Conflictos cotidianos, ¿encuentran justicia en el sistema cívico?
Menos de la mitad de quienes buscan solución a los conflictos vecinales que enfrentan en Ciudad Juárez encuentran resoluciones bajo el Sistema de Justicia Cívica, un esquema que busca prevenir delitos
Raúl Flores / Contexto para Norte Digital | 11 junio, 2025
Luis Santos está por cambiarse de casa por un problema que ha tenido con su vecino, el hijo de este acostumbra prender el sistema de sonido de su carro y subirle de nivel hasta que tiemblan las ventanas.
Normalmente, cuenta, esto sucede todos los días de las 11:00 de la mañana a las 4:00 de la tarde cuando llegan los padres del adolescente, y el sonido es tan alto que Luis asegura que no puede ni escuchar el sonido de su propia televisión.
Nunca imaginó el problema que se desataría al denunciarlo ante las autoridades. Buscó una solución y ahora debe dejar el lugar donde vive, menciona.
“La cosa empeoró porque ahora me molesta más”, dice el hombre del que se omite su dirección por cuestiones de seguridad.
Los conflictos entre ciudadanos, derivados de la convivencia cotidiana, son problemas que en Ciudad Juárez han impactado al menos a uno de cada tres personas mayores de edad en lo que va del año, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En el tercer trimestre del 2024, el porcentaje de ciudadanos que experimentaron un conflicto de este tipo llegó hasta el 50 por ciento, revela la ENSU.
Pero al igual que Luis, no todos los habitantes de la ciudad que denuncian esas problemáticas han encontrado justicia, aunque desde agosto del 2021 el Gobierno Municipal opera un Sistema de Justicia Cívica con el que busca evitar que los conflictos cotidianos escalen a actos violentos o delitos, facilitando su resolución pacífica.
Poco más de la mitad de los casos que se han llevado ante esa instancia que opera en dos estaciones de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal se quedan sin resolver, de acuerdo con datos oficiales.
Jorge Salomé Bissuet Galarza, director del Sistema de Justicia Cívica del Municipio, asegura que eso ocurre porque las personas desisten de sus denuncias o buscan un acuerdo sin necesidad de la intervención de la autoridad.

Sin solución, más de la mitad de conflictos denunciados
Desde su nacimiento en agosto de 2021, 2 mil 691 quejas por conflictos cotidianos han pasado por el mecanismo, de las cuales mil 331, es decir, poco menos de la mitad (el 49.46 por ciento) se solucionaron por convenios firmados a través de la mediación que ofrece el sistema, según datos de la Secretaría del Ayuntamiento.
“Se pudiera ver así como un número, pero son mil trescientos treinta y un personas que no acudieron a presentar una denuncia ante la Fiscalía General”, dice el director del sistema, al explicar que la finalidad del mecanismo es evitar que las incidencias cotidianas o vecinales se conviertan en acciones tipificadas por la ley penal y se resuelvan desde la comunicación entre las partes.
“A final de cuentas, somos el área que se encarga, pues, precisamente de desactivar un conflicto que, el día de mañana, puede causar alguna situación más grave”, agrega.

De los conflictos vecinales a la Justicia Cívica
Los Mecanismos Alternativos de Solución de Controversias trabajan bajo el Sistema de Justicia Cívica, que entró en vigor en agosto del 2021, regulados a través del Reglamento de Justicia Cívica, Policía y Buen Gobierno del Municipio de Juárez.
Este mecanismo sustituyó a un departamento de conflictos vecinales que existía dentro de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, el cual era un área “muy informal”, explica Bissuet Galarza.
“Más allá de resolver, porque no existía ninguna técnica, ninguna capacitación de la persona que trataba de resolver el problema, pues de repente hasta lo perjudicaba más, incrementaba más el problema”, dice.
La resolución de conflictos vecinales es solo uno de los aspectos que maneja este sistema, ya que también se encarga de sancionar faltas administrativas y sanciones viales, prácticamente reemplazando las “barandillas”. Considerando estos aspectos, a través del sistema se ha atendido a unas 151 mil 905 personas, muestran los datos oficiales.
Sin embargo, existe una diferencia entre cómo se manejan las faltas administrativas y sanciones viales, y los conflictos vecinales. Mientras que los primeros funcionan a través de audiencias públicas mediadas por jueces cívicos, los conflictos son mediados por “facilitadores”.
Los facilitadores, a pesar de no ser jueces ni autoridades, han sido capacitados y certificados por el Centro Estatal de Mecanismos Alternativos de Solución de Controversias en Materia Penal de la Fiscalía de Distrito Zona Norte, comenta en entrevista Bissuet Galarza.
El funcionario explica que el Sistema de Justicia Cívica no tiene competencia para resolver delitos. “Si es propiamente una situación de carácter penal, por ejemplo, ahí pues ya no lo podemos entrar, ahí ya se le asesora al ciudadano que tiene que acudir directamente a fiscalía”.
Si durante una de las sesiones de mediación de un caso que aparentemente se trataba de un conflicto entre vecinos, se descubre que el caso tiene implicaciones legales, la sesión es cancelada inmediatamente.

