EL DE AYER será un día histórico que quedará en la memoria de los juarenses. La presencia del papa Francisco en esta frontera sacó sin duda alguna lo mejor de las mujeres y hombres que han hecho de esta tierra su hogar. También será histórico porque una vez más el Gobierno federal aprovechó la distracción popular para anunciar medidas económicas duras, que hablan de la profunda crisis económica del país.
LOS JUARENSES se volcaron literalmente a las calles para recibir al papa Francisco, el primer pontífice en aventurarse por estos lares. Su presencia fue aprovechada al máximo por los afanositos miembros de la clase política del solar que se desgañitaron por conseguir un espacio en los diferentes eventos del ecuménico jefe de los católicos que, en la víspera de su traslado a México, hizo los honores personales a la sinagoga de Roma.
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FRANCISCO sintetizó y removió los principales problemas de México aquí en Juárez. No se desgastó ni dio pretexto para generar polémica y dar lugar a que los políticos medren con sus expresiones tras su gira de cinco días por el territorio nacional, pero fue apretando las principales pústulas de la realidad del país: crimen organizado, empresarios esclavizantes, corrupción…
EN SU HOMILÍA al borde el río Bravo, con un clima inigualable, ni frío ni calor, Francisco aseguró que en México existe “una crisis humanitaria”, caracterizada por la migración de miles de hombres, mujeres y niños que son víctima de la extorsión, secuestro y trata de personas. En esas cuatro palabras definió y calificó los grandes problemas del país e hizo añicos la visión optimista de los discursos oficiales, y demandó poner un alto a las muerte y la explotación de migrantes y jóvenes enrolados por las organizaciones criminales.
EN EL CONTEXTO de ese tema envió saludos emotivos a los miles de católicos reunidos en el Sun Bowl de El Paso, que respondieron con una ovación. Ellos presenciaron la misa en las pantallas del estadios pero los separaron unos cientos de metros de El Punto, lugar de la misma.
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SIN APARTARSE de su papel de pastor, el primer papa latinoamericano de la portentosa Iglesia católica mantuvo hasta el final el estilo suave y firme; no particularizó en ningún caso específico, pero repasó el tema de las desapariciones, de las mujeres a las que han arrebatado la vida (no abrió polémica ni con Ayotzinapa y los feminicidios) pero sí a las condiciones que privan en el maltrato generalizado a los migrantes, tanto los expulsados por la pobreza, la violencia y el narcotráfico dentro de México, como los que vienen de centro y Sudamérica.
EL OBISPO de Juárez, José Guadalupe Torre Campos despidió a Francisco y agradeció su visita en lo que llamó un momento clave en la historia de la ciudad que ha padecido las consecuencias de la violencia y la ambición desmedida pese a lo cual conserva la fe y fortaleza.
ANTES en el Cereso, Francisco había observado la otra cara de la violencia con su visita a los presos, sentenciados por delitos graves. Para ellos tuvo palabras de aliento, de comprensión.
EL PAPA se refirió a las cárceles como uno de los principales síntomas de los males que aquejan a la sociedad, permeada por lo que llamó “cultura del descarte” que ha dejado de apostar por la vida y ha ido abandonando a sus hijos. En los penales se reproduce el círculo de la violencia, que no se romperá jamás mientras no existan acciones efectivas para atacar las causas estructurales y culturales de la inseguridad. El camino seguido hasta ahora ha sido errado, les dijo el religioso argentino.
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LAS PALABRAS de Francisco fueron escuchadas directamente por algunos de los hombres y mujeres más ricos de la región fronteriza y del estado. En el patio de la cárcel estaban Paul Foster y su mujer, Alejandra de la Vega; miembros de la familias Fuentes y Bermúdez; se vio también a personajes de apellidos como Cruz Russek y el empresario alcalde suplente de la capital, Eugenio Baeza Farés (que por cierto trae fúrico a su antecesor Javier Garfio por tumbarle tres negocios que valen en conjunto unos mil 200 millones de pesos), que debieron sentir las pedradas en el discurso de Francisco, con ese estilo suave y firme del que ayer dábamos cuenta.
