Enfrentarse a lo desconocido, avanzar a ciegas, sin caer en pánico, aunque todo indique que a los lados está el precipicio, hay que seguir hasta llegar a la otra orilla.
Son las semanas del origen de la presencia del coronavirus en la ciudad. Son los días de marzo, cuando hay que cambiar las formas de entender la realidad; hay que readecuar los espacios de hospitales y crear salas especiales para la atención a la pandemia.