Las ráfagas de ‘cuerno de chivo’ resonaron fuerte aquella noche de 1997, frente a la Plaza Monumental en el exterior del bar Geronimo’s, rompiendo con la alegría de una tarde taurina que reunió a miles de fronterizos.
La algarabía que había caracterizado ese domingo pasó a gritos de terror y confusión, era el último día del mes de agosto, apenas unas semanas atrás, dos acontecimientos de alto impacto habían sacudido a la ciudad.
El primero de ellos, el 3 de agosto, en el restaurante bar Maxfim, donde seis personas perdieron la vida, cinco al interior del establecimiento y una más en la acera frente a ese lugar.
Posteriormente, el 23 del mismo mes, cuatro médicos fueron encontrados sin vida, horas después de haber sido secuestrados por un grupo de pistoleros, quienes los abandonaron en el Malecón, cerca de la calle Plutarco Elías Calles.
La nueva tragedia que convirtió a agosto en el mes más oscuro de 1991, la noche del domingo 31, firmaba un nuevo capítulo de sangre en las calles de la ciudad.
En los reportes periodísticos de aquellos días, Norte narró que tres personas murieron y otras cuatro más resultaron heridas, luego de que se registrara un atentado en el bar Gerónimo’s, frente al Maxfim, en el cruce del Paseo Triunfo de la República y calle Monumental.
Entre las víctimas se encontraba José Ignacio Guzmán Niebla, de 38 años de edad, hermano de Vanessa Guzmán, quien en 1995 fuera Nuestra Belleza México y que, al año siguiente, en 1996, representó al país en el certamen Miss Universo.
Las otras víctimas mortales fueron identificadas como José Elías Carrillo, sobrino del exgobernador Manuel Bernardo Aguirre y Carlos Valmaña, comerciante de origen paseño, ambos tenían 29 años de edad.
Según el reporte de las autoridades investigadores, entre los cuatro heridos, se encontraban tres personas de origen estadounidense.
Las versiones de testigos indicaban que el ataque se produjo cerca de las 10 de la noche, luego de que se celebrara la corrida de toros en la Plaza Monumental y apenas instantes después de que tuviera lugar en la ciudad una marcha contra la violencia encabezada por Francisco Barrio Terrazas y Ramón Galindo Noriega, entonces gobernador y presidente municipal, respectivamente.
Las víctimas del ataque habían ingresado al bar, pero al encontrarse lleno, optaron por salir del establecimiento y se quedaron conversando afuera del lugar.
La narrativa del fatal acontecimiento señala que en ese momento, un automóvil Crown Victoria blanco, tripulado por tres hombres, se detuvo frente al bar y de él descendieron dos hombres armados con fusiles de asalto tipo AK-47, de los conocidos como ‘cuerno de chivo’, descargando casi 80 disparos.
El estruendo tomó por sorpresa a las personas, corriendo algunas despavoridas y otras tirándose al suelo. Al culminar su ataque, los pistoleros huyeron rumbo al poniente por el Paseo Triunfo de la República, según los testimoniales de aquellos lamentables hechos.
Los cuerpos de los tres hombres que murieron de manera instantánea quedaron tirados a la entrada del establecimiento, con más de 10 impactos de bala cada uno, mientras que los heridos clamaban por ayuda a gritos.
Según las indagatorias preliminares, dadas las posiciones de los cuerpos sin vida, los disparos se habrían hecho casi desde el Paseo Triunfo de la República; en la calle Monumental, varios vehículos estacionados presentaron impactos del arma de alto poder.
El vehículo utilizado por los agresores fue encontrado horas después en las inmediaciones del desparecido hotel Calinda, frente a la ex-Escuela de Agricultura , en la avenida Hermanos Escobar.
Las autoridades de aquellos días encontraban similitudes en la manera de ataque entre estos hechos y lo acontecido semanas atrás en el Maxfim, donde también las víctimas se encontraban reunidas, justo a unos metros de esta nueva tragedia y después de haber acudido a la plaza de toros a una corrida.
Autoridades se declaran superadas por el crimen
Ante el incremento en el nivel de violencia, el entonces subprocurador de Justicia del Estado, José López Molinar, declaró que la Procuraduría dejó de ser autosuficiente ante los eventos de la magnitud ocurridos en el mes de agosto.
En ese momento no se tenía vínculos de las víctimas con alguna actividad delictiva, por lo que se investigaba el posible móvil del ataque.
Mencionó que Guzmán Niebla era un restaurantero, mientras que Valmaña, era gerente de una agencia de vehículos en El Paso, Texas y José Elías, provenía de la ciudad de Chihuahua y era ganadero.
Las autoridades informaron que en ese lugar fueron levantados 48 cartuchos de “cuerno de chivo” y se realizaban los estudios de balística. Además, dijo que ya se contaba con los retratos hablados de los posibles agresores.
Concluyó la temporada taurina, el día que se reabrió el Maxfim
El restaurante Maxfim, que el 3 de agosto de 1997 había sido el escenario de la masacre que abrió las puertas del infierno a una nueva etapa de la violencia en Ciudad Juárez, reabrió de nueva cuenta, coincidiendo con el cierre de la temporada taurina, que celebraba los 40 años de la plaza Monumental.
Eran casi las 10 de la noche cuando las ráfagas en la esquina al exterior del Maxfim, resonaron con fuerza al interior del establecimiento que se encontraba repleto, convirtiendo una vez más el rato de convivencia, en una pesadilla de esas de las que no se puede despertar.
Conforme las investigaciones avanzaban, lo mismo ocurría con el terror, ya que, en días posteriores, el subprocurador López Molinar confirmaba que las armas que fueron utilizadas en el ataque al interior del Max Fim coincidían con las que fueron usadas en el Gerónimo’s.
El subprocurador indicó aquella ocasión que entre las líneas de investigación que se tenían estaba la de una posible confusión de los pistoleros, quienes después del primer disparo, ya no se detuvieron, pero que su posible objetivo pudo haber estado dentro del establecimiento.
Lo anterior, debido a que entre las víctimas tanto muertos como heridos, no se encontró algún vínculo con actividades delictivas y por el contrario, se tenía información que en el bar estaba un sujeto relacionado al tráfico de heroína que operaba en la zona de Palomas.
Cumplía 40 años la Plaza de Toros
La tarde del 31 de agosto de 1997, miles de habitantes de Ciudad Juárez y El Paso se dieron cita en la plaza de toros Monumental, con motivo de la corrida que tendría lugar por el 40 aniversario de ese tradicional ruedo fronterizo.
El extinto cronista deportivo, Salvador Esparza, narraba sobre aquel acontecimiento, que el torero Jorge Gutiérrez había inmortalizado a “Te Recordamos”, el quinto toro de la tarde, de la ganadería de Begoña, el cual fue indultado en una grandiosa faena que sirvió para dar “espectacularmente el cerrojazo a las cuatro décadas de aniversario de la plaza Monumental”.
Había sido una tarde redonda para “el coloso de Tula”, como se le conocía al torero Gutiérrez, quien se incluía entre los grandes que se habían presentado en la plaza juarense.
El toro lidiado, narraba Esparza, recibió su nombre en honor al mayor Salvador López Hurtado; el astado de 460 kilos de peso, quinto de la tarde y segundo para Gutiérrez, al ser regresado por la puerta de los toriles, recibió una estruendosa ovación del público.
“El coloso de Tula” recibió esa noche el trofeo “Rosa de Oro”, como máximo triunfador de la temporada 1997.
En la plaza todo era alegría y fiesta. Nadie imaginó que la sangre esta ocasión no correría en el ruedo, sino en el asfalto.