. Pero de todos los mercados habidos y por haber en México, ninguno se salva de tener entre sus principales comercios el de la piratería.
Lo que más llama la atención es que los mandatarios, los jefes de Gobierno, los que están encumbrados en la política, lo saben y bien pueden pasar otros 150 años y nadie dirá nada.
Tal es el caso de los 3 mercados ubicados en el centro de Ciudad Juárez: Carranza, Hidalgo y Reforma.
Solo para accesar por la calle Noche Triste es una especie de laberinto en donde las banquetas han sido “tomadas” por el comerciante pirata, para cruzar tan solo 50 metros habrá que sortear recovecos muy estrechos, y agachar la cabeza porque el espacio aéreo también está saturado de mercancía, todo ello adornado con los malos aromas de las alcantarillas tapadas desde hace 50 años.
La calle Noche Triste es una muestra de lo que se puede encontrar adentro del mercado, y vale mencionar que no solo es comida como solía encontrarse consuetudinariamente.
La obviedad de la piratería ofende a los ojos de cualquier transeúnte, sin embargo, a nadie le importa.
El comercio pirata está muy bien normalizado, los vendedores conocen las necesidades de la clientela. Por lo general el vendedor pirata se mueve por lo que está de moda y vale mencionar que lo que está de moda son las marcas preferentemente italianas, así que puedes encontrar desde un bolso hasta un pantalón o unos tenis y por supuesto, el panorama de mercados como estos, es adornado por un tendero con lentes de Maluma o con el cabello de Doble Pluma. Todo ello es parte del mercado natural que no es otra cosa que piratería, y lo puedes encontrar con mucha facilidad en cualquier mercado de este país donde ya no hay corrupción y donde las cosas ya no son igual que antes.
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