Con las palabras atoradas en la garganta por la emoción, Diana Paola Matamoros, madre de familia de la escuela secundaria técnica 47, cuenta cómo fue que aprendió a tener una mejor comunicación con su hijo, quien fue “castigado” por ser “problemático”.
El correctivo fue la asistencia obligada al Programa Valórate, auspiciado por la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM) de Ciudad Juárez, centrado en la prevención y proximidad para adolescentes y sus padres o tutores con el objetivo de fortalecer la convivencia familiar y contribuir al mejoramiento del tejido social.

Asistir a estos talleres, expuso la madre de familia, ha sido toda una experiencia que al principio surgió como una sanción, pero terminó siendo una oportunidad de aprendizaje muy valiosa.
“Como madre de un adolescente con TDH (Trastorno por déficit de atención con hiperactividad) muchas veces me he sentido frustrada, preocupada y sin las herramientas necesarias para manejar las situaciones difíciles que surgen tanto en casa como en la escuela”, expuso.
Ante otros padres de familia y autoridades, que encabezaron la graduación del programa en instalaciones del Cbtis 128, expuso su vivencia y cómo logró sacar provecho de lo que, al principio, tomó como una sanción.

A lo largo de los talleres, dijo, pudo reflexionar sobre la importancia de gestionar sus propias emociones para acompañar mejor a su hijo con las suyas propias.
Entendió que la comunicación no se trata de hablar, sino también de escuchar con empatía y sin juzgar, lo que le hizo replantearse muchas formas en las que ha reaccionado a las conductas de su hijo, mostrándole alternativas más respetuosas, firmes y amorosas para educar.
“Aprendí que detrás de una conducta difícil muchas veces hay una necesidad no expresada, una emoción no comprendida; también me hizo tomar conciencia de como la violencia, aunque no sea física, puede estar presente en los gritos, las etiquetas o el desinterés”, expresó.
Afirmó que terminó el curso adquiriendo el compromiso de ser una madre más presente, consciente y paciente.
“Quiero construir una relación con mi hijo basada en el respeto mutuo, la confianza y el amor”, finalizó.

Personal de la SSPM informó que el programa está dirigido a jóvenes con problemas de actitud y uso de sustancias ilícitas con la intención de fortalecer los lazos familiares y otorgarles las herramientas necesarias para la toma de decisiones en su entorno social.
Añadió que se trabajó por 12 semanas con 250 estudiantes de secundaria y preparatoria, junto con la intervención de psicólogos, trabajadores sociales y policías de Prevención Social, para lograr una mejora en la relación con sus entornos.