POR CIERTO que en el Cereso el gobernador, César Duarte, tuvo oportunidad de conversar en corto con Francisco. Ahí estuvieron también el cantante Emmanuel y Eduardo Guerrero, ahora encumbrado en el Gobierno federal…
EN EL ENCUENTRO con el Mundo del Trabajo, en el gimnasio del Colegio de Bachilleres, Francisco fustigó también la voracidad empresarial, las malas condiciones laborales y los bajos salarios que se convierten en el mejor caldo de cultivo para que los jóvenes caigan el círculo el narcotráfico y la violencia. La radiografía que hizo de Juárez no tuvo desperdicio alguno.
APELÓ a la conciencia de los empresarios para que rescaten la dimensión ética de las empresas, a fin de que no olviden que la mejor inversión que pueden realizar no es en equipos o máquinas más modernas, sino en la gente, en las personas y en sus familias.
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PESE a las medidas de seguridad y las acciones gubernamentales que intentaron silenciar a las organizaciones sociales y activistas que llegaron a Juárez, en el Colegio de Bachilleres la directora del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres, Luz Estela Castro, rompió el protocolo, llegó hasta el papa y le entregó una carta donde expuso la problemática ambiental, del campo, de las desapariciones forzada y la impunidad.
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MIENTRAS los juarenses y el resto de los mexicanos no perdían detalle del último día de la gira papal, allá en el Altiplano el secretario de Hacienda, Luis Videgaray y el presidente del Banco de México, Agustín Carstens, aprovecharon la distracción masiva para implementar medidas duras de contención a la crisis económica con el incremento de la tasa de interés bancario del 3.25 al 3.75 por ciento y un ajuste al gasto público federal del orden de 132 mil millones de pesos.
EL PEOR de los mundos, diría cualquier analista económico, porque se encarece el crédito. Quienes pensaban comparar un auto o una casa la pensarán o desistirán de hacerlo, caerán las ventas, frena el motor del consumo y la reducción del gasto gubernamental reduce otro motor de la economía nacional; pero eso lo iremos comentando cuando regresemos a la cruda realidad, tras la visita papal.
DURANTE la despedida del papa en el aeropuerto, además de el grueso del gabinete del presidente Enrique Peña Nieto, el legal y el ampliado, destacó la presencia del director general del Issste, José Reyes Baeza, los funcionarios estatales, algunos de los precandidatos, entre ellos Teto Murguía. Lo más granado de la clase política priista y empresarial del solar tuvieron espacio en el aeropuerto.
EL RESTO DE LOS políticos (Enrique Serrano), funcionarios públicos estatales y municipales, la gran cantidad de alcaldes estadounidenses, etc., tuvieron lugares en la misa.
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RESPECTO DE LA logística de la visita extraordinaria, a su llegada a Juárez el papa Francisco fue recibido por una multitud congregada en el aeropuerto internacional. En la histórica imagen figuraron el gobernador, César Duarte; el representante del presidente, Enrique Peña Nieto; el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell; el arzobispo José Guadalupe Torres y el alcalde Javier González Mocken.
EL OBISPO de Roma se montó en el papamóvil y agarró camino hacia al primer evento en el Cereso 3; mientras avanzaba a la salida del aeropuerto, le llevaban los guardias a niños para saludarlo. Antes de salir del área se bajó del vehículo rompiendo el protocolo de seguridad, para ir a besar y bendecir a los menores.
TANTO DE CAMINO AL Cereso, como al gimnasio de Bachilleres (11 kilómetros), llamaron la atención los miles de ciudadanos que cumplieron su compromiso para formar la valla humana, que superó por mucho las expectativas. Hubo huecos a la altura del Parque Central, pero el camino se observó repleto a ambos lados de la ruta. En el trayecto del Bachilleres al Seminario (6 kilómetros) el panorama cambió un poco, pero aún así los espectadores y los voluntarios eran miles.
