¡Que no le digan, que no le cuenten, porque si le cuentan, mienten!
“¡Pásele, pásele marchantito, marchantita. Pásele, pásele… por preguntar no se cobra!”
Muy al estilo de Monsieur Meraulyock, primer merolico de pueblo del que se tiene memoria en el México preindependentista –y del cual surge este adjetivo ante lo impronunciable de su apellido– , el Director del Transporte del Estado, Ricardo Tuda, ha aprendido a salir momentáneamente del paso y zafarse de la verdadera responsabilidad que su cargo le exige, a base de declaraciones mediáticas forjadas con frases y fórmulas muy hechas, “rolleras” y gastadas que, sin embargo, cada vez parecen tener menos efecto en el gran público.
“¡Arrímese, señito, señor, que hay por cuarto y por docena… si no compra, no mallugue!”
Al margen del tema BRT en sus versiones I y II que de momento no abordaremos, el tema del transporte público y de personal de la ciudad sigue siendo la misma repetida película que los juarenses hemos visto y que al parecer seguiremos viendo hasta el hartazgo, mientras el estoico ánimo popular y la integridad física estén dispuestos a soportar.
El lunes fue un chofer de transporte de personal que se quedó dormido al volante –si fue el alcohol o el cansancio por exceso de jornadas, el resultado es el mismo–, con 27 heridos de por medio; hoy, otro chofer de transporte de personal pierde el control, choca contra un hidrante y un poste de la CFE en Villas de Alcalá, y simplemente huye dejando la unidad.
Ayer, antier, anteayer… carreritas entre camiones, choques, volcaduras, atropellamientos, peatones muertos, escapes humeantes, llantas que revientan o se salen, pasajeros muertos, camiones traqueteantes u ondulantes, frenos que fallan, ciclistas muertos, botes y tablones disfrazados de asientos, motociclistas muertos… etcétera, etcétera, etcétera.
¿Y la cacareada revisión masiva que se iba a realizar en junio? ¡Ah! Había que esperar a que se aprobaran cambios a la Ley de Transporte. ¿Y antes de eso? ¡Ah! Esperar el diagnóstico que se haría del transporte en general. ¿Y antes? ¡Oh! Esperar a tener más inspectores. ¿Y más antes? ¡Oh! Esperar a tener acuerdos para coordinar acciones ¿Y ahora? ¡Ah! Otro mes y medio de espera para que funcione la nueva Subsecretaría.
Esperar, esperar, esperar… rollo, rollo y más rollo… ¿Hasta cuándo?
¡Que no le digan, que no le cuenten, porque si le cuentan… vaya que sí le mienten!