Por si quedaba cualquier milímetro de duda sobre la inexistencia de una autoridad priista en el estado, la misma fue despejada al salir Marco Adán Quezada de una encerrona con los delegados para Chihuahua del Comité Nacional del PRI, José Luis Flores Méndez y Melquiades Morales.
Las palabras del precandidato a gobernador todavía resuenan: “pasaron más de dos años fuera de mi casa, el PRI; y tuvo qué venir gente de fuera para poner orden y abrir la participación, lo que nos negó rotundamente la dirigencia local. El partido que ahora encabeza Manlio Fabio Beltrones nos da la oportunidad de seguir expresando nuestras ideas…”.
La declaratoria de Quezada no es sorprendente en sí misma. Días antes se había quitado del cuello la bota con el tortuoso y mediáticamente sensacionalista proceso penal abierto en su contra por la tragedia del Aeroshow. Sus propios correligionarios de partido lo mantuvieron tendido en la piedra de los sacrificios durante el tiempo que él dijo, dos años. Primero lo buscaron acabar desde la Auditoría Superior del Estado, luego desde el propio Congreso del Estado y finalmente a través de la Fiscalía General.
El aspecto que forzosamente coloca ese discurso de Marco en el contexto de lo extraordinario es que descubre la inexistencia de una supuesta negociación con Palacio para que la siniestra guadaña fuera retirada de su cabeza y corrobora que, en efecto –como lo hemos citado en este espacio– fue desde la cúpula del PRI–Los Pinos de donde bajó la orden para terminar con “el show” contra Marco.
No hay ningún gesto o señal de agradecimiento de Quezada hacia Palacio; al contrario, la expresión es de enojo, reclamo y desahogo: “tuvieron que venir de fuera a poner orden”.
Significa lo anterior que Marco no consideró el retiro de los cargos penales como “perdón político” surgido de los jefes partidarios en Chihuahua, sino como lo que realmente fue: la intervención de la dirigencia nacional de su partido, y su propia decisión de continuar el proyecto por la Gubernatura sin importar la opinión y oposición de quienes mandan en Palacio de Gobierno, así como la ausencia de temor por el lenguaje que pudiera incomodar al duartismo. Nada de diplomacia, cero terciopelo.
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Partiendo entonces de ese escenario referencial podemos concluir que la situación ha cambiado muy poco en el ambiente doméstico priista hacia la búsqueda de la Gubernatura, las 67 alcaldías, las centenas de regidurías, las 67 sindicaturas, las 33 diputaciones locales y todo el entramado burocrático y económico que representa el 2016.
Las cosas siguen igual, pero con el tiempo encima. Quienes pelean por la Gubernatura siguen sin conceder un gramo de confianza a su autoridad partidaria en Chihuahua, salvo la recién llegada, representando al Comité Ejecutivo Nacional.
Deprimente colofón para el mando de la presidenta del PRI estatal, Karina Velázquez, que jamás logró credibilidad ni autoridad, ya ni siquiera de los opositores a Palacio de Gobierno, sino del mismo duartismo, que detenida y pacientemente observó que el nivel de decisión nunca estuvo ahí, sino en el jefe de todos ellos, el gobernador César Duarte. No la consideraron ni para consejo.
Inclusive corre una anécdota que Mirone platica en exclusiva y quedito: el gobernador comentó entre sus amigos el coraje que le hizo pasar Karina cuando le preguntó a qué hora tendrían los resultados de las encuestas a boca de urna en la elección de junio pasado. Ella contestó que no tenía contratada empresa para el sondeo. Los dioses ballezanos de la ira cayeron sin misericordia sobre la humanidad de la lideresa que, punto y aparte, es amable y de buen trato.
Palacio de Gobierno no ha descuidado su relación con el resto de las escuadras tricolores porque sea su intención hacerlo, sino porque existe la más profunda convicción de que tiene un nivel jerárquico sobre todos y por lo tanto su amplio derecho a la toma de decisiones –de todas las decisiones–, incluida la sucesión en la Gubernatura.
