La aprobación que hiciera el Congreso del Estado al Paquete Económico le saldrá cara política y económicamente al régimen del nuevo amanecer.
Resulta que en la Ley de Ingresos el gobernador Javier Corral y el secretario de Hacienda, Arturo Fuentes Vélez, están pidiendo la modificación del impugnado decreto 1418/2016 XVII del 9 de julio pasado, para dejar autorizada una posible reestructuración de deuda hasta por 10 mil millones de pesos.
Eso significa que podrían obtener financiamiento, bursatilizar o monetizar, con cargo a la Secretaría de Hacienda y/o Fibra Estatal de Chihuahua, obteniendo recursos, en los subsecuentes ejercicios fiscales. En 2017 sería por 2 mil 800 millones y de ahí en adelante como se considere necesario, usando como fuente de pago los remanentes del fideicomiso 80672
Como de esos 10 mil millones, la legislatura anterior ya ejerció 6 mil millones con la controversial bursatilización duartiana, les quedan 4 mil, de los cuales podrían usar los 2 mil 800 ya planteados y mil 200 más allá.
Es ni nada más, ni nada menos, que el esquema planteado por el exgobernador César Duarte y el ahora denunciado exsecretario de Hacienda, Jaime Herrera Corral. En una de esas, si se hace efectiva la acusación por peculado que pesa en su contra, le siguen pidiendo asesoría financiera desde el Cereso estatal de Aquiles Serdán.
Votos onerosos
Conseguir el apoyo de las dos terceras partes de los diputados –se requiere el sí de 22 de los 33 legisladores– para obtener la autorización de modificar el polémico decreto y estar en posibilidades de contratar el primer paquete de nueva deuda por 2 mil 800 millones de pesos, vía bursatilización, les costará dinero y concesiones políticas a la hora de negociar los votos necesarios con los partidos de oposición.
En el Congreso del Estado nada es gratis, los diputados juegan al pago por evento cuando deben alzar su manita y dar el “sí” en cuestiones cruciales para el poder Ejecutivo, incluso entre los legisladores del partido en el poder.
A los 16 votos que tiene la mayoría panista, los operadores políticos de Palacio y del propio Congreso deberán sumar los de las fracciones parlamentarias del Panal, Morena, los diputados del Movimiento Ciudadano y Encuentro Social –esos ya fueron con ellos en batalla por el Poder Judicial–, y dependiendo de lo espléndido que se ponga el régimen la franquicia familiar del Partido del Trabajo pueden jalar ahora con la causa pedir fiado para sufragar el déficit.
Ayer mismo el gobernador, Javier Corral, sostuvo un encuentro con el patriarca del PT, Rubén Aguilar, sus hijas, Lilia y América, quienes lo visitaron en Palacio. La historia política de Chihuahua da cuenta fiel, de que el viejo dirigente petista en todo aplica la máxima: chivo pagado, chivo brincado.
Por ahí apunta el costo económico que tendrá la negociación indispensable para el régimen del nuevo amanecer, a cambio de aprobar la bursatilización propuesta.
Y en el aspecto político el precio a pagar es mayor. El simple hecho de plantear nueva contratación de deuda, a simple vista, denota incongruencia y contradicción entre el discurso del gobernador Javier Corral y su partido el PAN, durante las campaña y el ejercicio del gobierno.
En ese campo los primeros en empezar a pasar la factura de cobro son los priistas. Las cinco diputadas en el Congreso del Estado, la dirigencia del partido tricolor y los intereses del duartato están listos para saltar sobre la yugular del gobernador Corral.
Ahí mismo, en el Congreso, la asesora la estrella de la minibancada tricolor, Laura Domínguez, quien tendrá cancha abierta para negociar apoyos con el Partido Verde Ecologista, la diputada del PRD Crystal Tovar Aragón e incluso los de Morena, que en determinado momento, si quieren jugar su propio juego de congruencia, podrían recibir la instrucción de la dirigencia estatal partidista de decirle no a una nueva bursatilización.
