Los juarenses complican la labor de los cuerpos de seguridad y rescate de aquellos que tienen la encomienda de salvar vidas.
Los conductores no les permiten llegar con prontitud al lugar de las emergencias, les obstruyen la circulación, no respetan las señales de emergencias. Actitudes como el NO ABRIR EL PASO, puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.