La Parroquia de Todos los Santos estaba inusualmente llena para una celebración eucarística de un día lunes, así lo advirtió el propio párroco Amadeo Ruíz Moya, que estaba acompañado de otros 10 sacerdotes en el altar de la iglesia.
Estaban celebrando la misa de despedida de una persona muy especial no solo para la comunidad religiosa, para la familia, amigos y conocidos que llenan gran parte de la iglesia, sino también para el propio sacerdote, ya que se trata de su ahijada: Karla Ulibarri.
Con la voz ligeramente entrecortada por el dolor de la pérdida, fue dirigiendo la celebración en la que destacó que no era un acto de luto, sino de agradecimiento por haber permitido a la familia haber convivido con ella durante 30 años.
En algún punto, llamó a los seres queridos a la reflexión y a la calma, específicamente, por la prematura pérdida de la joven.
“Ella no se fue antes de tiempo, sino que (Dios) se la llevó en el momento en el que terminaba una misión”, comentó.
Según el dogma católico, la muerte no es el final de la vida, sino que es el inicio de una nueva, allá, en el paraíso, donde no hay dolor ni sufrimiento.
En el recinto se respiraba un ambiente de tristeza, que se observaba en los rostros de quienes, como podían, contuvieron las lágrimas y el dolor de despedirse de quien fue una persona querida para ellos.
Es el mismo sentimiento que causó una gran impresión al padre de Karla, Luis Umberto Ulibarri, quien agradeció a la comunidad en general por todo el apoyo que les han brindado a lo largo que ha durado esta tragedia.
Desde las personas que forman parte de la comunidad, hasta aquellos que de manera desinteresada dieron su apoyo desde la ciudad jalisciense de Zapopán, donde ocurrieron los hechos que le quitaron la vida a su hija y dejaron gravemente herido a su yerno la semana pasada.
Además, resaltó que este era un lado desconocido de su hija: la obra y las buenas acciones que la llevaron a ser una persona querida en la gran mayoría de los espacios en los que estuvo.
“Fue la parte de Karla que no conocía, sus obras, cada uno de ellos, me contó cómo era Karla, como era una niña amorosa y cariñosa, de todas las historias, no recibí ninguna que fuera queja”, comentó.
Siguiendo la enseñanza de la eucaristía, el padre hizo un llamado a recordar de manera amorosa a su hija, agradeciendo el tiempo y el impacto que tuvo no solo en su vida, sino también en la de los demás.
“Agradecerle a mi Dios por estos 30 años que me permitió el honor de tener una excelente hija”, mencionó.
“Les pido ayuda para mi otro hijo, que se encuentra hospitalizado y necesita de nosotros”
Respecto al estado de salud de José Gabriel Reyes, esposo de Karla y quien sobrevivió con heridas de gravedad al accidente vial del que fueron víctimas, los familiares informaron que, hasta este momento, se encuentra estable y se recupera de dos cirugías que le fueron realizadas.
Agregaron que la familia se encuentra en el estado de Jalisco, auxiliando a su hijo internado, por lo que piden ayuda a la comunidad para financiar los gastos médicos.
El señor Luis Umberto Ulibarri Montaño, compartió su cuenta de Spin Oxxo con el número 4217-4700-8038-2365, al que los interesados pueden depositar sus aportaciones ahí para ayudar con los gastos funerarios y médicos.
Además, resaltaron que hay dos campañas en la plataforma de Go Fund Me en la que también se puede apoyar, las cuales están en las siguientes ligas:
https://www.gofundme.com/f/tragedia-inesperada-ayudemos-a-la-familia-de-ciudad-juarez
https://www.gofundme.com/f/tnzwt-jose-reyes
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