Hace 32 años, en mayo 1992, un caso siniestro cimbró a Ciudad Juárez. María Ana Luisa Benavides Sánchez, una joven de tan solo 21 años de edad, estudiante de medicina y empleada en un restaurante, fue acusada y encontrada culpable de haber asesinado a una joven familia, a cuyos integrantes cortó en pedazos para ocultar sus restos.
Sus víctimas, fueron la pareja compuesta por Carlos de 22 años de edad, su esposa Lourdes, de 24, y su bebé Carlos, de apenas 3 meses de nacido.
Todo ocurrió en una vivienda en la calle Paraguay, en la colonia Melchor Ocampo, en una zona cercana al primer cuadro de la ciudad.
El crimen fue conocido y comentado por meses como el de “la descuartizadora de la Melchor” y acaparó las páginas de medios nacionales, debido a la frialdad con la que se llevaron a cabo los atroces crímenes.
Archivos periodísticos señalan que el móvil del múltiple asesinato habría sido una cuenta pendiente por drogas y que tres sujetos habrían sido los que cometieron los asesinatos y, asesorados por la estudiante de medicina, descuartizaron los cadáveres.
María Ana Luisa fue acusada de matar y desmembrar a la pareja compuesta por Lourdes y Carlos y el hijo de ambos, Carlitos.
A Carlos padre, lo mataron de dos balazos, uno de ellos en la cabeza, cuando se encontraba en el patio; luego esperó la llegada de Lourdes a quien asesinó a balazos y al pequeño Carlitos, lo degolló.
Los archivos periodísticos señalan que el crimen se cometió el 30 de abril, pero fueron los días siguientes el 1 y 2 de mayo, cuando se llevó a cabo el desmembramiento de los cadáveres que fueron colocados en bolsas de plástico.
Lourdes y Carlitos fueron encontrados en la esquina de las calles Paraguay y Jamaica, a unas cuadras del domicilio donde ocurrió la atrocidad, dentro de la cajuela de un automóvil sin placas, mientras que Carlos padre fue hallado en el domicilio.
La joven estudiante de medicina ofreció distintas versiones sobre la masacre. Primero afirmó que no había sido ella, sino otros sujetos dedicados al narcotráfico quienes habían acabado con la vida de las tres personas, y que ella solo había participado en el descuartizamiento.
Luego, dijo que tuvo que cometer el crimen debido a que estaba amenazada por un narcotraficante, quien ya había matado a una bailarina de un club nocturno.
El día que se localizó el vehículo con los cuerpos, los policías investigadores encontraron papeles que llevaban al domicilio de María Ana Luisa, su vivienda estaba al lado del lugar donde vivía la familia, donde ocurrió el crimen.
En su casa encontraron dos cuchillos con restos de sangre y una pistola calibre .22, en el reporte oficial, un perito definió la personalidad de María Ana Luisa como fría. Fue sentenciada a 40 años de prisión.