El temor al “abucheómetro” recorre los pasillos del Palacio
Tras dos años sin Grito, la gobernadora Maru Campos saldrá hoy por primera vez a ondear la Bandera nacional y gritar el “Viva México” desde el balcón que construyó su amigo, el gobernador César Duarte Jáquez, hoy recluido en una habitación de uno de los hospitales más caros de la ciudad.
Esta festividad, la primera de tipo masivo que enfrentará la gobernadora panista de Chihuahua, tiene con el Grito, pero en el cielo y con el Jesús en la boca, a todo su cuarto de guerra, pues se podría registrar, también, el primer abucheo masivo en su contra.
Desde el año 2013, cuando la multitud reunida en la Plaza del Ángel de la ciudad de Chihuahua abucheó resonantemente al gobernador Duarte, la ceremonia del Grito se ha convertido en una suerte de medidor de popularidad que resulta incluso más efectiva que algunas encuestas.
Duarte nunca volvió a ser el mismo desde aquella atronadora expresión de repulsa y, desde entonces, moderó sus apariciones públicas y volvió a oir los “buuuu” en otras actividades a cielo abierto.
Los allegados a Maru temen que hoy vuelva ese “buuu” a la Plaza del Ángel, en un año en el que emprendió un nuevo replaqueo, arreció la violencia, asesinaron a dos sacerdotes jesuitas dentro de su templo y Juárez vivió un “jueves negro”, sin contar con el destrozo de la infraestructura urbana y carretera a causa de las lluvias.
Según Mitofsky, Maru cerró el mes de agosto con una aprobación del 45.1 por ciento que la ubica en el lugar número 27, debajo, incluso, de Cuauhtémoc Blanco de Morelos. La encuesta de El Financiero la colocó en el sitio 14, pero con tres puntos menos de aprobación, pues alcanzó un 43 por ciento, 14 menos que en la encuesta anterior.
La gobernadora no las trae todas consigo en materia de aprobación pública y en este Grito podría tener su primera gran encuesta a plaza abierta.
Tal vez sea por eso que decidió colocar cohetones en tres distintos puntos de la ciudad, a ver si los tronidos estruendosos acallan el abucheo.