La violencia cercana producida en el seno familiar, en relaciones interpersonales o redes sociales, produce afectaciones a la salud mental de los jóvenes. Los daños pudieran ser equiparables a la violencia derivada por la inseguridad social, alertan especialistas.
Lo anterior, según el resultado de la investigación “Relación entre los diferentes tipos de violencia y la salud mental de preparatorianos del norte de México”*.
El estudio realizado por doctor en Psicología, Oscar Armando Esparza Del Villar, establece los signos de alerta detectados entre grupos de estudiantes de Ciudad Juárez y Chihuahua.
En la investigación también son autoras Sarah Margarita Chávez Valdez, Priscila Montañez Alvarado, Marisela Gutiérrez Vega y Teresa Gutiérrez Rosado.
Los jóvenes participantes son alumnos de escuelas como CBTiS, Bachilleres y Tecnológico de Monterrey; la investigación parte de la necesidad de conocer las afectaciones reales a este grupo poblacional, indicó.
Padecimientos como la depresión, ansiedad, baja autoestima y pensamientos paranoides, surjen en su mayoría, de los grupos cercanos de conviencia.
Violencia cercana, la que más afecta
Esparza Del Villar indicó que desde 2008 se trabaja en distintos estudios sobre el impacto generado por la violencia en la población.
Casos como secuestro, asesinatos, crímenes e inseguridad han afectado a muchas personas; sin embargo, se ha encontrado que pese a las secuelas, muchas víctimas han logrado salir adelante, siendo resilientes.
El caso de los jóvenes es diferente. El estudio en mención surge de la pregunta de si las violencias cercanas afecta más a las personas que la violencia social.
Resultado de ello, se menciona que a los preparatorianos les afecta más que la violencia social, su relación de familia, con las parejas o el acoso cibernético.
“Lo que encontramos en este estudio fue precisamente eso, que las violencias más cercanas son las que se relacionan con ansiedad y depresión, más que la violencia comunitaria”, indicó.
“Son importantes las dos violencias. Pero a veces se nos olvida que las más cercanas afectan más en este grupo de chavos, como los de preparatorias”, añadió.
En las relaciones familiares están las principales afectaciones por violencia
De lo que más se relaciona con estos indices de salud mental es el factor de culpabilidad en la familia; son los casos en los que hacen sentir culpables a sus hijos por todo lo que sucede.
Es allí donde se detecta el mayor problema, se relaciona bastante con depresión y ansiedad, más aún que la relación con la pareja y el acoso cibernético, mencionó.
Esparza señaló que un alto porcentaje de los adolescentes de preparatoria se queja de la falta de atención de los padres; esto ocurre en estudiantes que viven bien económicamente, pero revelan falta de cuidado e inclusive amor.
“El mayor tipo de violencia que ellos reportan es la psicológica, insultos, menosprecios. También se presentan mucho los celos”, apuntó.
Falta capacitar sobre cómo relacionarse en pareja
Aunque la violencia sexual o física casi no fue encontrada en el estudio, sí existe una ausencia de conocimiento sobre cómo llevar una relación de pareja sana.
“Encontramos que la violencia psicológica es la que tiene un poco más de relación, sobre todo con la interacción entre pareja”, indicó Esparza Del Villar.
Aunque existen capacitaciones en el nivel medio educativo en materia de sexualidad, faltan pláticas sobre la relación de pareja, señaló.
Esparza Del Villar refiere que por lo general los jóvenes aprenden de lo que ven con los amigos o en casa, y eso lo siguen replicando; pero nadie les dice cómo llevar una relación sana.
SIPINNA es una opción
Por esta razón, el especialista recomienda la prevención antes de que los problemas de salud mental ocurran en los jóvenes; en casos como el ciberacoso, aunque de menor frecuencia, pueden tener consecuencias mayores.
Para ello, propone implementar cursos en preparatorias. Estos pudieran ser asesorados por el Sistema de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA).
A través de SIPINNA, las instituciones escolares pueden establecer contacto para solicitar capacitaciones sobre estos temas, afirmó.
“Hay que seguir atendiendo las secuelas de la violencia social porque lo seguimos sufriendo; pero hay que evitar caer en el riesgo de ignorar otros tipos de violencia que son más cercanas y a nuestros jóvenes les están afectando más”, puntualizó.
*Relationship Between Different Types of Violence and Mental Health in High School Students From Northern Mexico.
Publicado en: Journal of Interpersonal Violence.
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