Crece tendencia de combinar drogas y aumenta el daño mental en Ciudad Juárez

La mayoría de los adictos en rehabilitación consumen varias drogas al mismo tiempo, lo que ha vuelto más difícil la recuperación y los programas de atención, informó José Luis Galván, responsable de programas de atención en el centro Ave Fénix.

El consejero en adicciones dijo que las drogas de impacto no son un tema unilateral, es decir, que ya no se usan solas, sino varias sustancias al mismo tiempo.

Reconoció que ha habido una evolución en cuanto a la sustancia que se consume como droga, donde por ejemplo hace unos 20 años, lo principal era la heroína, donde tenían unos 80 internos en Ave Fénix, todos con el mismo problema.

Señaló que unos ocho años después, la principal sustancia de uso era la cocaína y ya después empezaron las pastillas, los inhalantes y ahora es el cristal, principalmente.

Los efectos del cristal

Ejemplificó que, el cristal causa mucho delirio de persecución a los usuarios, pánico, ausencia o exceso de sueño, así como falta de apetito, de tal manera que, para bajar la presencia del cristal en el organismo, algunos, utilizan la mariguana para poder comer o descansar.

Este panorama obliga a los centros de rehabilitación a trabajar con estrategias para combatir los síndromes de abstinencia de hasta tres drogas al mismo tiempo.

Indicó que, en el caso del fentanilo, utilizado para potencializar otras sustancias, se dice que los usuarios no saben que las están alterando, cuando en realidad es que sí se dan cuenta y al gustarles la combinación, la siguen buscando.

Señaló que, ciertamente, los adictos tienen una droga que consumen más, pero si les llegan a ofrecer otra, la utilizan sin dudarlo.

Galván dijo que es así como van moderando el consumo de alcohol, cocaína, cristal, entre otras combinaciones, para sentir efectos más fuertes. Al final de cuentas lo que buscan es el placer inmediato, aunque luego viene el daño severo, señaló.

El ser humano –insistió–, sigue empeñado en autodestruirse, al fomentar y normalizar la combinación de drogas.

En el caso del cristal, es común que lleguen con problemas de depresión, esquizofrenia y paranoia a pesar de que tengan poco tiempo de haber empezado a consumirlo.

Además, unos llegan con algún trastorno mental que igual puede ser hereditario o de accidentes que hayan tenido, lo cual se dilucida con una valoración psiquiátrica, dijo.

Buscan llegar al origen del problema del consumo

El responsable de programas de atención en Ave Fénix, explicó que en el centro se pretende no solo trabajar con la sustancia, sino ahondar en la individualidad de cada persona, para encontrar lo que los llevó a usar drogas.

“El problema no es la sustancia, el problema es por qué la está consumiendo”, enfatizó.

Necesariamente hay algún otro problema que ocasiona el uso de las sustancias, según consideró.

Anotó que se hace una introspección para saber varios aspectos, como si fueron hijos deseados, el tipo de ambiente que llevaron en familia y en sociedad, así como las experiencias que han tenido.

Explicó que también es cierto que el ser humano es producto de sus genes, de su historia y sus decisiones.

En el caso de la metodología de Ave Fénix, especificó que trabajan en los cuatro componentes del ser humano, que son dimensiones física, emocional, mental y espiritual.

Precisó que, al llegar el usuario, lo primero que se hace es ayudarlo a mantener el estado de alerta a través de trabajar el síndrome de abstinencia, con sueros multivitamínicos. También mediante activación física, con ejercicios y uso de gimnasios.

Dijo que, en lo físico, además les proveen su alimentación con el desayuno a las 8:00 de la mañana, comida a las 2:00 de la tarde y cena a las 8:00 de la noche, pero, además, entre alimentos, se les proporciona un snack.

Explicó que primero que nada, esta regularización de su alimentación les ayuda a fortalecer su sistema, porque mientras están en las adicciones, casi no comen.

“No comen, no duermen y muchas veces el aseo físico lo dejan aparte”, subrayó.

Heridas en el alma

José Luis Galván, explicó que se trabaja con el manejo de emociones como la ira, el miedo, resentimientos y otros como las frustraciones que se han ido acumulando en su historia de vida y que tienen como heridas en el alma.

Aclaró que el control de esas emociones hubiera ayudado a muchos, a no parar en la cárcel, como es el caso de los que sufren ira, la cual los lleva a cometer hasta homicidios, por no saberse controlar.

Galván señaló que algunos han sufrido abandono, otros han sido maltratados o incluso abusados sexualmente, proceden de familias disfuncionales, tóxicas, donde algunas veces otros integrantes sufren las adicciones y les proveen las sustancias.

En el plano espiritual, externó el consejero, se les habla a los internos de que hay un Dios que también resulta una alternativa, independientemente de la religión que profesen, que puede ayudarles a cambiar el rumbo de sus vidas.

En el caso de la mente, se estudia de dónde vienen los pensamientos que tienen, de cómo aprenden a través de los sentidos y de analizar la realidad.

Detalló que los casos se van trabajando individualmente, con el consejero, el psicólogo y a través de las terapias grupales.

No todos sufrieron abandono físico, pero sí emocional

Por otra parte, el especialista explicó que no siempre los usuarios de drogas sufrieron abandono o no se les dieron atenciones, sino que, por el contrario, es la familia la que les alimentó la comodidad y el infantilismo se prolonga demasiado, lo que impide que haya una madurez.

Mencionó que cometen errores los hijos y en lugar de permitirles que resuelvan los problemas, el padre o la madre se los resuelven, de tal manera que no sufren las consecuencias y esa zona de confort que se genera, los hace presas fáciles de las adicciones.

También afirmó que hay mucha ignorancia en las familias, porque llegan a tolerar el uso de la mariguana, con la creencia de que es inofensiva por ser natural, cuando lo cierto es que puede llegar a causar hasta esquizofrenia, aparte de otras afectaciones a la salud.

Respecto a la familia, anotó que a veces no es la ausencia de uno de los padres lo que desencadena que los hijos usen drogas, sino que pueden estar los dos y la falta de comunicación es lo que orilla a caer en las adicciones, además de la falta de disciplina en el hogar o la ausencia de límites a las conductas.

Puntualizó que tanto la ausencia de alguno de los padres o de figuras de autoridad, como el exceso de atenciones y liberalidad, pueden ser causas de que caigan en adicciones, calculando que de los que llegan a recibir rehabilitación, la mitad son de unos y la otra mitad de los otros.

Subrayó, sin embargo, que los que son colmados de atenciones, también enfrentan problemas, y los padres, en muchas ocasiones, lo desconocen, como lo puede ser el bullying.

Consideró que es importante que se siga trabajando en materia de adicciones porque es un grave problema social y de salud pública.