También lo hemos mencionado en este espacio: el duartismo y su jefe se consideran como un régimen extraordinario en resultados de seguridad, educación y empleo… y no se diga en resultados electorales; por lo tanto, la consideración es que no únicamente la sociedad debe valorar positivamente esos resultados, sino también todos los priistas de todas las tribus.
Es obvio que poco a poco Palacio de Gobierno ha ido comprendiendo que nomás los priistas cercanos y los beneficiados por el sexenio comparten esa opinión, el resto, así como Marco y compañía, no están de acuerdo y por ello siguen en plena pelea y listos para pelear la Gubernatura y, en caso de ser necesario, llegar el extremo de los deslindes sobre el Gobierno saliente si las circunstancias electorales así lo aconsejan. De ese pelo. Revisemos detenidamente el discurso de Graciela Ortiz durante su informe.
Duarte lleva como escuderos para trascender al menos cinco años más allá del sexenio a Javier Garfio y Enrique Serrano. Lo hace bajo el discurso de salvaguardar precisamente los resultados obtenidos en las materias dichas, pero también para impedir cualquier resquicio de “deslinde” o ataque sea de los cuatro del baecismo: Marco, Óscar Villalobos, Jorge Esteban Sandoval y Víctor Valencia; o de los otros precandidatos, Graciela Ortiz, Lilia Merodio, Teto Murguía, José Miguel Salcido, Marcelo González…
Al gobernador ya le arrebató Manlio Fabio Beltrones el control del PRI estatal con el envío de los parteros Flores Méndez y Melquiades Morales, de ahí que Marco haya dicho sin reservas que en su partido hay de nuevo “piso parejo” para pelear la Gubernatura, pero Duarte sigue conservando gran porción de la estructura estatal de poder –gran parte, puesto que muchos se han ido brincando a los equipos contrarios–, la está usando y la usará en búsqueda de cumplir su objetivo transexenal. De eso tampoco hay duda.
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Todos los actores priistas chihuahuenses metidos en el propósito de ganar el 2016 saben que hay un solo elector de candidato: el presidente Peña, pero todos trabajan con ahínco y hasta con coraje –incluido el gobernador– porque tienen información que los comunes mortales no tenemos sobre los factores y elementos que el presidente está valorando para que la dirigencia nacional priista anuncie su decisión. Y le dicen a Mirone que esos elementos no tienen qué ver con amiguismos, filias personales o estados de ánimos circunstanciales –sobre todo con la propia carga de Ayotzinapa y la Casa Blanca que le pesan horrores a Los Pinos–, sino con fuerza electoral y política. De ahí podemos deducir en parte la crudeza de la pelea en el estado sin más árbitro que el recién llegado CEN priista.
En ese sentido es que Mirone ha buscado presentar a sus lectores algunos datos sobre los resultados del trabajo que llevan “en campo” los precandidatos, para saber hacia a dónde apuntan las preferencias de las bases. El Gobierno federal, a través de la Secretaría de Gobernación, la dirigencia nacional del PRI, Palacio de Gobierno y cada uno de todos los precandidatos han ordenado la elaboración de sondeos y encuestas.
De entre todos, este escribidor pudo sacar el resultado de uno de los sondeos que no beneficia mucho a la generosa fuente que lo proporcionó, pero que sí nos da bastante luz sobre la realidad estatal, porque esta encuesta guarda grandes similitudes con otras que han estado a la vista de Mirone, pero sin autorización para publicarlas. Esperemos no incomodar a nadie con la información, pues solo buscamos seguir fortaleciendo la credibilidad de Balcón en beneficio de los lectores, con el plus de que también hay calificación para autoridades y partidos políticos en dichos resultados. Van los números:
SI HOY FUERAN LAS ELECCIONES, ¿POR CUAL PARTIDO VOTARÍA?
