En torno a la apabullante victoria de Iván Pérez en la elección de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) hay varias lecturas.
Una de ellas es que, para fines prácticos, se trató de un cierre de filas, validado o aceptado por los propios empresarios y socios de la Cámara, pero facilitado, impulsado o forzado por los factores externos de poder.
Por un lado, un Palacio de Gobierno condescendiente o que dejó correr; por el otro lado, una Presidencia Municipal que operó políticamente, apretó y hasta mandó mensajes de último momento ¿A poco alguien va a creer que las clausuras de Jack in the Box y Denny’s fueron operadas completamente ajenas a la coyuntura del proceso?

Iván Pérez, abogado fiscalista y dueño de una empresa de artículos de limpieza, fue director de Desarrollo Económico Municipal una parte de la primera gestión municipal de Cruz Pérez Cuéllar y desde que el año pasado contendió por la presidencia de Canaco, se le vinculó al proyecto político del alcalde que tiene la mira en el 2027.
Hace un año obtuvo 492 votos, mientras que Elizabeth Villalobos logró 856. Como ya lo habíamos destacado, es determinante la posición que asumen los grandes corporativos, OXXO y Del Río. Villalobos ganó la elección pasada con ese apoyo. Hoy se lo retiraron y quedó claro que era lo único que tenía. En la votación del jueves apenas alcanzó 55 votos y se fue hasta el final de la tabla.
Iván logró quedarse con todo lo que tenía desde el año anterior y con el apoyo de OXXO y Del Río (que suman entre 600 y 700 votos), rompió récord en votación histórica y obtuvo mil 204 votos.
A final de cuentas, desde Palacio, no pidieron a OXXO nuevamente apoyar a Villalobos, como se supone que ocurrió el año pasado, tampoco lo pidieron para Raymundo Domínguez o Jorge Mejía, y no tuvieron objeción en que los votos los recibiera Iván, con todo y que tenga su conexión con la Presidencia Municipal guinda.
Tampoco Del Río tuvo empacho alguno en seguir a OXXO (como también parece que ocurrió el año pasado), aunque antes había tenido reservas y hasta diferencias laborales con el abogado fiscalista. Por el contrario, el corporativo parece haberse asegurado que no se fragmentara o desperdigara el voto, en esa misma sintonía de acabar con conflictos. Prefirieron ceder y mandar señal de unidad, aunque no faltará quien diga que el mensaje fue de sumisión, para no poner en riesgo ningún negocio.
En la misma elección, Raymundo Domínguez alcanzó 126 votos y Jorge Mejía 66.
Esa concentración de votos en favor de Iván Pérez, quien se quedó con el 83 por ciento de los sufragios habla casi de unanimidad, por eso señala Mirone el cierre de filas, en un giro que le cierra puertas a la confrontación al interior y al exterior del gremio, que era lo que se venía arrastrando y proyectando.
No hay que olvidar que la Presidencia Municipal había puesto en pausa la relación institucional con Canaco, por la posición que asumió Elizabeth Villalobos en torno a la expulsión del expresidente Rogelio Ramos, uno de los exdirigentes que había apuntalado el proyecto de Iván Pérez el año pasado.
Ramos fue expulsado porque se le acusó de haber puesto en riesgo el registro de la Cámara que tiene 136 años de antigüedad, al no haber firmado las actas con los resultados electorales y no haber entregado un reporte final.
Por cierto, después del triunfo de la Planilla Azul, el festejo se realizó en uno de los salones del Hotel María Bonita, con Rogelio Ramos como anfitrión.
“Rescatamos Canaco Juárez con un Triunfo de 10 a 1 ante el más cercano competidor. Lic. Iván Pérez nuevo Presidente de Cámara de Comercio en Ciudad Juárez”, escribió Ramos, asumiéndose parte de los ganadores, aunque formalmente fue expulsado de la Cámara. Seguramente buscará reincorporarse legalmente. Ayer mismo le regresó la cortesía a Iván y lo visitó en la Cámara.
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En la lectura de que Palacio de Gobierno dejó correr o no metió las manos, hay otro factor de mayor fondo que podría explicar esa decisión.
Hablamos del Centro de Convenciones de Ciudad Juárez. Varias veces y en distintos foros, ha dicho la gobernadora que unas de sus prioridades en Juárez, es esa infraestructura pendiente, un proyecto que trae al menos 20 años de rezago.
Fue su encargo principal al nuevo representante en Juárez, Carlos Ortiz; también fue puesto en la mesa como elemento central de una agenda común con la Presidencia Municipal bajo la gestión de Cruz Pérez Cuéllar.
