Aunque de manera regular, las autoridades llevan operativos especiales hasta tres veces al año para limpiar las inmediaciones del río Bravo, la presencia de migrantes en la zona límite entre México y Estados Unidos ha incrementado los trabajos para mantener la rivera en estado óptimo.
En tiempos de lluvia, las autoridades tienen que retirar además de basura, llantas e incluso muebles que son arrastrados por las corrientes naturales que desembocan en el río.
En un recorrido realizado por Norte Digital, se pudo constatar la presencia de ropa, basura y deshechos de alimentos que fueron dejados tanto por visitantes locales que realizan días de campo, como personas de procedencia extranjera que dejan en su paso por Ciudad Juárez.