PRI: 20.8% en Chihuahua, 26% en Cuauhtémoc, 13.2% en Delicias, 57.9% en Juárez, 21.6% en Parral. En promedio 27.9%.
NO CONTESTA: 19% en Chihuahua, 13.6% en Cuauhtémoc, 16.8% en Delicias, 10.5% en Juárez, 18% en Parral. En promedio 15.58%.
APARTIDISTA: 1.8% en Chihuahua, 6.4% en Cuauhtémoc, 4% en Delicias, 8.6% en Juárez, 0% en Parral. En promedio 4.16%.
PAN: 16.5% en Chihuahua, 11.2% en Cuauhtémoc, 10.4% en Delicias, 8.6% en Juárez, 12.8% en Parral. En promedio 11.9%.
SWITCHER: 20.8% en Chihuahua, 34% en Cuauhtémoc, 23.2% en Delicias, 5.6% en Juárez, 31.6% en Parral. En promedio 23.04%.
NO VOTA: 11.4% en Chihuahua, 6% en Cuauhtémoc, 16.8% en Delicias, 4.4% en Juárez, 7.6% en Parral. En promedio 9.24%.
PRD: 0.5% en Chihuahua, 0.8% en Cuauhtémoc, 2.8% en Delicias, 1.5% en Juárez, 1.2% en Parral. En promedio 1.36%.
OTRO: 3% en Chihuahua, 0.8% en Cuauhtémoc, 6.4% en Delicias, 1% en Juárez, 6.4% en Parral. En promedio 3.52%.
MORENA: 1.8% en Chihuahua, 0.8% en Cuauhtémoc, 3.6% en Delicias, 1% en Juárez, 0.4% en Parral. En promedio 1.52%.
PT: 0.3% en Chihuahua, 0% en Cuauhtémoc, 0.8% en Delicias, 0.5% en Juárez, 0% en Parral. En promedio 0.32%.
PES: 0% en Chihuahua, 0% en Cuauhtémoc, 0.4% en Delicias, 0.2% en Juárez, 0% en Parral. En promedio 0.12%.
MC: 2.3% en Chihuahua, 0% en Cuauhtémoc, 0% en Delicias, 0.2% en Juárez, 0% en Parral. En promedio 0.5%.
PVEM: 0.3% en Chihuahua, 0% en Cuauhtémoc, 0% en Delicias, 0% en Juárez, 0% en Parral. En promedio 0.06%.
NUEVA ALIANZA: 1.8% en Chihuahua, 0.4% en Cuauhtémoc, 1.6% en Delicias, 0% en Juárez, 0.4% en Parral. En promedio 0.84%.
DEPENDE DEL CANDIDATO: 20.8% en Chihuahua, 34% en Cuauhtémoc, 23.2% en Delicias, 5.6% en Juárez, 31.6% en Parral. En promedio 23.04%.
¿QUIÉN LE GUSTARÍA QUE FUERA SU PRÓXIMO GOBERNADOR?
VOTACIÓN EFECTIVA
MARCO QUEZADA: 25.7% en Chihuahua, 36.4% en Cuauhtémoc, 5.1% en Delicias, 6.5% en Juárez, 17.9% en Parral.
JUAN BLANCO: 16.2% en Chihuahua, 9.1% en Cuauhtémoc, 3.4% en Delicias, 1.6% en Juárez, 19.6% en Parral.
JAVIER GARFIO: 10% en Chihuahua, 4.1% en Cuauhtémoc, 0% en Delicias, 0% en Juárez, 11.6% en Parral.
CARLOS BORRUEL: 10% en Chihuahua, 1.7% en Cuauhtémoc, 8.5% en Delicias, 0.5% en Juárez, 7.1% en Parral.
DEPENDE DE LAS PROPUESTAS: 6.6% en Chihuahua, 12.4% en Cuauhtémoc, 0% en Delicias, 0% en Juárez, 10.7% en Parral.
