Ineficiencia y corrupción, signos de función púbica
El farmacéutico se preocupó bastante cuando una clienta le pidió 100 gramos de arsénico. Le preguntó: “¿Para qué quiere ese veneno?”. Contestó ella: “Para matar a mi marido”. Al oír la respuesta el boticario se inquietó aún más. Le dijo: “No puedo venderle tal producto, y menos sabiendo para qué lo compra. ¿Por qué quiere usted asesinar a su esposo?”