El exentrenador del equipo de futbol Indios de Juárez Héctor Hugo Eugui, ha recorrido en los últimos días diferentes colonias y sectores de la ciudad, donde se hace acompañar por personal de Rosas Mexicanas, llevando alimentos, pláticas motivacionales y un rato de esparcimiento deportivo a niños y adolescentes.
“Siempre hacemos partiditos, lo importante son unas palabritas al niño, sobre tener disciplina, el respeto a los papás, a los maestros y que se diviertan un rato, que el deporte sea una base”, comentó.
Para el director técnico, el trabajo que plantea su programa busca unir a los menores con actividades productivas para su futuro, siempre contando con el apoyo de padres de familia y maestros de escuela.
“Nosotros no recibimos aportaciones económicas, lo hacemos con la satisfacción de venir. A veces pedimos a amigos si tienen refrescos. La cosa es hacerles felices en esta zona. La alegría y la felicidad hacen que se superen muchas carencias”, expresó.
Luego de «cascarear» con los niños del kínder María Guillermina Valdez, Eugui sonríe. En esa cancha lo que menos importa es perder y la única condición que prevalece es la emoción de patear un balón.
Sonriente entre los infantes, Eugui es un niño más que va tras la pelota, hasta que recuerda la entrevista y retoma la seriedad en sus palabras para dirigirse a su interlocutor.
“Esta no es una generación perdida cuyo destino sea la venganza y el rencor, aquí hay luz que debemos rescatar”, aseguró el director técnico que diera grandes tardes de gloria con el equipo Indios de Juárez en el año 2008, cuando la violencia causó estragos en la ciudad.
La presencia de Eugui Samonelli en el jardín de niños obedece al proyecto de su autoría Aprendiendo a Ganar, un programa educativo que implementa desde el 2009 en conjunto con la organización Rosas Mexicanas, Fincando Esperanzas, que tiene como fin llevar alternativas de crecimiento académico y deportivo, además de la creación de un albergue para dar ayuda a niños y jóvenes de escasos recursos.
Deporte, herramienta de ayuda
Eugui Simoncelli considera el deporte como una herramienta que ayuda en la formación del menor, pero advirtió el daño que algunos padres pueden provocar de manera involuntaria al exacerbar el espíritu de competencia, olvidando el disfrute y la convivencia entre amigos.
“¡Hay que ganar!, dicen en el profesionalismo, y hay que ganar, sí, pero no a toda costa. Hay que disfrutar el ganar. Hay que aprender a ganar amigos, aprender a ser sociable, respetuoso, a cumplir con las reglas que se determinan en un deporte, a ser felices”, manifestó.
Para el estratega, no solo la exagerada competencia, sino los marcadores, los goleadores, los egos, deben ser eliminados de los juegos infantiles.
“Los papás quieren que los niños ganen y se pelean y los critican y les gritan, y el niño cuando está jugando no va a mirar al entrenador, lo que el niño primero voltea a ver es al papá, y es una tortura, y el niño que dice un día ‘¿papá, sabes qué? me encantaría si no fueras a verme’, o la otra, sin decir nada, se aleja del deporte”, ejemplificó.
Si el menor se va de un deporte a tomar una actividad artística sería favorable, el problema comienza cuando toma el camino incorrecto, apuntó el uruguayo.
No es una generación perdida
El entrenador considera que, lejos de esa visión que condena a la niñez a un futuro oscuro, es el momento de impulsarlos a través del amor y las buenas acciones.
“Todavía hay cosas por hacer. No podemos decir que van a ser violentos, todos podemos ir sumando, y no tengan ninguna duda de que el afecto es el camino a la felicidad”, dijo.
El deporte y la educación seguirán siendo la clave para que las nuevas generaciones alcancen el éxito, y que su vida no se quede solo en una aspiración, dijo, por lo que las autoridades deben apostar a este cambio.
“Que ellos (los menores) no vean que el día de mañana solo terminó primaria o secundaria y no hay más nada, ellos tienen que visualizar que sí hay más cosas y no tan a corto plazo. Hay que tratar de ser bueno y no violento como los demás”, comentó.
El albergue cobrará forma en 2016
Aprender a Ganar, Fincando Esperanzas es el proyecto que el uruguayo trabaja en esta frontera desde 2009 y tiene como objetivo la creación de albergue, el cual pudiera ya cristalizarse para los primeros meses del 2016.
“Para el año entrante febrero o marzo tendremos unas instalaciones, una cancha, un albergue, a ver si podemos llevarlos, acercarlos y siempre lo de la comida, y creo yo que… bueno… yo no tengo nada más que el espíritu y la intención del voluntariado para que la ciudad, porque sigo pensando que en Juárez hay gente muy buena”, indicó el director técnico.
Gracias al apoyo de un grupo de amigos de Eugui se invertirá en la construcción del refugio, solo falta que se defina la donación o comodato de un predio por parte del Gobierno municipal, negociación que se encuentra en trámite, pero que marcha por buen camino, informó a su vez Mardia Astorga García, presidenta de Rosas Mexicanas, organización que trabaja en conjunto con el programa.
Después de compartir un chocolate caliente y galletas, tras una charla con los pequeños, Eugui Simonelli se dirige al patio y les pregunta a varios chicos que disputan un balón “¿a qué vienen aquí?”, de manera inmediata, “¡A jugar!”, mientras una voz entre ellos le cuestiona “¿Y si perdemos?”, a lo que el profesor responde:
“Si perdemos no pasa nada, aprendiendo a perder se aprende a ganar, disfruten, disfruten del juego. Son estas cosas las que les hace bien y hoy se necesita mucho el bien…”, en la cancha, la pelota vuelve a rodar.
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