Para Cinthya Villegas, una juarense de 22 años, usar cubrebocas es un suplicio porque no puede respirar bien y se ahoga cada vez que sube las escaleras para llegar a las oficinas donde trabaja.
A pesar de su sufrimiento, lo utiliza porque a su familia no le fue “nada bien” con los contagios de Covid-19, influenza, gripa o cualquier enfermedad de las vías respiratorias.
Además, ha observado que “todo mundo anda enfermo”, así que prefiere protegerse con el cubrebocas, aunque mucha gente desdeña utilizarlo.
La mujer desconoce las estadísticas del padecimiento, pero con la simple observación puede establecer que las personas contagiadas no son pocas.
Las autoridades estatales del sector salud le dan la razón y advierten que durante el final del 2021 y el inicio de 2022 se registró un repunte en la transmisión de Covid-19.
El peligro ronda las fiestas de fin de año
Al analizar la situación, concluyeron que el contagio creció a causa de las reuniones por las fiestas de fin de año y porque se relajó el uso del cubrebocas que, ahora, tiene un uso discrecional; es decir, nadie está obligado a portarlo ni siquiera en espacios cerrados.
Los números explican mejor la teoría de los funcionarios: en noviembre de 2020 se registraron 7 mil 635 casos comprobados y en diciembre de ese mismo año 4 mil 695, para enero de 2021 hubo una sensible disminución a mil 805, a 992 en febrero y hasta 884 en febrero.
En ese entonces el uso del cubrebocas era obligatorio.
Por el contrario, en los últimos meses de 2021 y principios de 2022, cuando ya se habían aplicado vacunas contra el padecimiento y el uso del cubrebocas estaba más relajado, la tendencia fue al contrario.
En noviembre de 2021 se presentaron 789 personas enfermas de Covid-19, para diciembre la cifra creció a mil 775, mientras que en enero de 2022 se disparó a 7 mil 206 casos y en febrero fueron 5 mil 066; para marzo el número bajó a 1 mil 229 pacientes.
Para Cinthya fue muy notorio en aquel entonces que los casos de enfermos con el SARS-CoV-2 se incrementaron, al igual que ocurre ahora.
“Claro que no es fácil traerlo, pero no quiero enfermarme y contagiar a mis papás o hermanas. Todos en la familia nos enfermamos muy feo y no quiero que pase otra vez”, explica.
Divertida, dice que es como “un imán” para el SARS-CoV-2 porque ya lo padeció tres veces, al igual que muchos de sus familiares.
Aunque ella libró “más o menos bien” el padecimiento, dos de sus tías duraron semanas en cama y con oxígeno, y su recuperación no ha sido completa hasta ahora.
El cubrebocas como muro de contención
Rogelio Covarrubias Gil Lamadrid, director médico en la Zona Norte de la Secretaría de Salud estatal, aporta la opinión oficial acerca de las causas para el aumento de contagios en fin de año.
Los casos que se registran al final del año y la segunda semana de enero son producto de la convivencia familia en esta temporada.
Indicó que el virus no ha desaparecido, pero se mantiene más o menos bajo control por la actuación de toda la sociedad, no solo del sector de salud.
“Lo hemos controlado a través de una cosa muy sencilla, que es el uso del cubrebocas, que es una barrera que nos permitió avanzar muchísimo, sobre todo en las épocas álgidas de este virus”, declaró.
Sin embargo, continuó, no todos entendieron y aunque ahora el uso del cubrebocas es discrecional, se aplica a favor y se deja de utilizar.
“Fuera cubrebocas, ya estamos hartos, pues sí, pero empiezan los casos a aumentar… el hecho de que sea discrecional su uso no significa que yo no me ponga en los lugares públicos”, dijo.
No bajar la guardia
Ante la situación, el médico invitó a la población a utilizar el cubrebocas, porque por ahora no se puede forzar a que la gente lo haga, hasta que el Consejo Médico tome una decisión en tal sentido.
Ese grupo, conformado por integrantes de varios sectores de la sociedad chihuahuense, se reúne de forma dinámica y analiza varios factores para tomar decisiones, como la obligatoriedad de medidas preventivas.
Covarrubias Gil Lamadrid indicó que en enero pasado se registró una situación extraordinaria en términos de casos de Covid-19.
La estadística señala que en noviembre de 2021 se contabilizaron 789 casos confirmados del padecimiento, pero el número creció a mil 775 en diciembre de ese año y a 7 mil 206 en enero de 2022, mientras que en febrero pasado fueron 5 mil 066.
“Hubo un alza significativa, reunimos nuestro equipo de trabajo y concluimos que era justamente el no haber utilizado el cubrebocas en lugares donde debió haberse usado”, mencionó.
Añadió que se registró un repunte entre noviembre (510) y diciembre (mil 183, hasta el 15 de diciembre) de este año, por lo que no quiere ni pensar en la estadística del próximo enero.
Enfatizó que las cifras de personas internadas, de las que necesitan respiración asistida y las defunciones sí bajaron de forma significativa, lo que llevó a determinar que el uso del cubrebocas sea opcional.
Pero, continuó, en el momento en que se dijo a través del Consejo Estatal que el uso del cubrebocas era discrecional, el mensaje fue mal entendido por muchas personas.
“Pareciera que no hemos aprendido, la gente que aprendió a lo mejor tuvo un descenso en su casa… entonces una invitación muy clara y puntual a que la población haga un uso muy responsable del cubrebocas”, enfatizó.
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