Este parque despierta temprano y duerme hasta muy tarde, en donde las familias extienden cobijas, los niños corren y los ciclistas se ejercitan, antes estaba la línea divisoria. Aquí, donde los domingos huelen a carne asada, hubo un tiempo en que los diplomáticos medían el cauce del río y los presidentes firmaban el destino de una frontera.
El Chamizal no nació parque. Durante más de un siglo, el río Bravo — muy bravo en todo sentido— se encargó de borrar y redibujar los límites entre México y Estados Unidos. En cada avenida del río, la tierra cambiaba de lado, y con ella, la soberanía de las naciones vecinas.
Pero el 28 de octubre de 1967, después de casi cien años de controversia, arbitrajes y reclamos, México recuperó 177 hectáreas de territorio en una de las victorias diplomáticas más notables de su historia. Lo hizo sin balas ni banderas triunfales: moviendo el cauce del río con ingeniería, diplomacia y paciencia.


Ese día, Juárez amaneció con el alma hinchada. La Patria también. El Chamizal volvía a casa.
El Chamizal fue, durante más de cien años, una tierra en disputa y un símbolo de perseverancia nacional.
Nació del capricho del río Bravo, que en una crecida de 1864 cambió de cauce y dejó del lado norteamericano un fragmento de suelo mexicano. Desde entonces, aquella franja quedó atrapada entre dos jurisdicciones y dos banderas.


Las avenidas del río borraban mojones, arrastraban árboles y confundían mapas. Lo que para la naturaleza era apenas un cambio de corriente, para los Gobiernos se volvió una batalla diplomática. En Juárez, los habitantes sabían que aquella tierra era mexicana, aunque las autoridades estadounidenses la ocuparan como suya.
El caso llegó ante la Comisión Internacional de Límites y Aguas en el siglo XIX y se prolongó durante décadas. En 1911, un tribunal internacional le dio la razón a México, pero Estados Unidos se negó a reconocer el fallo.
Pasaron guerras, presidentes y tratados, y el Bravo siguió cruzando la herida abierta.
Hasta que en 1962, durante la visita del presidente John F. Kennedy a México, el tema resurgió. Kennedy y Adolfo López Mateos acordaron resolver el conflicto de manera definitiva, no como un ajuste territorial, sino como un acto de civilización.
En 1963 se firmó la Convención de El Chamizal, que entró en vigor el 14 de enero de 1964.
Por fin, el país tenía una solución en marcha.



El día en que México movió el río
Era sábado. El sol del desierto caía parejo sobre la línea recién trazada. De un lado flameaban las banderas; del otro, se apretaban las multitudes. Todos querían ver lo que parecía imposible: una frontera que se movía hacia el sur para devolverle a México lo que el río le había arrebatado.
El 28 de octubre de 1967, los presidentes Gustavo Díaz Ordaz y Lyndon B. Johnson se estrecharon la mano sobre el nuevo cauce del Bravo. A las 12:01 del mediodía, la Comisión Internacional de Límites y Aguas declaró oficial la transferencia. México recuperaba 177 hectáreas de soberanía.
Hubo aplausos, lágrimas y una sensación de justicia cumplida.
El nuevo cauce fue bautizado como Cauce López Mateos, y el terreno recién recuperado se consagró al uso cívico, deportivo y cultural: el Parque El Chamizal, símbolo de concordia y memoria.



El Chamizal, frontera viva y herida de Juárez
Cincuenta y ocho años después, El Chamizal sigue siendo el corazón verde —y dolido— de Juárez.
Los álamos que alguna vez formaron un bosque tupido se van secando uno a uno.
El parque, aquel monumento vivo a la diplomacia y la soberanía, resiste hoy al abandono, a los proyectos improvisados y al abuso que lo han ido despojando de su esencia.
Los árboles mueren de sed, pero la memoria no. Un grupo de juarenses lucha por devolverle al Chamizal la dignidad que le pertenece: la de ser símbolo de una ciudad que ganó con acuerdos lo que antes se perdía con guerras.
El parque respira —con dificultad, pero con alma— como un recordatorio de lo que Juárez fue capaz de lograr cuando la voluntad pesó más que la fuerza del agua.
El Chamizal es más que un trozo de frontera: es el espejo donde Juárez puede volver a reconocerse.
(Con información de la CILA)
El fuego del Border Wine Fest cambia las reglas en El Chamizal: prohíben pirotecnia y aplican sanciones
El incendio en un árbol durante el festival de vinos detonó sanciones económicas y la reforestación obligatoria de 15 fresnos; el Municipio reconoció que autorizar la pirotecnia fue un error y ya no permitirá su uso en futuros eventos en el parque urbano
Por Francisco Luján
Será El Chamizal protagonista de las festividades por el aniversario de la fundación de la ciudad
El parque urbano es considerado por las autoridades como “la joya de la ciudad”
Por Redacción
Denuncian ante la FGR presunta corrupción oficial por eventos en El Chamizal
Integrantes del colectivo Árboles en Resistencia piden abrir investigación contra el alcalde y el representante de Semarnat en Juárez
Por José Estrada
Pérez Cuéllar informa que frenó festivales en El Chamizal tras riña y árbol incendiado
El presidente municipal aseguró que actuó tras los incidentes ocurridos el fin de semana y prometió un informe sobre el manejo del parque urbano
Por Francisco Luján