“Hoy no fío”, mañana sí: las congelantes declaraciones de Aguilar García
“Hoy no inauguro… mañana tal vez” parece ser la frase que mejor define al Arquitecto, Maestro en Planificación y Desarrollo Urbano, y actual émulo del Atlas Griego, que desde el arranque del Maruchato viene cargando sobre sus hombros el mundo de pendientes que le dejó a su dependencia el exgobernador golfista.
Lanzado por ordenanzas superiores como pecho abierto a las balas, Aguilar no tuvo otra que acudir a fronterizas tierras para participar en solitario en una ipsofáctica rueda de prensa en la que tuvo que responder personalmente y en persona a los incontables cuestionamientos mediáticos relativos a la inacaba obra.
Según el funcionario, el calor tuvo esta vez la culpa. No el calor de las discusiones, no el calor de las murmuraciones, ni el candente fulgurar de la crítica, sino el calor fulgurante del astro rey… o como simplemente le dicen en los ranchos: “la calor”.
Y aquí una pregunta: ¿Qué tiene que ver el hielo con la obra pública?
Según lo que denotan las palabras del secretario, mucho más que el rotundo maridaje entre el refresco de cola, el ron, el jugo de limón y los frigorizados cubitos que integran una clásica cuba libre.
No cabe duda que todos los días se aprende algo nuevo, incluyendo un buen y refrescante pretexto. Con cubitos de hielo incluidos.
Según el funcionario, las altas temperaturas fueron las que han impedido terminar la obra en tiempo, porque -en concreto- el concreto no fragua debidamente, ya que “tiene una especificación de temperatura en la que se tiene que aplicar y lo que se vine haciendo para cumplir esa especificación es que se viene colocando hielo”.
Así lo dijo. Leyó usted bien. Hay que aplicar hielo para que el concreto fragüe bien cuando el calor hace de las suyas.
Conseguir hielo suficiente para continuar en periodos continuos la colocación del concreto en las rampas fue el problema. ¿Por qué?
Porque se tendría que gastar una buena parte del hielo que los habitantes de estas cálidas regiones de la América del Norte consumen diariamente en restaurantes, bares, fondas y todo lo que implique el uso del congelado líquido vital.
Y pues la gente se iba a enojar, claro está.
Qué considerado secretario.
¿Se la creemos?
Hoy no. Mañana… tal vez.