Una mediación que cuesta millones
Este esquema, que se impulsa desde el Gobierno Federal y que apenas resuelve la mitad de los conflictos que impactan a los residentes juarenses, cuenta con un presupuesto de 37 millones 524 mil 994 pesos para este año.
Ese monto es superior en un 7.8 por ciento a lo asignado el 2024, cuando se le otorgaron 34.8 millones de pesos, se desprende de una revisión a los presupuestos de egresos del Municipio de Juárez del año pasado y para este 2025.
Si bien, la cifra de recursos económicos podría parecer alta con relación a los logros, Bissuet asegura que se maneja un volumen alto de casos. El año pasado, solo en cuestión de conflictos vecinales, recibían entre 10 y 15 quejas por semana.
¿Qué hacer ante un conflicto vecinal?
Estos conflictos que pueden derivar en delitos son provocados por distintas causas, entre ellas los estruendos de una bocina a todo volumen, molestias generadas por mascotas de vecinos, por basura que dejan frente a su casa, por no respetar las cocheras y hasta por venta o consumo de alcohol en la vía pública, de acuerdo con datos oficiales y del Inegi.

Precisamente el volumen alto de un estéreo que desató el conflicto de Luis es el cuarto motivo más recurrente que se atiende por la Justicia Cívica en la ciudad. Las primeras tres causas son los ataques contra la dignidad de las personas (insultos verbales y/o golpes), la alteración del orden público y el obstáculo del disfrute de cualquier bien al que se tiene derecho.
Pero, para empezar un proceso bajo la Justicia Cívica, el ciudadano tiene que acudir a cualquiera de las dos estaciones de la Secretaría de Seguridad Pública donde se atiende –en la Estación Universidad o en la de Riberas– y presentar la queja ante un fiscal cívico, quien se encarga de validar la queja y remitir a uno de los facilitadores.
Es aquí cuando el facilitador cita a ambas partes involucradas. En muchos casos, el mismo ciudadano ofrece acudir a entregar el citatorio al vecino, dijo Bissuet. En otros casos, Seguridad Pública comisiona una unidad para ir a entregar la notificación. Sin embargo, nadie tiene la facultad para obligar al ciudadano a atender esta sesión de mediación.
No es inusual que durante una sesión de mediación las partes involucradas adopten una postura rígida que escala a las agresiones. En esos casos, el facilitador se ve forzado a suspender la sesión y agendarla para una nueva fecha, se informó.

Propuestas, gritos y lágrimas de coraje
La resolución de estos conflictos recae completamente en la habilidad de los facilitadores, asegura Bissuet. Mientras que, en algunos casos, los vecinos involucrados van con propuestas y la intención de resolver el problema, otras sesiones terminan en gritos y hasta lágrimas de coraje.
“En algún momento dado, los ciudadanos vienen ya con una solución, o sea, ya platican entre ellos, logran ahí más o menos ponerse de acuerdo y lo único que vienen a hacer es como darle validez con el facilitador”.
En otros casos, este mecanismo simplemente no funciona.
Santos dijo que él y varios vecinos levantaron la queja en Justicia Cívica sobre el estruendo constante de la música.
Para esto mandaron a una persona a hablar con el vecino y hacerle saber que levantaron la queja sobre la música que su hijo ponía a diario en el sector. El padre contestó que “su hijo no le iba a bajar porque estaba dentro del horario que se podía”, argumento el cual le dio razón el facilitador, aconsejando que levantaran una denuncia formal en Fiscalía.
Ni Santos ni los demás vecinos terminaron por concluir su queja, ya que el facilitador le dio sus nombres al vecino señalado y “todo empeoró”.
“Eso de la justicia cívica no funciona porque no tiene poder jurídico para actuar y lo único que hace es como mediar, pero si uno de los dos vecinos dice no, ya no puede hacer nada y solo perdiste el tiempo”, comenta Santos.
“Considero que sí era grave el problema y lo manejaron como un guardia de seguridad de fraccionamiento maneja un robo grave, literal, solo dice, háblele a la Policía”, dice Santos. “Creo que no cambiaría nada si no existiera justicia cívica. Sale mejor arreglarse con el vecino de otras maneras”, comenta.

Cientos encontraron solución a sus conflictos
Aunque más de mil 300 ciudadanos sí lograron una solución con la mediación.
La firma del convenio es el resultado ideal, en donde los vecinos terminaron en un acuerdo y la persona que recibió la queja accedió a un compromiso. El convenio lo convierte en un asunto oficial, ya que su violación ahora implica una sanción, explica Bissuet.
Aunque el funcionario está consciente que no en todos los casos recibidos se llegó a una solución, defiende que el trabajo de este sistema ha desactivado conflictos que pudieran ser causa de delitos y eso es un impacto preventivo que se busca.