Por el momento, ni Palacio ni el Partido Acción Nacional o los diputados en el Congreso del estado tuvieron la previsión necesaria para construir una estrategia de operación política y de medios que les diera un adecuado manejo al delicado tema del déficit presupuestal y las razones por las que el nuevo Gobierno se ve en la necesidad de seguir el mismo esquema que sus antecesores, de la era Duarte.
La propia información que se fue desgranando durante los días previos a la fecha límite para la presentación de los dos proyectos de ley, de ingresos y egresos, generan la impresión de que no existió una adecuada y oportuna comunicación interna entre el despacho del gobernador Corral y el secretario de Hacienda, pese a que ambos iniciaron la semana con la mesa de negociación en la Ciudad de México, pidiendo al Gobierno federal recursos adicionales para cerrar el presente ejercicio fiscal.
Tampoco se nota la operación política y/o administrativa del flamante coordinador ejecutivo del Gabinete, Gustavo Madero, en las previsiones naturales que generaría el contenido del paquete presupuestal.
La propia agenda de eventos del gobernador Corral dan cuenta de la poca importancia que se le dio a la presentación de su primer paquete económico. Entre las alicaídas audiencias públicas de Juárez, la inauguración de la Expo Canaco y la firma del convenio con el equipo de antropólogos argentinos se consumió la semana, y ningún efecto político positivo que generen esos eventos alcanzan a empatar el desconcierto de la ciudadanía al saber que le echarán encima más deuda pública.
Flancos descubiertos
Para ser más claros. Antes de llegar a los 100 días de gobierno la administración del gobernador Corral está resintiendo el efecto bumerán. Una de las principales armas de campaña electoral y de la etapa de transición, en las que criticaron con dureza el endeudamiento del estado, ahora se les regresa en contra.
Lo complicado es que todos esos guerreros que usaron con éxito su arma en la batalla electoral permitan que el bumerán les dé en la cara de regreso, en vez de atajarlo en el aire con destreza y volverlo de nuevo contra el enemigo, al que lograron desplazar momentáneamente de la plaza.
En las ocho semanas que hoy cumplen en el poder, los hombres del nuevo amanecer se han dedicado a marcar los sitios ocupados, pero no han organizado el control y la defensa del territorio, y menos le han hablado clara y transparentemente al pueblo liberado, metafóricamente hablando.
Las carreras de la liberación no alcanzan para legitimar acciones de gobierno, algunas de las cuales no son del agrado de determinados segmentos sociales, menos cuando no existe información suficiente, explicaciones de las motivaciones y claridad en el objetivo que se busca conseguir en aras del interés colectivo.
Por esos flancos descubiertos es que se está colando la resistencia del régimen desplazado. Guillermo Dowell, presidente estatal del PRI, y Fermín Ordoñez, que aspira a sucederlo en el cargo partidista, critican de incongruente al mandatario estatal panista, por plantear la posibilidad de rebursatilizar excedentes carreteros, tras haber censurado la medida hace pocas semanas.
Dowell hasta se aventó la puntada de exhortar al gobernador, Javier Corral, a pedir una disculpa a la Legislatura pasada a la que denostó cuando aprobaron la bursatilización de los 6 mil millones.
De lo que no habla el dirigente priista es de todas maniobras legales y políticas del exgobernador Duarte para evitar que el nuevo Gobierno pudiera conocer el estado real de las finanzas estatales y maniobrar con suficiente tiempo la conformación de su propio paquete económico, les dejaron mes y medio para enterarse, contener el desastre financiero e intentar mantenerse a flote el próximo año.
El contrasentido es que esos puntos neurálgicos, en torno a la conformación del nuevo Paquete Económico del Estado, no estén siendo explicados con precisión y claridad a la ciudadanía, que al final de cuentas es la que pagará por las decisiones que toman los gobernantes en turno.
Si hace apenas una semana, en el seno de la Conferencia Nacional de Gobernadores, Corral señaló que cada chihuahuense debe 14 mil pesos, por el brutal endeudamiento del estado, ahora debe dejar perfectamente claro por qué les seguirá echando más carga sobre sus espaldas.
La importancia del tema amerita un mensaje directo del gobernador a los ciudadanos. De él deben llegar las explicaciones, porque los subalternos han cometido errores y no tienen el mismo nivel de compromiso que el adquirido por el señor Corral en las urnas.