El cierre de los cruces comerciales por el Puente Internacional Córdova-Américas o Libre, sería un atentando contra el motor económico de la región, advirtió el vicepresidente de la sección de Aduanas de la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga (Canacar), Manuel Sotelo Suárez.
En vez de estar buscando mayor infraestructura para el intercambio comercial, que va a estar aquí toda la vida, “estamos cancelando algo que ya existe y que ha costado millones”, alertó.
Sería como echar a la basura los cientos de millones de pesos que se le han invertido en estos últimos dos años al área de Córdova, tanto en la exportación como en la importación, apuntó.
Refirió que, de acuerdo con cifras de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM), México ha invertido entre 800 y mil millones de pesos en las áreas de exportación e importación en ese puerto de entrada y salida.
En reuniones sostenidas con las contrapartes americanas, refirió, los propios funcionarios federales mexicanos han señalado en repetidas ocasiones que homologar los sistemas mexicanos a los estadounidenses ha costado mucho dinero.
Sostuvo que, tanto por parte de la Secretaría de Economía, la Secretaría de Relaciones Exteriores y los representantes del Poder Ejecutivo la respuesta a la intención de cerrar el paso a la carga ha sido negativa.
“Ponerle piedritas” a los cruces de este lado, también afectaría la parte estadounidense, porque la dinámica económica que tiene El Paso, no es algo que hayan hecho los habitantes de esa ciudad solos, señaló.
“El crecimiento industrial en el lado Este de El Paso –afirmó– se debe a lo que hace la región, no a lo que hacen los paseños”.
La miopía de los norteamericanos está condenando históricamente a la región, porque, remarcó, está claro que ellos no tienen el movimiento industrial que tenemos del lado mexicano, pero ese movimiento, hace que, de aquel lado, exista una infinidad de solicitud de servicios.
De acuerdo con Sotelo, en el lado mexicano también hay miopía, en quienes deberían estar empujando porque se ampliara la infraestructura de comercio exterior.
“Nuestros gestores poco le han pedido a los Gobiernos para incentivar ese tipo de desarrollo en la región fronteriza; mientras allá se unen diputados, senadores, alcaldes y gobernadores para ser una sola voz”, lamentó.
Todas las demás fronteras, desde Tijuana hasta Reynosa, ya quisieran tener la inversión extranjera y el movimiento comercial que tiene Juárez y el estado de Chihuahua.
“En esas ciudades sus representantes luchan para ofrecerle a esa inversión extranjera, mejores servicios, y nosotros que lo tenemos, estamos dormidos en nuestros laureles”, criticó.
