Aunque en su mayoría los seguidores de la Santa Muerte en Juárez buscan la protección y apoyo de ese ente sin buscar dañar a otros, estudiosos serios del fenómeno revelan que miembros del crimen organizado que también le veneran en esta ciudad ofrecen sacrificios humanos a la Señora Blanca a cambio de que les guarde de los daños que les pudieran provocar sus enemigos y rivales.
Patricio Vázquez, antropólogo y académico universitario, sostiene que una parte de esos adoradores practica el sacrificio humano a través del sicariato como ofrenda a la Señora Blanca, lo cual no ocurre en otras partes del país donde también se le venera.
Foto: Christian Torrres
El también docente en la carrera de Periodismo de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, realizó un estudio sobre religiosidades populares en Juárez, entre las cuales dijo está el culto a la Santa Muerte.
Comentó que ha tenido localmente un gran auge en los últimos años y presenta características un tanto diferentes a cómo se vive y se practica esa devoción en otras partes de la república.
“El culto a la Santa Muerte tiene una diferencia significativa, porque aquí en Juárez se tiene documentado como parte de la práctica que sí ha llegado a ofrecerse un sacrificio humano, pero no la imagen que tenemos de alguien amarrado al que le entierran un cuchillo para sacarle el corazón, sino más bien a través de los asesinatos cometidos por sicarios como ofrenda a la Santa Muerte”, explicó.
No todos los seguidores de la Santa Muerte son criminales
Dijo, sin embargo, que es necesario disociar la creencia de que todos los que siguen a la Santa Muerte son criminales, idea que consideró ha sido erróneamente difundida en muchos casos por la prensa.
Estableció que sí hay una parte de esos creyentes que están involucrados en el narco o en actividades delictivas, pero que también se tiene a amas de casa o gente común y corriente, trabajadores que no tienen nada que ver con el crimen.
“Volviendo al punto del sacrificio, como parte de esas creencias dentro de ese segmento de creyentes sí se ha documentado gente que presenta a la Santa Muerte una especie de manda, como un juramento, te sacrifico a esta persona o te ofrezco a esta persona y tú me proteges o me das a cambio esto o aquello. En el ámbito en que se mueven esas personas existe el sacrificio”, explicó el especialista.
“Esa gente que se dedica a actividades ilícitas, como parte de su práctica sí llega a ofrecerle a la Santa Muerte el entregarle la vida de una persona, porque está involucrada en una actividad que así lo demanda, en el sicariato o en eliminar al rival, a la competencia”, concretó el antropólogo.
Con objeto de respaldar la idea, dijo que le tocó platicar con una persona que estuvo preso en el Cereso de Aquiles Serdán en el estado de Chihuahua.
“Me relató que en uno de los motines que hubo en el Cereso como parte de la pugna entre los cárteles de Juárez y de Sinaloa, le acusaron de ser parte del grupo sinaloense y que le tomaron para quitarle la vida”, declaró.
“Me contó que lo metieron a una celda y lo pusieron frente a una estatua de la Santa Muerte de tamaño natural a la que llamaban la Madrina y que le dijeron que lo iban a matar para ofrecérselo a ella. No sucedió eso porque las autoridades tomaron el control y evitaron que terminaran con su vida. Es el testimonio que tengo yo de primera mano de esta persona que lo vivió”, relató el docente.
Manifestó que otros testimonios similares los obtuvo de un libro publicado por el Colegio de la Frontera Norte sobre el culto a la Santa Muerte en distintos lugares de México.
“En uno de los capítulos aparece un estudio que se hizo aquí en Juárez donde se enlista una serie de características del culto en Juárez, que no es el mismo que en Veracruz, en la Ciudad de México ni en otros lugares del país, y una de las peculiaridades de Juárez es justamente el sacrificio de una vida humana como parte de esa creencia, algo que no ocurre en otras partes de México. Así lo señala el libro y aunque yo no lo descartaría del todo, no parece ser una práctica recurrente en otras partes del país”, asentó Vázquez.
Ofrendas a cambio de protección
“Otro testimonio que me platicaron es el de un sicario que decide retirarse y se convierte en cristiano evangélico, quien relata que al momento de eliminar al rival acabando con su vida, él sí lo ofrecía también a la Muerte, yo lo voy a matar y te lo estoy ofreciendo, pero tú protégeme, que no me hagan nada y yo te doy esta ofrenda a cambio de tu protección” comentó.
El relato detalla que se colgaba una imagen de la Santa Muerte en el cuello, que besaba al momento de cometer el asesinato y así la ofrecía. Ese es el detalle que da esta persona. Todo este tipo de ofrendas están ritualizadas, ya sea besando la imagen, persignándose con ella o de alguna otra forma completando el ritual, explicó Vázquez.
Otro testimonio que presentó fue el de una mujer que mandó matar a otra que le había hecho mucho daño a su hijo.
“Quería vengar al hijo y quería que la muerte le diera el poder castigar a esa persona, que acabara con su vida. Es también una petición que va muy relacionada con la vida de otro ser humano”, expresó el académico.
“El crimen organizado existe en todo el país y no es exclusivo de Juárez como tampoco lo es el culto a la Muerte. La combinación de Juárez con su característica de ciudad violenta ha constituido un escenario muy apropiado para ese culto, que es uno muy flexible. Es una de las cosas que lo caracterizan”, declaró.
