¡Quién fuera regidor!
El Reglamento Interior del Ayuntamiento juarense, el cual fija las obligaciones y procedimientos del ejercicio colegiado del Gobierno Municipal, es el único instrumento que le dice a los regidores cuáles son los días y horarios de su trabajo.
La reglamentación juega a su favor, pues en realidad solo tienen que estar presentes en las sesiones de Cabildo y en las sesiones de trabajo de las comisiones del Ayuntamiento.
Son pocas, escasas, sus obligaciones de tipo presencial. Por eso, no es asunto menor que no cumplan con sus obligaciones mínimas, como la de ser puntuales a la sesiones de Cabildo y a las reuniones de las Comisiones, tal y como ocurrió el pasado lunes en la sesión previa de Cabildo.
Con muchas dificultades, 26 minutos después del horario establecido en la convocatoria, se logró la presencia de la mayoría de 12 de los 21 integrantes del Ayuntamiento, incluyendo al presidente.
En ese momento, a las 12:26 horas, el representante del secretario del Ayuntamiento, Pedro Martínez Cháirez, tomó lista y no estaban Tanía Maldonado (PMC), María Dolores Adame (Morena), Mireya Porras (PRI), única que aviso que llegaba tarde; Héctor Hugo Avitia Arrellanes (PRI), Ana Carmen Estrada García (Morena), Antonio Domínguez Escalante (Morena), Martha Patricia Mendoza Rodríguez (Morena), Karla Micheel Escalante (Panal) y Amparo Beltrán Ceballos (PAN).
Finalmente, con pocos pero suficientes regidores para votar, se tomaron los acuerdos.
Minutos después del pase de lista, entró la regidora Tania Maldonado Garduño. Ella fue la primera en integrarse, entre los demorados; cruzó de puntitas el salón Francisco I. Madero con una expresión acorde al estresante momento que se vivía en el salón. Ella fue la regidora número trece.
Treinta y siete minutos después del mediodía se integró la regidora Estrada García, después lo harían la gran mayoría. Hasta ese momento, aplicaba perfectamente el dicho popular “Ni son todos los que están, ni están todos los que son”.
Bien por la profesora Mireya Porras que avisó y se disculpó. Muy mal para el resto que ni siquiera ofreció una disculpa o explicación, tal vez para no hacerse notar ni exponerse.
Un aviso de última hora. Cuando se fijó la celebración de la sesión ordinaria, se adelantó que el miércoles nadie trabaja en la Administración, es día inhábil para todos, de tal manera que hasta el jueves, ya viernes chiquito, es cuando nuestros representantes populares votarán una lista larga de asuntos.