Siempre ha existido la creencia de que la cena es la comida del día que más engorda. Pero no es del todo cierto si se aprende a cenar de la forma correcta.
Nutricionistas recomiendan hacerlo de manera ligera, ya que al no realizar actividad física, los alimentos se procesan más lento y se gastan menos calorías.
Lo ideal es cenar dos horas antes de dormir, preferentemente antes de las ocho de la noche, para que el proceso de digestión se realice adecuadamente y evitar problemas como acidez, flatulencias y reflujos; insomnio, cansancio, retención de líquidos, estreñimiento y sobrepeso.
Otra recomendación es evitar los alimentos fritos, los postres, las bebidas estimulantes (café, té, gaseosas y energizantes); frutas cítricas como la naranja, mandarina y limón.
¿Qué cenar?
Vegetales, crudos o cocidos; algunas opciones son verduras salteadas, ensaladas crudas con salmón o una crema de verduras.
Proteínas bajas en grasas como huevo, pescado, queso fresco o algunos frutos secos: nuez o almendras, obviamente con moderación.
Grasas saludables, entre ellas el aceite de oliva, aguacate o yogur.
6 beneficios
- Dormir mejor y tener un sueño reparador.
- Ayuda a que el metabolismo trabaje adecuadamente.
- Beneficia la producción de hormonas y previene el envejecimiento.
- Mantener un peso adecuado.
- Mejora la digestión.
- Favorece la regeneración muscular.
Fuera de casa
Es común que el fin de semana, tras una larga jornada laboral, te apetezca salir a cenar a tu restaurante favorito y no cumplas con lo de cenar ligero. Toma nota de los consejos que dan algunos nutricionistas:
- Antes de salir, elige un restaurante con opciones saludables en su menú.
- Elige platos simples en lugar de aquellos que contengan muchos ingredientes.
- Acompaña tu plato con una guarnición sencilla, por ejemplo, una papa asada en vez de frita o aderezo de aceite de oliva y vinagreta en lugar de uno cremoso.
- Pide raciones pequeñas de un plato principal.
- Si no te puedes resistir al postre, siempre puedes compartirlo.
