La permisividad para que unidades «chatarra» presten servicio de transporte público local hace suponer a activistas que es una acción hecha a propósito.
Lo anterior, según opinión del catedrático y activista Ricardo Melgoza, quien sospecha que esto está posiblemente enfocado a justificar la existencia del BRT.
Melgoza es uno de los grandes opositores al actual proyecto semimasivo, que coincidentemente sustituiría algunas líneas señaladas por prestar servicio con unidades en mal estado.
“¿Por qué Javier Corral, Luis Felipe Siqueiros y todos los funcionarios que estaban con ellos no hicieron cumplir la ley a los transportistas?”, cuestionó.
Y asume que fue “posiblemente” para poder decir con justificación que todos estos “vejestorios” los iban a cambiar por un sistema de transporte semimasivo nuevo.
De acuerdo a Melgoza, nada justifica que el actual Gobierno del Estado no aplique la nueva Ley de Transporte aprobada en 2020.
Asegura que esta inacción fue uno de los mayores pecados del anterior gobernador, algo que extrañamente está repitiendo la Administración de Maru Campos.
“El primer gran pecado que cometió Javier Corral y sigue cometiendo la actual gobernadora es no exigir que los transportistas cumplan con la nueva ley; ahí claramente marca que las unidades no deben rebasar los 10 años, algo que incluso la antigua ley también señalaba y tampoco se cumplía”, comentó.
Reclamos por «chatarra» tienen 30 años
Reportes periodísticos revelan que desde hace al menos tres décadas se vienen dando reclamos recurrentes por el uso de unidades viejas y en malas condiciones.
En 2020 la Dirección de Transporte del Estado informaba que 80 por ciento del parque vehicular del transporte público estatal rebasaba los 10 años.
Más de la mitad de esas unidades que contaba con deficiencias físicas o mecánicas correspondía a Ciudad Juárez.
A ello siguieron declaraciones de que se estaba procediendo al retiro de esas unidades y su sustitución con modelos más recientes y en buen estado.
A dos años de esto, la reciente volcadura de una unidad de la línea 1-B, que arrojó 25 lesionados, muestra que esto no ha cambiado.
La unidad siniestrada que viajaba a exceso de velocidad tenía colocadas “provisionalmente” unas pinzas conocidas como “perras” en la línea de frenos.
Otra situación recurrente es la de camiones altamente contaminantes, que pese a la presunta aplicación de multas y el retiro de vehículos, siguen en circulación.
Los transportistas se defienden aduciendo que el costo de una unidad nacional no se compara con el costo de los modelos estadounidenses de medios uso.
Esto además de considerar que un modelo americano dura más tiempo en buen estado, por lo que el límite de 10 años no debería operar.
Para Melgoza el que se continúe dando permisividad para el uso de unidades «chatarra» resulta un planteamiento triste y terrible; y más porque se presta a sospecha como intención de justificar más adelante la próxima puesta en funcionamiento del BRT-2.
“Es una suposición, no me consta, pero obviamente la sospecha es muy fuerte, y sería bueno que contestara la gobernadora o César Jáuregui; ¿por qué no han pedido a los transportistas que modernicen las unidades y cumplan la ley?” cuestionó, indicando que de ahí se desprende esta sospecha.
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