LILIA MERODIO: 5% en Chihuahua, 2.5% en Cuauhtémoc, 1.7% en Delicias, 8.1% en Juárez, 3.6% en Parral.
JAVIER CORRAL: 5% en Chihuahua, 11.6% en Cuauhtémoc, 6.8% en Delicias, 3.8% en Juárez, 8.9% en Parral.
GUSTAVO MADERO: 3.7% en Chihuahua, 3.3% en Cuauhtémoc, 3.4% en Delicias, 0.5% en Juárez, 7.1% en Parral.
ALEJANDRO CANO: 2.5% en Chihuahua, 1.7% en Cuauhtémoc, 0% en Delicias, 0% en Juárez, 0.9% en Parral.
ENRIQUE SERRANO: 2.1% en Chihuahua, 2.5% en Cuauhtémoc, 1.7% en Delicias, 13.5% en Juárez, 1.8% en Parral.
GRACIELA ORTIZ: 1.7% en Chihuahua, 2.5% en Cuauhtémoc, 3.4% en Delicias, 0% en Juárez, 4.5% en Parral.
TETO MURGUÍA: 1.2% en Chihuahua, 5.8% en Cuauhtémoc, 0% en Delicias, 54.1% en Juárez, 0.9% en Parral.
JAIME BELTRÁN DEL RÍO: 0% en Chihuahua, 1.7% en Cuauhtémoc, 35.6% en Delicias, 1.6% en Juárez, 0.9% en Parral.
VÍCTOR VALENCIA: 0% en Chihuahua, 0% en Cuauhtémoc, 0% en Delicias, 2.7% en Juárez, 0% en Parral.
ÓSCAR VILLALOBOS: 0% en Chihuahua, 0% en Cuauhtémoc, 15.3% en Delicias, 0.5% en Juárez, 0.9% en Parral.
Las calificaciones a las autoridades estatal y municipales es la siguiente: el gobernador un 4.6 en Juárez, 3.0 en Chihuahua capital, 4.4 en Cuauhtémoc, 3.4 en Delicias y 4.5 en Parral. Los alcaldes: 4.3 el de Juárez, 3.4 el de Chihuahua, 5.2 el de Cuauhtémoc, 4.5 el de Delicias y 4.9 el de Parral.
Y ojo con el siguiente dato arrojado de la siguiente pregunta: ¿sería más conveniente que el partido que actualmente gobierna el Estado siga gobernándolo o que haya que darle oportunidad a otro partido político?. En Chihuahua capital pide el 70.1 por ciento que gobierne otro partido, en Cuauhtémoc el 71 por ciento, en Delicias el 64 por ciento, en Juárez el 48 por ciento y en Parral el 69.6 por ciento. Los que no saben o no contestaron tienen un promedio del 20 por ciento, y los que están de acuerdo en que siga gobernado el mismo partido promedian el 10 por ciento en el centro y sur del estado, aunque el 22 por ciento en Juárez… ¡¡¡En Juárez!!!
La encuesta fue levantada entre la última semana de septiembre y la primera de octubre, así que los números actuales pueden haber sufrido algunas variaciones, especialmente por acontecimientos como los informes de Lilia Merodio, de Graciela Ortiz y su categórico deslinde contra la corrupción del lluvioso viernes por la noche; el castigo levantado a Marco, el hiperactivismo que agarró Teto, etc., etc. De esa variación pudiera depender en algo el rumbo de las decisiones a la vuelta de la esquina. Dedazo habrá, se repite, pero ahora será “con sustento”, afirman los que saben en el tricolor.
P.D. dominical: Tras varias observaciones mironianas al ambiente del Shangri–La, sus manejadores por fin se pusieron las pilas, levantaron alfombras, arrancaron polillas, cambiaron sillas, mesas y manteles: aquello quedó no como para volver una, sino varias veces. Es otro aire el que ahí se respira… con la misma buena cocina.