Concretar el Centro de Convenciones a como dé lugar, coloca ese pendiente como el eje articulador de consensos que no había tenido otro tema.
De ahí que se comente que ese pudo ser el acuerdo en torno a Canaco: conceder a Presidencia Municipal la llegada de una persona más identificada al alcalde, a cambio de sumar más voluntades por el Centro de Convenciones, obra emblemática de la falta de acuerdos en el sector empresarial; sí, entre ellos mismos, pero también con el sector social y el Gobierno.
Si ocurrió la negociación, desconoce Mirone cómo se operó. Hay algunos datos que sí se saben. Por ejemplo, que el representante de la gobernadora Maru Campos, Carlos Ortiz, no tuvo esa encomienda, aunque sí sea para él una prioridad el tema del Centro de Convenciones.
Cuando andaban en campaña, sí estuvieron en su oficina, en visita de cortesía, tanto Iván Pérez como Raymundo Domínguez. Elizabeth Villalobos acudió, pero en la antesala del proceso, más en su calidad de presidenta que como candidata. Jorge Mejía nunca estuvo.
También se sabe que Rogelio González, otro de los expresidentes de Canaco impulsores de Iván, fue recibido por la gobernadora Maru Campos cuando estuvo aquí el 19 de marzo para presidir la Mesa de Seguridad.
Los dos Rogelios, González y Ramos, han acaparado con otro grupo compacto de empresarios, las vías de interlocución del sector empresarial con el poder público desde hace muchos años. Traen callo en esa función que siempre aprovechan para sacar raja para sus propios intereses, aunque esa es otra historia.
Ahorita andan los Rogelios y una parte del sector empresarial, puchando para que el Centro de Convenciones se quede en el Parque Central, una propuesta polémica y que todavía no cuaja, ya que hay pendientes de carácter legal sobre el predio, la oposición de grupos de la sociedad civil a que se le resten espacios al parque, así como el tema complicado de saturación vial y falta de estacionamiento.
El caso es que se estaría privilegiando la construcción de consensos entre empresarios y autoridades para el tema del Centro de Convenciones, y por eso se habría cedido en el asunto de Canaco, con la misma idea, la de cerrar filas.
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En el análisis de lo ocurrido en Canaco, tampoco se puede dejar de lado, como lo explicamos ampliamente en la edición del jueves (antes de conocerse los resultados) el factor meramente político-partidista, en el contexto del acelerado proceso rumbo al 2027, además de las filias y fobias respecto a algunos de los actores.
La presidenta saliente y perdedora, tuvo acercamientos con la senadora Andrea Chávez, lo mismo que con su suplente, la expresidenta de Canaco y líder de los agentes aduanales, Nora Yu.
En Palacio se pudieron leer esos encuentros más como respaldos a proyectos políticos futuros que meros intercambios de información entre representantes populares y líderes gremiales.
Hay otro dato que pudo encender las alertas en los centros de poder estatal. Nos referimos a la inclusión en el equipo y en la planilla, de Andrés Quevedo, quien fue funcionario federal en el Instituto Nacional de Migración, primero como jefe del Programa Paisano, y luego como encargado de despacho de la Oficina de Representación del INM en Chihuahua. Su inclusión al gobierno de la 4T fue propuesta de Juan Carlos Loera de la Rosa, el hoy senador morenista y antes superdelegado de los Programas de Bienestar.
En esa lectura, alinear a los corporativos y a los socios de Canaco con una candidatura como la de Iván Pérez, tendría que ver con el objetivo de frenar cualquier influencia política del proyecto morenista que en alianza interna traen Loera y Andrea Chávez.
Tampoco hay que olvidar que cuando se lanzó la candidatura de Jorge Mejía (el hijo del coronel Héctor Mejía, de mucha historia panista), se comentó bastante que al interior de Canaco se leyó como una jugada acordada con la propia Elizabeth Villalobos, para intentar jalar el favor de Palacio y desactivar los resquemores que ya había generado en su contra la presidenta saliente.
Claramente no habría cuajado la maniobra y tanto Villalobos como Mejía fueron quienes más atrás quedaron en las votaciones.
Sin embargo, todo son lecturas y especulaciones; el hecho contundente e irrebatible fue la victoria de Iván Pérez; así que con todo y las suspicacias o pese a la jiribilla que se mantuvo durante el proceso, asume la presidencia de Canaco con un gran activo de legitimidad.
A ver si sobre la construcción coyuntural de la unanimidad se puede soportar una verdadera unidad que permita al gremio atender y resolver los pendientes de su agenda y, sobre todo, vincularse con todos los sectores en la agenda común de Juárez.