“Es un culto que permite la integración de muchas prácticas. No hay una unificación, una regulación institucional como los dogmas de la iglesia católica. Aquí es libre. La persona puede hacer rituales personales, integrar prácticas en las que deposita su fe y que puede tener cosas en común con otros lugares, pero hay mucha apertura, mucha flexibilidad”, consideró
La iglesia católica ha mostrado un fuerte rechazo a prácticas como las del culto a la Santa Muerte, y aunque el Inegi informa que oficialmente solo existe un templo de ese tipo en Juárez, se han encontrado al menos otros dos grandes y un número importante de seguidores en la localidad, lo cual puede ser verificado a través del volumen en la venta de artículos relacionados a esa actividad de adoración y seguimiento.
Foto: Christian Torrres
La Muerte no da muerte… la Muerte protege y cuida
Ana Moreno es originaria de la Ciudad de México, pero desde su llegada a Juárez unos 30 años atrás, inició un negocio para la venta de productos relacionados con el culto a la Santa Muerte.
“La Santa Muerte la usamos los comerciantes. Se supone que a Dios no le pedimos dinero, pero a la Santa Muerte sí, y también se le pide protección, que nos dé trabajo, que nos retire los enemigos y los problemas, para eso la usamos. No que no creamos en Dios. Sí creemos en Dios, pero a Dios no le pedimos dinero. A Dios le agradecemos la vida”, expresó.
Aclaró que a la muerte es a quien le piden lo de “la ambición del humano, dinero y cosas materiales”.
Dijo que en Juárez existe un gran número de seguidores de la Señora Blanca, que llegan y se llevan a la Santa Muerte ataviada en sus diferentes colores y distintivos.
“La blanca se supone que les da protección, la roja armonía. La negra les retira los enemigos, la amarilla les abre el camino, la azul domina al enemigo que está friegue y friegue. Realmente es para lo que la usan”, dijo.
La muerte no se usa para dar muerte. El que decide la muerte es Dios. Que si hablamos de un asesinato, eso ya es del humano, pero la muerte no da muerte. La muerte nos protege de la muerte, digamos de un peligro, porque de morirnos, todos nos vamos a morir, aseguró Moreno.
Contó que su familia en Tepito tiene varios puestos y comercios en donde a la Santa Muerte se le venera en enormes altares para pedirle mayormente protección de la Policía que llega a extorsionar y retirar productos prohibidos como videos piratas y cigarros norteamericanos.
Explicó que en esta frontera existen dos grandes templos a donde ella comentó, prefiere no acudir.
“No creo en ellos. Cada quien debe de tener su santito que quiere y alabar a su santito. Hay una que tiene un templo enorme, a donde va mucha gente y le lleva flores, música, matachines, comida, pero aquí hay un error muy grande. Piensan que el Día de Muertos es Día de la Muerte. Eso es mentira”, comentó.
“El día 31 es el americano. Es el día de Halloween. El día primero es Día de los Angelitos. El día 2 es Día de los Muertos, de los espíritus que están en descanso y que es cuando les dan la oportunidad de venir a comer lo que nosotros les ofrecemos”, contó al tiempo de señalar con su dedo índice el altar que adornaba el frente de su negocio y que explicó ella misma armó con las fotos de su padre y otros fallecidos de su familia, a quienes puso junto al mismísimo Juan Gabriel.
El día de la Blanca Flor
Dio a conocer también que el 11 de agosto es el día de la Santa Muerte en México, cuyo nombre real mencionó era Blanca Flor.
“Es como un cumpleaños. Le arreglas ese día, le pones sus flores. Si le prometiste algo, le cumples lo que le prometiste, porque la Muerte quiere vida. La Muerte fue una mujer llamada Blanca Flor que la mataron. Es un espíritu y le piden cosas como al espíritu de Pancho Villa o el de Jesús Malverde. Blanca Flor fue encontrada en las pirámides en México y aquí la vendemos así. Es la que trae todas las piedras. Los aztecas empezaron a adorar a la Santa Muerte y empezaron a pedirle. De ahí comenzamos a creer”, relató Moreno.
¿Cómo le vas a pedir a Dios que te deje pasar droga?
El que muchos narcotraficantes y delincuentes veneren y pidan protección a la Santa Muerte es muy común, como lo demuestra la publicación de notas policíacas donde varios delincuentes han instalado templos dedicados a la Blanca Señora en sus escondites.
“Mucha gente la adora. Acuérdate que también está San Judas Tadeo. Todos tenemos que tener a alguien, pero cómo le vas a pedir a Dios ´déjame pasar droga´, pues no. Estarías mal, o ‘déjame darle la muerte a alguien, déjame hacerlo, Dios…’, pues no te lo va a dejar, te va a decir ‘por qué, mejor no te levanto a ti’. Obvio”, comentó. Ni siquiera la Muerte permite eso. Lo hacen porque tú sabes que te tienes que agarrar de algo “pa’ tener el valor o para creer en alguien y pedirle su protección. Trabajo es trabajo y ellos lo ven como un trabajo. Un narcotraficante lo que quiere es dinero. Todo es dinero y la ambición es la que hace esto. Yo a qué vengo, vengo a vender. A final de cuentas, todos vendemos algo”, conjeturó la seguidora de Blanca Flor.