¿Cuántas niñas y niños ve usted al día en cruceros, supermercados o simplemente en las calles de la ciudad deambulando, pidiendo una moneda, limpiando parabrisas o realizando cualquier tipo de trabajo? Según fuente informativa (Juárez, 2020) 131, niños y adolescentes se contabilizaron en los diferentes cruceros de Ciudad Juárez.
Si analizamos los postulados de la Convención de los Derechos del Niño, y la exposición de motivos de la Ley General y la Estatal de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, con facilidad vamos a comprender que, el hecho de que veamos a niños y adolescentes realizando el tipo de prácticas referidas líneas arriba, es fiel reflejo de que se está atentando contra sus derechos fundamentales.
Los niños deben gozar cabalmente de todos y cada uno de sus derechos consagrados en normas nacionales e internacionales. Este es ya un principio fundamental e inalienable.
Habrá quien diga que los factores de pobreza que pudieran vivir sus progenitores y los obliga a salir a buscar el pan de cada día. Sin embargo, debe quedar claro que el Estado en su conjunto debe atender estas situaciones de marginación y pobreza, y restituir cada uno de los derechos vulnerados al niño.
Esto debe darse desde el sentido de corresponsabilidad que “pueden y deben tener” los tres órdenes de Gobierno, municipal, estatal y federal. Deben tener presente la responsabilidad propia desde el ámbito de sus competencias, y dejar de aventarse “la pelotita unas a otras”.
Debemos tener claro como sociedad que, al ver a estos niños en los cruceros, o en otras actividades de riesgo, pueden estar pasando por situaciones negativas en su salud mental y física, además de inferir en su educación, incluso pudiesen estar siendo victimas de trata de personas o mendicidad forzada.
Los ciudadanos tenemos que jugar un papel importante para la protección de la niñez, en colaboración con las autoridades, mediante la denuncia al ver niños solos.
“No olvidemos” uno de los casos que cimbró y consternó a la ciudad de Chihuahua, el de la niña Camila, raptada y asesinada el 24 de octubre del 2018.
De ahí las preguntas; ¿Qué hace usted cuando ve solos a los niños? ¿Les da unas monedas? ¿Le es indiferente? ¿Procura saber con quién están? ¿Denuncia? ¿Se une a marchas y exigencias pasando las desgracias como el caso referido, o intenta prevenirlas, denunciando?
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