Es indudable que Mariana Enriquez (Buenos Aires, Argentina, 1973) es una de las grandes narradoras contemporáneas, hay quienes incluso la han comparado en influencia a la que tuvo Borges en su momento. Y de alguna manera sigue ciertos pasos de él, como haber sido directora de la Biblioteca Nacional de Argentina o dedicarse a un género periférico y un tanto menospreciado en Hispanoamérica como lo fue el terror, y digo fue porque luego del fenómeno Enriquez ya se ve con otros ojos a quienes se dedican a este género. Mariana Enriquez ganó el Premio Herralde de Novela por Nuestra parte de noche en 2019. Algunas de sus obras son Los peligros de fumar en la cama (2009), Alguien camina sobre tu tumba (2013) y Un lugar soleado para gente sombría (2024).
Este día quiero hablarles de algunos cuentos de Las cosas que perdimos en el fuego (2016). La misma Enriquez se sabe deudora del terror anglosajón, ya que en Hispanoamérica no tiene una tradición tan fuerte, pero lo que hace diferente la escritora argentina es que lleva ese terror al contexto argentino y latinoamericano, para ella el terror surge de la realidad misma, aquella subrayada por las desigualdades económicas, el abuso del poder, el abandono de ciertos sectores, las diferentes problemáticas como el narcotráfico, la violencia en sus diferentes formas, la corrupción, las dictaduras, entre muchas otras.
En estos cuentos encontramos a un chico sucio, en un barrio burgués venido a menos, con casas abandonadas, calles oscuras, en pocas palabras, un nido de ratas por el abandono de ese sector y porque se convierte poco a poco en refugio de vendedores de droga, de migrantes y de practicantes de santería y ritos satánicos. El cuento de “La casa de Adela” recuerda las películas de terror de la década de los 80, en la que un niño y una niña se juntan con Adela, una niña a la que le falta un bracito y que por esa razón es discriminada, pero no parece importarle mucho a ella. Este trío se entusiasma con una casa abandonada en el vecindario luego de que se pasan viendo películas de terror en la casa de Adela.
Hay un cuento en que un guía de turistas de Buenos Aires hace un recorrido por sitios turbios, aquellos en que se ubican asesinos seriales, como el Petiso Orejudo, el primer asesino serial argentino, un adolescente que mataba niños. En fin, podría hacer un recorrido por otros cuentos, pero con eso es suficiente para que vean los temas que trata Mariana Enriquez en este libro y a leer.
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