EL PROBLEMA fue que la comitiva papal avanzó siempre muy rápido, a unos 50 o mas kilómetros por hora, lo que provocó que algunos gritaran que fuera más despacio, para poder saludar al visitante a quien nomás vieron instantáneamente.
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EL ENTORNO DE Juárez también participó como se esperaba. De varios estados cercanos, municipios de la entidad y la frontera americana fueron llegando miles de fieles. Ayer desde temprana hora los accesos principales a la ciudad y los puentes internacionales quedaron invadidos por los visitantes; tardaron horas saturados.
EN LA VECINA ciudad de El Paso, desde las 3:00 de la mañana se cerraron las principales calles, en especial aquellas colindantes al centro de la ciudad como la 354 st. y la 365 st., así como la Paisano que corre a lo largo del río Bravo; quienes querían pasar a Juárez tenían que cruzar el puente caminando porque ya no se permitía el paso de vehículos.
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POR UN DÍA Ciudad Juárez y sus alrededores se convirtieron en un búnker militar, policiaco, de todo tipo de fuerzas armadas. El dato oficial fue que más de 5 mil elementos de seguridad mexicanos resguardaron la ciudad durante la visita del papa, de los cuales 2 mil pertenecen al Estado Mayor Presidencial. Cerca de mil 800 periodistas cubrieron el evento.
EL FISCAL GENERAL, Jorge González Nicolás, informó que se dispuso de más de un millar de agentes de la institución que encabeza: 700 oficiales estatales preventivos y 400 de investigación, entre ellos agentes anti motines. La Policía municipal participó con unos 800 oficiales preventivos y unos 600 de vialidad –junto con los refuerzos chihuahuitas–. También habrían participando agentes encubiertos de “inteligencia” de la Marina y el Cisen.
EL CORTEJO PAPAL lo encabezaron agentes motorizados y en camionetas de la Policía Federal, con unidades en colores oscuros, lo más decentito de la corporación. Los del Estado Mayor junto con la Guardia Suiza conformaron la guardia de Bergoglio. Prácticamente todo sin incidentes.
EN EL PASO estuvieron preparados para cualquier contingencia. Un oficial de la Patrulla Fronteriza y un representante del área de Relaciones Públicas de la misma informaron que de aquel lado se concentrarían unos 7 mil elementos de la Border Patrol, Fuerza Aérea norteamericana y Marines, con todo y agentes encubiertos, escuadrones tácticos, grupos antiterroristas, drones artillados…
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LAS COMUNIDADES católicas de México y Estados Unidos celebraron en su conjunto la misa binacional celebrada en “El Punto” por el papa Francisco y trasmitida en tiempo real en el estadio Sun Bowl de El Paso. Más de 200 mil cristianos congregados adentro y fuera del recinto de la antigua Feria Expo y varios miles en el estadio paseño.
EL RECINTO construido para la ceremonia lució de primer mundo; en cada acto se dispuso una imagen de la Guadalupana, pero en El Punto se colocó una imitación de la tilma de Juan Diego gigantesca; el crucifijo en madera al centro concentró la espiritualidad del lugar donde se distribuyeron a los asistentes en media luna en la gradería y en divisiones cuadradas sobre la explanada.
MÁS ALLÁ, EN el aeropuerto, esperaban al papa otros 5 mil seguidores para despedirlo, en pantallas observaron la misa y escucharon el último mensaje de Francisco en México. Afuera de El Punto varios cientos se quejaron porque el lugar quedó atiborrado y aún con boleto no los dejaron entrar.
EN EL EPÍLOGO de esta visita, Francisco usó en el último acto ceremonial un báculo tallado en madera que le regaló unas horas atrás un interno del Cereso. El gobernador César Duarte fue agraciado con el solideo que le regaló Bergoglio desde el primer evento; Enrique Serrano subió a redes un video donde presenciaba el último acto del Pontífice Romano –los demás precandidatos hicieron mutis–, y miles de juarenses y asistentes agradeciendo en sus cuentas de Face la visita y el mensaje del papa argentino. La puntualidad fue impresionante en cada evento, incluida la despedida.