Mi, mi mi, re, re, re… ¡No la… diputado Castrejón!
Es increíble que este diputado, licenciado en Derecho, maestro en Recursos Humanos y candidato a doctor en Derecho por la UACH no pueda leer un posicionamiento sin equivocarse. Así como lo lee, estimado lector, el diputado no sabe leer.
No es un asunto menor, cuando Castrejón Rivas lee en las sesiones del Congreso del Estado, se atropella en cada frase, en cada línea cambia las palabras y al tratar de corregirse solo empeora la situación.
No se están poniendo en tela de juicio las capacidades cognitivas del diputado Castrejón Rivas, no por nada está por alcanzar un alto grado en sus estudios académicos, sin embargo, uno presupone que dichos logros deberían ir a la par con la facultad de expresarse de manera clara y fluida, en beneficio de sus representados.
Y esta situación, aunque pudiera soltar una que otra risilla por lo cantinflesca que resulta, la verdad es que es lamentable, porque los legisladores cuentan con no pocos recursos, tanto los que devengan en su salario que alcanza los miles de pesos, como las partidas especiales que les son asignadas en materia de asesoría.
Y mire que no es poca cosa lo que se les designa a los más de 60 asesores, que, según datos periodísticos, suman en conjunto salarios anuales por 31 millones de pesos, es decir, cada asesor se lleva al mes un sueldo que ronda entre los 40 y 70 mil pesillos.
Y esto va para todos, los diputados y diputadas del Congreso del Estado bien pudieran contratar unos cuantos profesores para enseñarles algo de lectura y redacción, dicción y oratoria, incluso de ejercicios de canto, para que suelten los músculos maxilares y aflojen la lengua para que sus palabras tengan fluidez.
Digo, hay que aprovechar el regreso a clases…
Mi, mi mi, re, re, re… ¡No la…! ¿Sí?