El acto de revocación de mandato debe ser una herramienta de participación democrática que permita, de manera civilizada, deponer de su cargo a quien defraudó el voto de la ciudadanía, e incluso, sería deseable que este fuera un ejercicio determinado por la ley para que a mitad del mandato, el pueblo vote por la permanencia o no de los servidores públicos.
Las anteriores son palabras textuales de Javier Corral Jurado, en mayo de 2016, emitidas en el marco de su campaña como candidato a gobernador y que hoy fácilmente pudiera ser aplicado a sí mismo, tras la rotunda desaprobación del 74.7 por ciento a su gestión como jefe del Ejecutivo, gracias a su torpeza por cómo conduce la administración pública, ubicada en el precipicio de la ingobernabilidad.
El hartazgo ciudadano y su descontento hacia el jefe del Ejecutivo y su administración no son obra de la casualidad, ni mucho menos un tema de percepción sesgada.
Es tal la irritación social, que basta dar una repasada a las redes sociales para conocer el nivel de repudio social generalizado contra el gobierno panista que le bastaron dos años para quedar empantanado.
Corral Jurado es de los peores gobernadores evaluados a nivel nacional. Una abrumadora mayoría de los chihuahuenses observa que la violencia está fuera de control, y a la que abona la falta de tacto político de Corral cuyas rabietas y caprichos derivaron en una fallida estrategia.
En lugar de tender puentes y canales de diplomacia para lograr la paz que todos anhelamos, el gobernador parece que ha olvidado atender el principio más elemental de todo gobernante: defender lo más preciado que es la vida de los ciudadanos.
¿O acaso pensará Corral que son más importantes sus recurrentes confrontaciones con la federación?
Desde que se estrenó como gobernador, Corral abrió un innecesario frente de batalla política contra Enrique Peña Nieto, y luego, como fiel adorador de la confrontación, arremetió contra Andrés Manuel López Obrador cuando éste ni siquiera se había colocado la banda presidencial, descalificando a las nuevas autoridades federales por el tema de la Guardia Nacional y la designación de los superdelegados en los estados, sin siquiera compenetrarse antes de las estrategias.
En lo que se refiere a las finanzas estatales, estas están ubicadas en el descontrol, comprometiendo la operación de la administración en el cierre de año ante lo cual se abre la posibilidad de solicitar un nuevo préstamo para hacer frente a una nueva crisis a la cual se suma la mala estrategia en la estructura de la deuda. Tal vez hubiera sido conveniente consultar a Jaime Herrera, el exsecretario de Finanzas de César Duarte, hoy testigo protegido del gobierno corralista.
En el escenario político, en las oficinas de Palacio y del PAN aún resuena el estrepitoso retroceso obtenido en las pasadas elecciones, gracias al voto de castigo de los ciudadanos hacia la administración estatal que resultó reprobada en las urnas.
En este 2018 que está por terminar, si algo ha quedado confirmado es que Corral no supo, no pudo o no quiso hacerle frente a la compleja realidad estatal y a los reclamos ciudadanos, privilegiando la frivolidad caracterizada en su mandato.
En Chihuahua es notoria la ausencia de un líder que convoque a la unidad y a la reconciliación, dos rasgos delineados por el gobierno de López Obrador, en lugar de ir a contracorriente como ocurre en el caso de Javier Corral cuyos buenos oficios en la diplomacia política lo catapultan como un político de baja estatura.
No se puede dejar de mencionar que el titular del Ejecutivo estatal mintió a los juarenses cuando en los primeros días de enero anunció que este sería el “Año de la Seguridad”. Las masacres y los muertos rebasaron las expectativas.
El estado se le escurre de las manos a Corral y pareciera ser que es el único que no se ha dado cuenta.
Por lo antes expuesto y en el contexto de crisis por el que atraviesa el estado de Chihuahua, se deben de retomar las palabras del gobernador al referirse a la revocación del mandato por haber defraudado la confianza de los ciudadanos que lo eligieron.
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