Este debería ser un día de fiesta en el seno de la familia Juache Laguna; hoy su hija Idali estaría cumpliendo 34 años de vida. Debería haber un pastel, flores, las mañanitas, típicas acciones que realizan las personas cada que completan un ciclo más de vida de 365 días.




Pero hoy se respira un ambiente de dolor, de tristeza, de una pena que no se cura con nada y que tampoco puede olvidarse, por más que pasen los años. Norma Laguna, madre de Idali, está en las afueras del Hotel Verde, en vez de realizar los preparativos del festejo de su hija, se encuentra colocando cruces rosas, con el nombre de Idali y los de las hijas de otras madres, que tampoco llegaron a casa.



Con las lágrimas que corren por su rostro y un dolor que se nota en la voz, Norma cuenta que su hija vivió en este lugar sus últimos instantes de vida. Una tarde de febrero de 2010, Idali salió de casa y nunca regresó. Norma comenzó una búsqueda intensa y, en algún punto, dice que creyó en las autoridades de que la regresarían a casa sana y salva.
Sin embargo, terminó decepcionándose cuando los agentes encargados de investigar el caso de su hija, nunca dieron con su paradero, al menos mientras estaba con vida. Dos años después de una intensa búsqueda, la señora Laguna por fin encontró a su hija, pero de la peor manera posible.

El escalofriante caso que se dio en el “Arroyo El Navajo”
Los restos de Idali fueron hallados el 28 de febrero de 2012, junto con los de otras 10 mujeres, en el escalofriante caso que se dio en el “Arroyo El Navajo” en el Valle de Juárez.
La investigación arroja que, antes de ser asesinada, Idali y el resto de las mujeres halladas a mitad del desierto, fueron explotadas laboral y sexualmente, y retenidas dentro del Hotel Verde.


Para Norma, este lugar es un ejemplo de la incompetencia de las autoridades, quienes a pesar de que recibían información útil por parte de la familia, nunca hicieron el esfuerzo para encontrarla con vida, pese a que estaba en el centro de la ciudad.
Aunque la vida de Idali fue brutalmente arrancada de su ser por sus captores, quienes la abandonaron a mitad de la nada, para su madre, los recuerdos de su vida siguen muy presentes.


Relata que cuando Idali nació, un 29 de julio de 1990, lloró mucho de emoción, porque era la primera niña que trajo al mundo, después de haber dado a luz a dos varones.
No obstante, el alma se le destroza cuando menciona que nunca se imaginó que, a lo largo de su vida, iba a derramar más lágrimas cuando ya no estuviera con ella.

Hotel Verde, signo de indolencia gubernamental
Esta conmemoración, es también un llamado de atención a las autoridades, a quienes les recuerdan que, como el Hotel Verde, hay muchos lugares en la ciudad en los que hay decenas de jóvenes desaparecidas que diariamente son víctimas de trata, pero que las autoridades no hacen nada para evitarlo.

Si bien es cierto que, derivado de las investigaciones, el Gobierno Federal confiscó el inmueble; su fachada, vieja y visiblemente desgastada, es un símbolo de todo lo que está mal en el sistema de búsqueda y, así como Norma, decenas de madres que buscan a sus hijas van a seguir llegando a este lugar a llenarlo de cruces rosas y a colocar cartulinas, para que nunca se olvide los atroces hechos que, por desgracia, sus hijas vivieron en carne propia y cuyo sufrimiento, le fue indiferente a aquellas personas que juraron protegerlas y regresarlas con vida a sus casas.