Éste es el pícaro cuento del conejito y el topo. Sus respectivas cuevas estaban cerca una de la otra. Cierto día el topo le propuso al conejo: “Juguemos unas carreras de mi casa a la tuya
Por Catón
Alguno de mis cuatro lectores recordará seguramente aquellos chistes que estuvieron muy de moda hace algunos años, llamados "telones", casi siempre ingenuos, y aun bobalicones
Por Catón
Dijo un tipo: “A mi esposa le encanta el sexo en grupo. Eso no me parece mal: soy tolerante, tengo sentido de aventura y en cuestión de sexo me atrae también la variedad. Pero me gustaría que ella me admitiera en su grupo”... Un amigo de Babalucas le comentó: “Me preocupan los agujeros en la capa de ozono”
Por Catón
La linda novicia del convento fue asaltada sexualmente en el cuarto de herramientas por el joven y fogoso jardinero
Por Catón
Hoy aparece aquí el vitando cuento llamado “La cacerola”, que doña Tebaida Tridua anatematizó. La ilustre censora leyó ese relato y fue atacada al punto por un súbito yeyo seguido de temblores convulsivos que su médico de cabecera hubo de tratar con un emplasto de hojas de gallocresta y un frote enérgico de ungüento de atutía
Por Catón
Don Algón, salaz ejecutivo, le regaló a su linda secretaria Rosibel un finísimo abrigo de visón. Ella, feliz, procedió al punto a probárselo. En el momento en que lo hacía le indicó el ejecutivo: “Tu pantaletita se está bajando”
Por Catón
El nuevo galán de Rosibel le dijo: “Quiero que sepas una cosa: espero sexo en la segunda cita”. Respondió ella: “Eres lento ¿no?”. Capronio le manifestó a su suegra que había decidido dejarse el bigote. “¿Por qué?” –preguntó la señora
Por Catón
