El ambiente en los alrededores de la Fiscalía General del Estado (FGE) es considerablemente menos tenso al que se vivía en días pasados, pero siguen llegando rostros llenos de tristeza, deshechos y con papeles de funerarias en las manos.
El semblante es más calmado en algunos, no es la primera vez que llegan a estas instalaciones o que se encaran con los agentes del Ministerio Público encargados de recoger los datos biométricos y demás características físicas, información que será cotejada con los 383 cuerpos encontrados en el crematorio Plenitud.
El alcance de la noticia y los rumores que se manejan en redes sociales se ha salido de control y ha generado una paranoia entre las familias juarenses que enfrentan este trance.

Dos mujeres, que piden compartir su testimonio bajo el anonimato, resaltaron que ellas se presentaron en las instalaciones de la Fiscalía porque sospechaban que las cenizas que les habían entregado no eran de su familiar.
Ambas se formaron desde primera hora y fueron atendidas por los agentes, solo para indicarles que el lugar en el que incineraron a su familiar, no era el que ha sido señalado.
Reconocieron, con la tranquilidad de no tener que revivir el duelo por la partida de su ser querido, que personas como ellas estaban retrasando la investigación de la FGE.
Esa dependencia ha atendido, hasta el momento, alrededor de 600 personas, según el fiscal de la Zona Norte, Carlos Manuel Salas.
Sin embargo, la señora Soledad, no tuvo la misma suerte que ellas.
Se enteró a través de los medios de comunicación sobre el hecho que se presentó en el crematorio; entre los papeles del funeral de su madre, encontró dos de los nombres que han sido mencionados en los últimos días: Crematorio Plenitud y funeraria Luz Divina.
Es la segunda vez que viene a pedir información a la Fiscalía. Sospecha que el cuerpo de su madre, María, quien falleció en 2021 a los 84 años de edad, está entre los 383 encontrados el pasado fin de semana.
Afirmó que ha sido un proceso lleno de dolor, apenas estaba saliendo del duelo por la muerte, mismo que había tardado cuatro años en superar, cuando ahora tendrá que verificar si las cenizas que le entregaron, realmente son de su madre.

La primera vez que fue, recibió un buen trato por parte de los agentes, quienes le explicaron el proceso y le preguntaron sobre datos de identificación, así como fotografías y demás información que pudieran ayudar a establecer la ubicación del cuerpo.
Ahora regresó porque le pidieron toda la documentación relacionada con el fallecimiento, como acta de nacimiento, de defunción, autorización de la cremación, contrato con la funeraria, entre otros que llevaba dentro de su bolsa.
Lo que le hicieron a su familia, así como a las de otras 382 personas, lo describió como algo “que no tiene nombre” y fue enfática en afirmar que, en caso de que los restos de su madre sean encontrados, denunciará penalmente a los responsables.
“Probablemente sí, porque no se vale que jueguen con los sentimientos de uno, no se vale. Discúlpenme, pero 16, 17 años son pocos, son pocos comparados a todo lo que sentimos todas las personas que estamos implicadas”, señaló.
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